lunes, 18 de diciembre de 2023

Editoriales Rebeldes

UN MILEI RARO: PROMETIÓ RUPTURA Y CAMBIO

PERO HAY DEMASIADA CONTINUIDAD Y “CASTA” 


¡Llegar, llegar… todo llega! Llegó el fin del ciclo de estos los 40 años de una “democracia” en manos de los dos partidos tradicionales y de antiguo origen. De los radicales desde fines del siglo XIX y del peronismo desde mediados del siglo XX. Es notorio el fracaso que hoy transita la sociedad que ellos y - durante algunos años - las dictaduras militares modelaron. 

El Presidente Javier Milei anunció que viene a cambiar la historia. Pero ¿qué historia? Según él mismo lo dijo, la historia de los últimos 100 años. Todo un siglo de un país donde la oligarquía, salvo las excepciones de vigencia del poder militar, no ejerció el poder institucional, pero mantuvo el poder real detrás de la mayoría de los diferentes gobiernos. 

Ahora Milei viene a colocar en una sola mano, las viejas instituciones liberales de la Constitución de 1853, junto al poder de la oligarquía financiera.

El país de Roca, Sarmiento y Alberdi, contra los “bárbaros”, o los “nuevos bárbaros” - a los que Macri denomina “orcos” -, que no aceptan la “civilización” que ellos nos quieren imponer. 

Esta situación nos coloca ante la frustración de una “democracia de partidos” que nos responden a las demandas del pueblo. Con un radicalismo, agotado hace tiempo, que canjea apoyos políticos por migajas de poder. Un peronismo institucional que es un “cascarón vacío”, derivado en un “partido del poder”, cada vez más lejos del proyecto de poner de pie un movimiento de liberación nacional y social, por el que tantas y tantos dieron la vida o su libertad. Por un progresismo y una izquierda que carecen de un modelo eficaz y distinto. Con un pueblo... que espera una dirigencia que se ponga al frente de la lucha y sus necesidades. En algún rincón de la Patria es muy probable que, en este preciso momento, este madurando esa nueva dirigencia. 

 

LAS SENSACIONES QUE DEJÓ LA ASUNCIÓN

Los actos de la asunción dejaron tanta “tela para cortar” que merecerían una extensión que escapa a las posibilidades de estas reflexiones. Entre esos múltiples aspectos se privilegian algunos temas, para dar cuenta de fuertes cuestiones de definiciones políticas y de lo que llaman gobernabilidad.

Pero es bueno no olvidar algunos temas personales o de raigambre familiar y la insensatez de quien arrojó una botella, al paso del Presidente, que puso algunas gotas de sangre en medio de un clima bastante denso.

Lo ocurrido en las ceremonias del Congreso, estuvo cargado de contenidos y formalidades cuyos efectos son impredecibles.

El Presidente, amparado en su idea de plantear una ruptura con el pasado, decidió no pronunciar el tradicional discurso presidencial ante la Asamblea Parlamentaria. En su lugar lo hizo de espaldas al Congreso y de frente al pueblo, que se acercó a la Plaza del Congreso. Ese criterio también le sirvió para evitar los seguros abucheos que despertarían algunas de sus palabras, ideas e interpretaciones políticas e históricas. Una primera reacción de la mayoría de los legisladores fue retirarse, dejando en soledad al reducido bloque del nuevo oficialismo.

Resulta obvio que el tema no queda allí. Ahora vendrán los Proyectos de Ley y no es difícil imaginar que su trámite parlamentario será más que difícil. No será sencillo, para la pequeña bancada oficialista y sus aliados actuales, lograr su aprobación. Más aún si tenemos en cuenta que varios aliados o legisladores dispuestos a establecer negociaciones ya criticaron el formato de no hablarle al Parlamento.

Este tema complica la gobernabilidad futura y no parece que tengan, en los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), una respuesta suficiente. De hecho, la bicameral, que debe darles el visto bueno tiene una composición igualitaria entre el oficialismo y sus aliados, con los opositores.

Milei, cuando todavía no era Presidente, consideraba que una intervención directa del pueblo podía dar vuelta la situación.

Ahora habrá que ver, en caso de que lo intente, si eso sería posible. Es bueno tener presente que esta pelea tiene dos escenarios: La calle y el Parlamento.  En ambos casos se trata de caminos igualmente débiles y peligrosos. Uno, acudir al voto para que plebiscite tal o cual Proyecto. Esta situación no parece fácil luego de la oleada de aumentos que están trayendo las primeras medidas de gobierno. La otra, una movilización masiva a su favor. Perspectiva poco probable después de la esmirriada demostración de apoyo el día de la asunción.

También hubo otros hechos, cuya trascendencia se irá conociendo con el paso del tiempo.

Una de esas cuestiones es el rol de su hermana Karina, “El Jefe” como la denomina el Presidente, en su actividad como Secretaria General de la Presidencia y “Primera Dama”, en las ceremonias oficiales. 

Otro tema está vinculado al privilegiado trato que tuvo Volodímir Oleksándrovich Zelenski, el actor y presidente ucraniano, quien - en distintos momentos del protocolo - tuvo prolongados y efusivos abrazos con Milei. Es de esperar que tamaña identificación no tenga repercusiones directas en nuestra indebida intervención en el conflicto bélico que Ucrania tiene con Rusia. Aunque ya comprometimos dos helicópteros destinados a esa ayuda.

Otra cuestión inédita es el tono y la fuerte presencia de la comunidad judía en las ceremonias oficiales en la propia Catedral de Buenos Aires, en el regalo del candelabro que le hizo Milei en la ceremonia de los saludos y en el uso de la kipá en distintas oportunidades y en la participación presidencial en la ceremonia y fiesta del Janucá.

Por último, es insondable el efecto psicológico que puede tener en una mente ejercitada en la exaltación del raciocinio el hecho de que - en su día más glorioso - se derramen gotas de sangre de un custodio. Particularmente porque ellas – obviamente - aluden al rechazo y los efectos prácticos de aquel razonamiento teórico.

 

LA CONCEPCIÓN POLÍTICA E INSERCIÓN INTERNACIONAL DEL NUEVO GOBIERNO.

Milei viene provisto de un bagaje intelectual que le sirve de sustento a su política interna e inserción internacional.

El mismo está apoyado en la idea según la cual las sociedades y los países que tuvieron mayor avance son aquellos donde más se ha desplegado la concentración económica. Esa idea va de la mano con otra concepción tan extravagante como cruel e intolerable. Ella es una convocatoria a las peores aristas del comportamiento humano. Ella parte del principio de que “la justicia social es una aberración” y se propone la liquidación del Estado para que su lugar lo ocupe la economía de mercado y la propiedad privada. 

Esas ideas llegan a Milei a través de Murray Newton Rothbard (1926/1995), un norteamericano egresado de la Universidad de Columbia, propagandista del anarco-capitalismo y fundador - en EEUU, durante el año 1971 - del Partido Libertario.

Una de sus columnas vitales es aprovechar los momentos de graves crisis económico sociales para instalar esas ideas en la sociedad. Por cierto, la sociedad norteamericana transitaba, hacia los inicios de la década de los 70, uno de sus períodos más críticos. Ese fue el momento en el que, estos intelectuales que adherían a la escuela económica austríaca intentaron poner en marcha sus ideas en los EEUU. 

Allí - petrodólares mediante - esas ideas no cuajaron, pero sí adquirieron peso y notoriedad en esta Argentina, en medio de la actual crisis, que puede ser terminal. Aquí parecen tener un campo abonado para desarrollarla. Habrá que ver hasta dónde llega la tolerancia de nuestro pueblo para que se desarrollen estas perversas ideas.

Cabe destacar que ellas - en estos momentos - vienen como “anillo al dedo” para pegar un salto en la concentración económica financiera mundial en unas pocas manos.

Por eso no debe llamar la atención que Elon Musk manifieste su interés por este nefasto “laboratorio” económico social que se está montando en nuestro país.

La presencia física de figuras notables de la llamada “Internacional Negra” en las ceremonias de asunción alimentan la idea de que por allí esperan encontrar las nuevas salidas institucionales a la crisis global que aqueja al capitalismo actual.

La manifiesta simpatía hacia Israel y los EEUU, junto a la solidaridad con Ucrania, son indicadores de la inserción internacional que aspira a tener el actual gobierno argentino.

Pero la realidad es dura. Ahora tiene que guardarse los improperios y acusaciones que hizo y pedir ayuda. No es cierto que Milei - a diferencia de otros candidatos - dijo la verdad. Mintió, lo hizo para dar la imagen que él era un Dios, pero ahora viene la hora de la verdad.

Ese camino lo está recorriendo el gobierno argentino. Lo hace cuando tiene que ir a pedir la escupidera a China, para el uso y renovación de los swaps. En el mismo sentido son las actuales negociaciones con Brasil, a cargo del “siempre listo” Daniel Scioli, para arreglar los entuertos que armó el Presidente con sus acusaciones a Lula y las críticas al BRICS. También choca esta política argentina con el aviso que hace Vladimir Putin en el sentido de que algunas medidas que está tomando el gobierno argentino pueden afectar la soberanía política de nuestro país.  

La realidad le está marcando límites al sueño de Mieli de poner en marcha una nueva cultura que lo tendría como fundador. 

 

LA ECONOMÍA, LA CASTA Y EL AJUSTE ACTUAL

Durante los largos meses previos a las elecciones, Milei era la figura repetida en la mayor parte de los estudios de los canales de televisión. Allí, con sus destemplados gritos, explicaba cómo la “casta” de los políticos iba a pagar las facturas del “ajuste” que había que realizar. El discurso funcionó. Se podría decir que, casi de un modo transversal, la sociedad le creyó. Logró instalar la idea de que ahora serían los políticos y sus privilegios quienes deberían pagarían esa cuenta.

Va una semana y se comienzan a ver el modo en que funcionan esas previsiones.

Lo primero que llamó la atención fue que alguien como Luis “Toto” Caputo, responsable - durante el macrismo - de aquel mentado préstamo por 100 años, ahora asumiera en el gobierno del “ajuste” para corregir esas macanas.

Mucho más doloroso fue cuando nos fuimos enterando de que la “casta” estaba mudando de ropaje.

Salieron a la luz las primeras decisiones del gobierno y allí iba quedando en claro quienes tendrían que pagar las principales cuentas del ajuste.

Efectivamente, no había muchas razones para creerles ese discurso.

A pocos días de haber asumido ya podemos sacar algunas conclusiones. Unas tienen que ver con el mecanismo que se proponen utilizar para alcanzar objetivos importantes de este ajuste. Lo otro, sobre qué sectores va a recaer una parte sustancial del ajuste en marcha.

Sobre la modalidad operativa que está preparando el gobierno, se comienza a asomar la “pata de la sota”. Se trata de “pisar” los ingresos para que ellos representen solo una parte de la inflación.

Acerca de los sectores afectados también está claro que ahí están: el conjunto de los asalariados, formales e informales; los jubilados padecerán estos mismos criterios; los millones que viven de changas, también sufrirán esas consecuencias porque el ajuste se va extender sobre el conjunto de la sociedad y la tendencia general va a ser cuidar el mango.

En síntesis, quienes viven de este tipo de ingresos, la van a pasar mal. La caída de la actividad económica que anunció el Presidente, deja en claro las perspectivas de los sectores medios que van a tener que repartir la caída de sus ventas o de su actividad profesional con otros afectados.

La crisis en la que se está metiendo la obra pública adelanta los graves problemas de este voluminoso sector de trabajadores.

 

EL ENTORNO DEFINE QUIEN ES “CASTA”

Cada día va quedando más claro que buena parte de la dirigencia desplazada por el nuevo gobierno, deja de ser “casta” si recibe la bendición del círculo íntimo del Presidente.

Milei lo justifica con aquello de que no importa de dónde vienen, sino lo que quieren hacer en el futuro.

Algunos de los nombres y cargos involucran a Marco Lavagna, quien seguirá en el INDEC; Guillermo Michel, que seguirá en la Aduana; Flavia Royon, de Minería a Energía; Mario Russo, de AYSA a Ministro de Salud; Leonardo Macdcur nos seguirá representando en el FMI.

Y se podría seguir…

Pero hay cuestiones aún más complejas, por ejemplo, el BOPREAL (Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre) Esos bonos, amparados por el Banco Central, fueron justificados en la necesidad de reducir la deuda comercial. El Estado entrega los dólares a empresas endeudadas al cambio vigente ($800 por dólar). Los empresarios entregan pesos. Con esos dólares pagan deudas que - en un 59% - son deudas de empresas locales con sus casas matrices. Lo que ya hizo en 1982 Domingo Cavallo y que se probó en 477 casos eran operaciones de anotaciones contables sin mayor fundamento.

En aquel momento se trató de operaciones por 15 mil millones de dólares, ahora - según ANCHAM (Cámara de Comercio de los EEUU en Argentina) - el monto de los bonos alcanza los 56 mil millones de dólares.

Estas cifras y montos dan pistas para identificar a los protagonistas de la Argentina libertaria que aspiran construir. -

 

JUAN GUAHÁN

 

 

 


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