Editoriales Rebeldes
UN MILEI RARO: PROMETIÓ RUPTURA Y CAMBIO
PERO HAY DEMASIADA CONTINUIDAD Y “CASTA”

¡Llegar,
llegar… todo llega! Llegó el fin del ciclo de estos los 40 años de una
“democracia” en manos de los dos partidos tradicionales y de antiguo origen. De
los radicales desde fines del siglo XIX y del peronismo desde mediados del
siglo XX. Es notorio el fracaso que hoy transita la sociedad que ellos y - durante
algunos años - las dictaduras militares modelaron.
El
Presidente Javier Milei anunció que viene a cambiar la historia. Pero ¿qué
historia? Según él mismo lo dijo, la historia de los últimos 100 años. Todo un
siglo de un país donde la oligarquía, salvo las excepciones de vigencia del
poder militar, no ejerció el poder institucional, pero mantuvo el poder real
detrás de la mayoría de los diferentes gobiernos.
Ahora
Milei viene a colocar en una sola mano, las viejas instituciones liberales de
la Constitución de 1853, junto al poder de la oligarquía financiera.
El
país de Roca, Sarmiento y Alberdi, contra los “bárbaros”,
o los “nuevos bárbaros” - a los que Macri denomina “orcos” -, que no
aceptan la “civilización” que ellos nos quieren imponer.
Esta
situación nos coloca ante la frustración de una “democracia de partidos” que
nos responden a las demandas del pueblo. Con un radicalismo, agotado hace
tiempo, que canjea apoyos políticos por migajas de poder. Un peronismo
institucional que es un “cascarón vacío”, derivado en un “partido del poder”,
cada vez más lejos del proyecto de poner de pie un movimiento de liberación
nacional y social, por el que tantas y tantos dieron la vida o su libertad. Por
un progresismo y una izquierda que carecen de un modelo eficaz y distinto. Con
un pueblo... que espera una dirigencia que se ponga al frente de la lucha y sus
necesidades. En algún rincón de la Patria es muy probable que, en este preciso
momento, este madurando esa nueva dirigencia.
LAS
SENSACIONES QUE DEJÓ LA ASUNCIÓN
Los
actos de la asunción dejaron tanta “tela para cortar” que merecerían una
extensión que escapa a las posibilidades de estas reflexiones. Entre esos
múltiples aspectos se privilegian algunos temas, para dar cuenta de fuertes
cuestiones de definiciones políticas y de lo que llaman gobernabilidad.
Pero
es bueno no olvidar algunos temas personales o de raigambre familiar y la
insensatez de quien arrojó una botella, al paso del Presidente, que puso
algunas gotas de sangre en medio de un clima bastante denso.
Lo
ocurrido en las ceremonias del Congreso, estuvo cargado de contenidos y
formalidades cuyos efectos son impredecibles.
El
Presidente, amparado en su idea de plantear una ruptura con el pasado, decidió
no pronunciar el tradicional discurso presidencial ante la Asamblea
Parlamentaria. En su lugar lo hizo de espaldas al Congreso y de frente al
pueblo, que se acercó a la Plaza del Congreso. Ese criterio también le sirvió
para evitar los seguros abucheos que despertarían algunas de sus palabras,
ideas e interpretaciones políticas e históricas. Una primera reacción de la
mayoría de los legisladores fue retirarse, dejando en soledad al reducido
bloque del nuevo oficialismo.
Resulta
obvio que el tema no queda allí. Ahora vendrán los Proyectos de Ley y no es
difícil imaginar que su trámite parlamentario será más que difícil. No será
sencillo, para la pequeña bancada oficialista y sus aliados actuales, lograr su
aprobación. Más aún si tenemos en cuenta que varios aliados o legisladores
dispuestos a establecer negociaciones ya criticaron el formato de no hablarle
al Parlamento.
Este
tema complica la gobernabilidad futura y no parece que tengan, en los Decretos
de Necesidad y Urgencia (DNU), una respuesta suficiente. De hecho, la
bicameral, que debe darles el visto bueno tiene una composición igualitaria
entre el oficialismo y sus aliados, con los opositores.
Milei,
cuando todavía no era Presidente, consideraba que una intervención directa del
pueblo podía dar vuelta la situación.
Ahora
habrá que ver, en caso de que lo intente, si eso sería posible. Es bueno tener
presente que esta pelea tiene dos escenarios: La calle y el
Parlamento. En ambos casos se trata de caminos igualmente débiles y
peligrosos. Uno, acudir al voto para que plebiscite tal o cual Proyecto. Esta
situación no parece fácil luego de la oleada de aumentos que están trayendo las
primeras medidas de gobierno. La otra, una movilización masiva a su favor.
Perspectiva poco probable después de la esmirriada demostración de apoyo el día
de la asunción.
También
hubo otros hechos, cuya trascendencia se irá conociendo con el paso del tiempo.
Una
de esas cuestiones es el rol de su hermana Karina, “El Jefe” como la
denomina el Presidente, en su actividad como Secretaria General de la
Presidencia y “Primera Dama”, en las ceremonias oficiales.
Otro
tema está vinculado al privilegiado trato que tuvo Volodímir Oleksándrovich
Zelenski, el actor y presidente ucraniano, quien - en distintos momentos
del protocolo - tuvo prolongados y efusivos abrazos con Milei. Es de esperar
que tamaña identificación no tenga repercusiones directas en nuestra indebida
intervención en el conflicto bélico que Ucrania tiene con Rusia. Aunque ya
comprometimos dos helicópteros destinados a esa ayuda.
Otra
cuestión inédita es el tono y la fuerte presencia de la comunidad judía en las
ceremonias oficiales en la propia Catedral de Buenos Aires, en el regalo del
candelabro que le hizo Milei en la ceremonia de los saludos y en el uso de la
kipá en distintas oportunidades y en la participación presidencial en la
ceremonia y fiesta del Janucá.
Por
último, es insondable el efecto psicológico que puede tener en una mente
ejercitada en la exaltación del raciocinio el hecho de que - en su día más
glorioso - se derramen gotas de sangre de un custodio. Particularmente porque
ellas – obviamente - aluden al rechazo y los efectos prácticos de aquel
razonamiento teórico.
LA
CONCEPCIÓN POLÍTICA E INSERCIÓN INTERNACIONAL DEL NUEVO GOBIERNO.
Milei
viene provisto de un bagaje intelectual que le sirve de sustento a su política
interna e inserción internacional.
El
mismo está apoyado en la idea según la cual las sociedades y los países que
tuvieron mayor avance son aquellos donde más se ha desplegado la concentración
económica. Esa idea va de la mano con otra concepción tan extravagante como
cruel e intolerable. Ella es una convocatoria a las peores aristas del
comportamiento humano. Ella parte del principio de que “la justicia social es
una aberración” y se propone la liquidación del Estado para que su lugar lo
ocupe la economía de mercado y la propiedad privada.
Esas
ideas llegan a Milei a través de Murray Newton Rothbard (1926/1995), un
norteamericano egresado de la Universidad de Columbia, propagandista del
anarco-capitalismo y fundador - en EEUU, durante el año 1971 - del Partido
Libertario.
Una
de sus columnas vitales es aprovechar los momentos de graves crisis económico
sociales para instalar esas ideas en la sociedad. Por cierto, la sociedad
norteamericana transitaba, hacia los inicios de la década de los 70, uno de sus
períodos más críticos. Ese fue el momento en el que, estos intelectuales que
adherían a la escuela económica austríaca intentaron poner en marcha sus ideas
en los EEUU.
Allí
- petrodólares mediante - esas ideas no cuajaron, pero sí adquirieron peso y
notoriedad en esta Argentina, en medio de la actual crisis, que puede ser
terminal. Aquí parecen tener un campo abonado para desarrollarla. Habrá que ver
hasta dónde llega la tolerancia de nuestro pueblo para que se desarrollen estas
perversas ideas.
Cabe
destacar que ellas - en estos momentos - vienen como “anillo al dedo” para
pegar un salto en la concentración económica financiera mundial en unas pocas
manos.
Por
eso no debe llamar la atención que Elon Musk manifieste su interés por
este nefasto “laboratorio” económico social que se está montando en nuestro
país.
La
presencia física de figuras notables de la llamada “Internacional Negra” en las
ceremonias de asunción alimentan la idea de que por allí esperan encontrar las
nuevas salidas institucionales a la crisis global que aqueja al capitalismo
actual.
La
manifiesta simpatía hacia Israel y los EEUU, junto a la solidaridad con
Ucrania, son indicadores de la inserción internacional que aspira a tener el
actual gobierno argentino.
Pero
la realidad es dura. Ahora tiene que guardarse los improperios y acusaciones
que hizo y pedir ayuda. No es cierto que Milei - a diferencia de otros
candidatos - dijo la verdad. Mintió, lo hizo para dar la imagen que él era un
Dios, pero ahora viene la hora de la verdad.
Ese
camino lo está recorriendo el gobierno argentino. Lo hace cuando tiene que ir a
pedir la escupidera a China, para el uso y renovación de los swaps. En el mismo
sentido son las actuales negociaciones con Brasil, a cargo del “siempre listo” Daniel
Scioli, para arreglar los entuertos que armó el Presidente con sus
acusaciones a Lula y las críticas al BRICS. También choca esta política
argentina con el aviso que hace Vladimir Putin en el sentido de que
algunas medidas que está tomando el gobierno argentino pueden afectar la
soberanía política de nuestro país.
La
realidad le está marcando límites al sueño de Mieli de poner en marcha una
nueva cultura que lo tendría como fundador.
LA
ECONOMÍA, LA CASTA Y EL AJUSTE ACTUAL
Durante
los largos meses previos a las elecciones, Milei era la figura repetida en la
mayor parte de los estudios de los canales de televisión. Allí, con sus
destemplados gritos, explicaba cómo la “casta” de los políticos iba a pagar las
facturas del “ajuste” que había que realizar. El discurso funcionó. Se podría
decir que, casi de un modo transversal, la sociedad le creyó. Logró instalar la
idea de que ahora serían los políticos y sus privilegios quienes deberían
pagarían esa cuenta.
Va
una semana y se comienzan a ver el modo en que funcionan esas previsiones.
Lo
primero que llamó la atención fue que alguien como Luis “Toto” Caputo,
responsable - durante el macrismo - de aquel mentado préstamo por 100 años,
ahora asumiera en el gobierno del “ajuste” para corregir esas macanas.
Mucho
más doloroso fue cuando nos fuimos enterando de que la “casta” estaba mudando
de ropaje.
Salieron
a la luz las primeras decisiones del gobierno y allí iba quedando en claro
quienes tendrían que pagar las principales cuentas del ajuste.
Efectivamente,
no había muchas razones para creerles ese discurso.
A
pocos días de haber asumido ya podemos sacar algunas conclusiones. Unas tienen
que ver con el mecanismo que se proponen utilizar para alcanzar objetivos
importantes de este ajuste. Lo otro, sobre qué sectores va a recaer una parte
sustancial del ajuste en marcha.
Sobre
la modalidad operativa que está preparando el gobierno, se comienza a asomar la
“pata de la sota”. Se trata de “pisar” los ingresos para que ellos representen
solo una parte de la inflación.
Acerca
de los sectores afectados también está claro que ahí están: el conjunto de los
asalariados, formales e informales; los jubilados padecerán estos mismos
criterios; los millones que viven de changas, también sufrirán esas
consecuencias porque el ajuste se va extender sobre el conjunto de la sociedad
y la tendencia general va a ser cuidar el mango.
En
síntesis, quienes viven de este tipo de ingresos, la van a pasar mal. La caída
de la actividad económica que anunció el Presidente, deja en claro las
perspectivas de los sectores medios que van a tener que repartir la caída de
sus ventas o de su actividad profesional con otros afectados.
La
crisis en la que se está metiendo la obra pública adelanta los graves problemas
de este voluminoso sector de trabajadores.
EL ENTORNO DEFINE QUIEN ES “CASTA”
Cada
día va quedando más claro que buena parte de la dirigencia desplazada por el
nuevo gobierno, deja de ser “casta” si recibe la bendición del círculo íntimo
del Presidente.
Milei
lo justifica con aquello de que no importa de dónde vienen, sino lo que quieren
hacer en el futuro.
Algunos
de los nombres y cargos involucran a Marco Lavagna, quien seguirá en el
INDEC; Guillermo Michel, que seguirá en la Aduana; Flavia Royon,
de Minería a Energía; Mario Russo, de AYSA a Ministro de Salud; Leonardo
Macdcur nos seguirá representando en el FMI.
Y
se podría seguir…
Pero
hay cuestiones aún más complejas, por ejemplo, el BOPREAL (Bono para la
Reconstrucción de una Argentina Libre) Esos bonos, amparados por el Banco
Central, fueron justificados en la necesidad de reducir la deuda comercial. El
Estado entrega los dólares a empresas endeudadas al cambio vigente ($800 por
dólar). Los empresarios entregan pesos. Con esos dólares pagan deudas que - en
un 59% - son deudas de empresas locales con sus casas matrices. Lo que ya hizo
en 1982 Domingo Cavallo y que se probó en 477 casos eran operaciones de
anotaciones contables sin mayor fundamento.
En
aquel momento se trató de operaciones por 15 mil millones de dólares, ahora - según
ANCHAM (Cámara de Comercio de los EEUU en Argentina) - el monto de los bonos
alcanza los 56 mil millones de dólares.
Estas
cifras y montos dan pistas para identificar a los protagonistas de la Argentina
libertaria que aspiran construir. -
JUAN
GUAHÁN
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