sábado, 25 de febrero de 2023

Editoriales Rebeldes

AJUSTE, INFLACIÓN, OTROS AVANCES Y RETROCESOS

Durante mucho tiempo la palabra “ajuste” no figuraba en el léxico oficial, estaba casi prohibida. Más aún, esto sigue siendo así, el propio Presidente - en muchos de sus discursos - le niega identidad a ese concepto, pero su uso no se limita a la economía, también se utiliza en la vida cotidiana. 

En la vida diaria tiene una connotación que se inclina hacia cuestiones positivas: Desde ajustar una tuerca hasta lograr que diversos componentes de una máquina o de una parte de la misma cumplan correctamente con su función. 

En cambio, cuando esa idea forma parte de un léxico económico cambia el sentido y se aproxima a necesidades impuestas por la realidad - dentro del modelo económico vigente -, teniendo una carga negativa, porque supone medidas restrictivas o costos que “alguien” pagará. En este caso, como en todas las cuestiones de las ciencias sociales, se tienen diversas opiniones.  

Por eso al pretender hablar de ajuste, las dos preguntas básicas a las que hay que responder son: ¿Para qué se plantea tal ajuste? y ¿quién paga sus costos? No se aspira a responder estas preguntas desde el punto de vista académico, sino desde el sentido común, y cómo juegan los diferentes intereses en esas decisiones. 

Dentro del actual modelo el ajuste económico supone la necesidad de restablecer una estabilización en cuestiones que han perdido su equilibrio macroeconómico, surgido de la necesidad impuesta por circunstancias internas (las políticas estatales) o foráneas (precios internacionales, guerras) o una combinación de ambos factores.

Aclarado este aspecto, todavía quedan sin responder cuestiones centrales. Entre ellas, determinar si ese ajuste apunta a resolver el tema de la inserción de la economía de un país a la economía mundial (abriendo la economía, por ejemplo), lo cual supone bajar los precios internos. También puede tratarse del restablecimiento de equilibrios internos entre los distintos factores de la economía. 

Responder, en grandes líneas, a estas cuestiones nos lleva a la segunda pregunta. ¿Quién paga los costos de ese ajuste y a quienes beneficia? Si la política es privilegiar la “inserción” en la economía mundial, siguiendo sus reglas de juego, está claro que serán los sectores exportadores y quienes producen para los mismos los grandes beneficiarios, ello ocurrirá en desmedro de los demás sectores. Cuando menor sea la presencia de las fuerzas internas en la manufactura de tales productos, mayor será nuestra dependencia de los mercados a los cuales vendemos.  

Cuando tal ajuste tiene por objetivo atender a compromisos internacionales fundados en el reconocimiento de deudas - reales o fraudulentas - el sector financiero actuará como amo y señor de lo que se hará internamente, lo que estará enderezado en función de la necesidad de reunir recursos para pagar tales “deudas”. En este caso los afectados serán la inmensa mayoría de los sectores económicos y sociales. 

Lo dicho nos prueba el peligro que tienen los “ajustes”, en función del actual modelo y la “deuda”, destinados a “juntar dólares” exportando productos primarios - genéricamente con metodologías extractivas, maderas, minerales - con poca o nula manufactura incorporada. Algo semejante pasa con producciones industriales con escasos componentes locales (industria automotriz y ensamblaje electrónico), que proporcionan trabajo, pero como auténticos enclaves productivos (Córdoba, Tierra del Fuego), que es imprescindible reformular, para que se mantenga el empleo y los fabricantes de autopartes, pero reduciendo enormemente las erogaciones en insumos importados y variadas formas de subsidios. 

Otro sería el cantar si tales fábricas, nacionalizadas, se reconvierten adecuándose a una planificación general y produciendo con insumos mayoritariamente propios, unidades que sean funcionales a las necesidades del mercado interno y regional, no al servicio de los intereses de sus casas matrices. Por ejemplo, en su planificación, progresivamente se podría incorporar la producción de los materiales ferroviarios o motores para el transporte fluvial o marítimo, imprescindibles para otro modelo económico. ¡Claro, se está hablando de otras políticas y otro país! 

Por eso, a no asustarse: Tenemos salidas, que no son Ezeiza, al menos para los sectores populares.

Se trata de “ajustar” a estos “ajustadores” y poner las cosas en su lugar. Un lugar donde sirvan a los intereses de las mayorías populares y no a las conveniencias de un reducido grupo de avivados. 

 

LA INFLACIÓN 

El ajuste en marcha tiene datos y números actualizados, uno de ellos es la inflación.

Ella no es nueva, convive con nosotros desde hace varios años. 

Basta recordar solo dos situaciones para comprender el país que ella supone. Una mayoría que diariamente puede verificar cómo, con su trabajo, puede comprar y consumir menos. Del otro dato, la existencia de sectores que son cada día más ricos, agudizando la brecha o grieta, la real, la que divide al pueblo de sus explotadores y saqueadores. 

Cerró el 2022 con una inflación anual del 94,8%, muy cerquita del 100% anual que marca un salto simbólico. Para este 2023, las previsiones oficiales marcan el 60%, la realidad apunta a números distintos.

En diciembre cerró con el 5,1% para ese mes. Sobre esos datos vinieron los anuncios oficiales en el sentido de que, para marzo/abril estaríamos entre el 3 y 4%. El 6% de inflación durante enero de este año, todo según datos del INDEC, echó un balde agua fría sobre las febriles cabecitas del Ministerio de Economía que dirige Sergio Masa, a quien la reconocida “rectitud” de Mauricio Macri se atrevió a rebautizar con de nombre de “ventajita”.

Ese traspié numérico hizo que Gabriel Rubinstein, el “hombre que sabe” y que hace las veces de Vice Ministro, corrigiera las expectativas y adelantara que para llegar al 3% mensual de inflación harían falta algunos meses más. 

Con el 6% de enero, la inflación anual (de enero a enero) trepó al 98,8% y dejó que los matemáticos calcularan que con una inflación del 5,3% en febrero, el total anual (de febrero a febrero) superaría aquel simbólico 100%. 

Estos temores se agrandan si tenemos en cuenta que los precios mayoristas de enero fueron del 6,5% y los de la canasta básica, que determina el mínimo para no ser pobre, fue del 7,2%. A todo lo cual hay que agregar que asoma un horizonte de estancamiento económico para el segundo semestre.

 

2017/2022 - AJUSTE: 

AVANCES Y RETROCESOS DE DISTINTOS SECTORES

Tratando de que la mirada no se centre en la grieta política, hay algunos datos que sintetizan la evolución de las transferencias presupuestarias a diversas actividades en el último quinquenio (2017/2022), según una síntesis del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, en todos los casos se trata de erogaciones (gastos según la normativa presupuestaria) producidos en ese período, donde se estarían aplicando políticas de ajuste. Se trata de “gastos” primarios, es decir, sin contabilizar los pagos por intereses de deudas y préstamos.   

Sobre un valor constante del peso, el “gasto” tuvo una disminución real del 6,5%. Siendo el año 2017 el de la mayor asignación de recursos y el 2019, como el menor. Con una caída del 18,7% entre 2017 y 2019; de esa baja hubo una recuperación del 15% para el 2020 (primer año de la pandemia), completándose el período con valores semejantes, dentro de una leve tendencia a la baja. 

Sobre el conjunto de rubros considerados, solamente hubo un crecimiento de los recursos destinados a solo 3 de ellos. Se trata de: Los Programas Sociales, que en ese quinquenio se incrementaron en 7 puntos; los subsidios a la energía, que crecieron 5 puntos; y con valores mucho menores avanzó la inversión real directa.   

Los demás sectores recibieron un trato distinto, siendo negativos sus resultados finales. A la cabeza de esta evolución negativa estuvieron las transferencias destinadas a los pensionados y jubilados que perdieron 4 puntos de su participación presupuestaria, del 38% que recibían se redujeron al 34% del presupuesto. Según algunas estimaciones del oficialismo, esta caída tiene que ver con dos causas: La brutal caída al inicio del macrismo y un achatamiento de la pirámide, según la cual los sectores que perciben la “mínima” están recuperando caídas anteriores. En cambio, sostienen, decrecieron fuertemente los haberes jubilatorios de las categorías con haberes altos. 

Los otros sectores que perdieron, dentro de la distribución de las asignaciones presupuestarias, fueron: los salarios, que redujeron en 2,16 puntos su participación; y las transferencias a provincias, que disminuyeron - entre 2017/2022 - 1,9 puntos.  

 

DESDE JAPÓN PROPONEN UN REMEDIO

AL ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL 

Quién puede negar que las 6852 islas que forman el territorio de Japón contienen bellezas extraordinarias, perfeccionadas a lo largo de esa cultura milenaria. 

Los hermosos pétalos de cerezas en flor se aproximan a la belleza total. Fueron admirados por los samuráis (guerreros) japoneses, por la brevedad de su existencia y porque esas flores simbolizaban las gotas de sangre esparcidas en sus guerras. 

En un territorio algo menor a la suma de nuestras provincias de Santa Cruz y La Pampa, residen cerca de 130 millones de personas. Poco más de la cuarta parte de su territorio, montañoso, es utilizable para residencias, uso agrícola o industrial. Sin embargo - en ese reducido espacio - se aloja la tercera economía mundial, después de EEUU y China. 

Las características de este pueblo y su cultura parecen haber sido hechas a la medida del capitalismo actual, que hegemoniza a occidente, desarrollándose en EEUU y gran parte Europa. Ello es así, no obstante que Japón nació y desplegó todo su vigor como país asiático. 

Después de que su alianza con Alemania sufriera una dura derrota en la Segunda Guerra Mundial, su suerte quedó fuertemente atada a los países occidentales, con cuyo destino y modelo político parecen estar comprometidos. Sin embargo, no pudo cumplir con los deseos del “sueño americano” en el sentido de que el vigor de su economía y la constancia de su pueblo, contribuyera a que los países asiáticos se embanderen con Occidente. El avasallante poderío chino lo impidió. 

Hoy Japón vive, al igual que los demás países desarrollados, con el problema de su envejecimiento poblacional, con una expectativa de vida que supera los 84 años. 

Hace pocos días The New York Times publicó que el japonés Yusuke Narita, de 37 años y docente de la Universidad de Yale, sugirió una solución a esta cuestión del envejecimiento. 

¿Qué propuso?, algo muy sencillo. ¡El suicidio masivo de los ancianos! 

Muchos jóvenes simpatizan con esa idea, porque consideran que “las generaciones mayores están atrofiando su progreso económico”. Taro Aso, quien fuera - hace 10 años - Ministro de Hacienda y ahora es Vicepresidente del Partido Liberal, propuso a los ancianos “darse prisa y morir”. 

En el otro extremo de estas afirmaciones que vienen del Japón, estudiosos de las culturas mapuche-tehuelche y coya-omaguaca resaltan el rol de las personas de edad para la recuperación de sus culturas originales.  Más allá de los roles que cada cultura originaria atribuye a las ancianas y los ancianos, hay núcleos juveniles de esas etnias que ven en los relatos de las personas de mayor edad la forma de superar el corte que significó el genocidio de sus antepasados. A partir de esos relatos están recomponiendo las historias colectivas de sus respectivas culturas, comenzado por sus lenguas.

Desde distintos lugares llegan las voces del futuro, cada uno sabrá desde qué perspectiva construir su propia vida. Si el porvenir está más cerca de la eficacia de quienes propugnan colocar el eje en aquellos que son más aptos para el progreso económico, objetivo de cualquier modelo capitalista, o si la prioridad está en la idea más elemental de aproximarnos al buen vivir, como lo proponen algunas culturas ancestrales. -

 







JUAN GUAHÁN

 

 




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sábado, 18 de febrero de 2023

Editoriales Rebeldes

¡ARGENTINAS Y ARGENTINOS ESTÁN CALIENTES!


















El título de este editorial no se refiere al comentario de panelistas de algún vulgar programa televisivo sobre chismografía del ambiente artístico. 

Se trata de algo mucho más serio, grave y preocupante: La ola de calor que invadió a gran parte de nuestro territorio y nos tuvo a mal traer por varios días. 

Una oleada supone al menos 3 días y sus noches que - de modo consecutivo - tienen temperaturas superiores a las habituales para esta época y cada lugar. 

Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) estamos asistiendo a oleadas de calor que duplican los niveles conocidos en décadas anteriores. Estas oleadas, además de ser más frecuentes, abarcan áreas mayores y alcanzan a más personas.

Ese incremento formaría parte del cambio climático que se está produciendo. Eso se traduce en varios fenómenos, entre los cuales este calor extremo es una manifestación.

Gran parte del territorio nacional estuvo sometido a temperaturas que rondaron los 40º. En algunos casos, y en las ciudades más importantes (Bs. As y Rosario), éstas alcanzaron niveles desconocidos desde la década de los 60’. 

Aquí se reitera aquel sentimiento generalizado en el sentido negativo (las insoportables temperaturas) que llega a todos; mientras que a los beneficios (el acceso a ambientes climatizados) solo acceden sectores mucho más limitados. 

Teniendo presente que el mundo industrial, con su quema de combustibles fósiles (carbón e hidrocarburos) es el principal emisor de los gases contaminantes que tienen que ver con el origen del calentamiento global, hay variados debates sobre las responsabilidades de los países en esta cuestión. En la actualidad, los principales responsables de tales emisiones son: China, con el 29%; EEUU, con el 15% y Europa, con el 10%. Otras mediciones que ponen el eje en la acumulación histórica de tales emisiones, tienen otros cálculos. Según esa metodología el reparto de emisión y responsabilidades es: Europa 40%; EEUU el 29% y el Sur global el 8%. 

 

EL MODELO PRODUCTIVO COMO OTRA CAUSA DEL CAMBIO CLIMÁTICO 

Más allá del marco general planteado hay cuestiones específicas, como el modelo productivo de nuestro país, donde es posible encontrar una causa del actual calentamiento global que estamos padeciendo.

Está claro que nuestra economía sigue encorsetada en un modelo agroexportador, foresto-minero. Esta es la Argentina, que - con excepciones históricamente breves - rige desde siempre. En ese marco tenemos dos grandes dificultades que se complementan: Producimos para mercados donde a los precios genéricamente los fijan otros intereses a los cuales tenemos que amoldarnos. Por otra parte, esas exportaciones están estrechamente ligadas a políticas extractivistas (agricultura transgénica, minería) o depredadoras (pesca, maderas) De modo tal que - bajo esos principios - nuestra riqueza se construye sobre la destrucción o saqueo de los llamados recursos naturales o bienes comunes. 

Ese modelo productivo contribuye al deterioro o liquidación de recursos con los que la naturaleza nos dotó y a los que vamos entregando o destruyendo. Concretamente se hace referencia - entre otros - al saqueo minero, la reducción de la superficie boscosa, el uso de paquetes tecnológicos que afectan tierra, salud y la parte productiva de la tierra que se va con lo que exportamos, desertificando nuestro territorio. 

El extractivismo y saqueo minero es la manifestación más directa y brutal de la continuidad de prácticas coloniales. 

Del total que la minería produce, queda para el Estado - deducidos los gastos y lo que declaran exportar - apenas un 1% de lo producido, sin contar reintegros y otros beneficios. Además, exportan por sus propios puertos privados. 

Así se entrega la riqueza mineral y se hipoteca el futuro económico de las zonas adyacentes, la salud de la población y el agua para la continuidad de la vida animal y humana.

Otras manifestaciones de este fenómeno son nuestras tradicionales líneas ferroviarias, que fueron diseñadas hacia el puerto siguiendo los intereses del saqueo británico. En el mismo sentido, hay Universidades que proveen personal capacitado, por migajas, como ocurre en el acuerdo con La Alumbrera Ymad UTE, que beneficia a esta empresa, dejando insignificancias a la Universidad de Tucumán. 

La reducción de la superficie boscosa es una de las principales razones que explican la degradación ambiental y las inundaciones.

A nivel mundial la superficie de bosques per cápita cayó el 60% en los últimos 60 años, disminuyendo 81,7 millones de hectáreas y afectando a unos 1600 millones de personas. 

Para nuestro país, las cifras no son mejores. La ampliación de las fronteras agropecuarias para darle lugar a los cultivos transgénicos es la causa de nuestro ecocidio. 

Se estima que se ha perdido un 66% de los bosques nativos en los últimos 75 años. Se trata de unas 300 mil hectáreas anuales. En esta materia, marchan a la cabeza las provincias de Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco. “Muy casualmente”, en esas provincias unos 2 millones de hectáreas han sido intrusadas, arrebatadas a los pueblos originarios o campesinos pobres para cultivos que demandan la aplicación de paquetes tecnológicos que hacen de zonas boscosas auténticos caminos asfaltados para que circule el agua de las lluvias. 

Los agrotóxicos y los paquetes tecnológicos constituyen el componente básico de la ampliación de las fronteras agropecuarias y de los desmontes, su instrumento necesario.

CASAFE, la Cámara de Agro-tóxicos, ha hecho pública la evolución del sector. De acuerdo a esa información, el uso de los mismos creció un 858% en estos últimos 22 años. 

Esta industria mundial integra a un conjunto de agro-tóxicos. Se trata de insecticidas, fungicidas y herbicidas, usados masivamente en cultivos transgénicos, fundamentalmente de maíz, soja y algodón. La mayoría de estos venenos son producidos por la trasnacional Monsanto/Bayer. Su consumo se concentra en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Salta y Santa Fe.

 

ALGUNOS EFECTOS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL 

Frenar el calentamiento global es un objetivo de múltiples reuniones de todo tipo, su incumplimiento es paralelo al riesgo de que ese fracaso acelere el colapso ambiental, que aparece por los cuatro costados. 

El terremoto que hace temblar a Turquía, que está dejando un tendal de decenas de miles de muertos y la destrucción de buena parte de los edificios donde habitan entre 10 y 15 millones de personas, es una muestra cabal de los riesgos que asoman en el horizonte. Sus efectos se expanden a una parte menor del territorio sirio. 

Un “éxodo de proporciones bíblicas”, así calificó el secretario general de las Naciones Unidas al riesgo que comienza a vislumbrarse con motivo del aumento del nivel de los mares provocado por este calentamiento global. 

La pérdida de espesor y achicamiento de los glaciares en los derretimientos en los casquetes polares del ártico y antártico están detrás de ese fenómeno, que da la impresión de ser incontenible.

Hay unos 900 millones de personas que podrían ser afectadas. 

Según las Naciones Unidas, para fines de siglo, cuando el crecimiento de los mares alcance unos 43 cm, importantes ciudades comenzarían a padecer los efectos de ese aumento de nivel. 

En nuestro país, partes de la Capital Federal, las costas de Entre Ríos y de la provincia de Buenos Aires comenzarían a sentir este fenómeno, que se iniciaría con recurrentes inundaciones en las zonas costeras. 

Las actuales sequías o inundaciones constituyen otra manifestación de este fenómeno que parece no tener límites. La Argentina de hoy lo padece bajo la forma de importantes sequías. Si bien se ha producido algunas lluvias que han mejorado - en parte - la situación, las pérdidas son millonarias. De todos modos, las previsiones siguen siendo que, en la zona núcleo, continuaría la escasez de agua para este ciclo productivo. Aunque se espera una moderación de las temperaturas. 

El consumo de sábalos, símbolo de la pesca y dieta de la población del litoral, está gravemente afectado para quienes residen en la costa del Río Salado. El gobierno de Santa Fe estudia su prohibición, en la parte inferior del Salado, como consecuencia de investigaciones realizadas por la Universidad del Litoral y el CONICET. 

Según los informes producidos, su ingesta es un peligro para la salud pública dado el altísimo nivel de agro tóxicos acumulados en los cuerpos de los sábalos.

Sobre esas costas se vierten las aguas de los cultivos de soja y maíz, éstas incorporan una alta cantidad de compuestos agro tóxicos. La contaminación alcanzada es la más alta conocida en el mundo, para áreas donde se producen alimentos. 

 

LOS NARCOS VIENEN MARCHANDO 

Hay dos grandes preocupaciones de la sociedad que da la impresión de que se están arraigando en la conciencia colectiva. Inflación e inseguridad van a la cabeza de esas preocupaciones.

En materia de inflación, la política económica que dirige Sergio Massa está llegando a su punto crítico. Si bien cuenta con el aval de los principales referentes del poder económico y también con la simpatía del FMI, las cosas resultan muy complicadas para salir del barrial en el que está metido. 

Obviamente, el tema de la inflación no solo es la cuestión obligada que está presente en la mayoría de las conversaciones, sino que es motivo de sufrimiento para la castigada población que vive del salario, que todos los días se desvaloriza. 

La reciente inflación del 6% para el mes de enero, no hace más que confirmar estas complejidades. 

Es sabido que una buena parte de los problemas de inseguridad, agrandados por el sistema mediático, tiene que ver con dos temas recurrentes: Alguna vinculación con el narcotráfico o con los generalizados problemas económicos. 

Respecto a esta última cuestión, hay varias investigaciones que concluyen que el número de delitos crece en la última semana de cada mes. Se trata del período donde los escasos recursos, producto de alguna changa o la asistencia estatal, se van agotando. 

Si bien es cierto que el delito no puede considerarse como un hijo de la pobreza, es difícil negar que las carencias de todo tipo y las estridentes desigualdades generan una cultura que permite naturalizarlo. 

Un fenómeno distinto se da en el caso del narcotráfico. Particularmente cuando éste alcanza los niveles que hoy tiene en Rosario y que dicha situación tiende a expandirse hacia otras geografías.

En estos días llamó la atención la declaración del presidente del Supremo Tribunal de la justicia santafesina, quien sostuvo: “En Rosario se ha perdido el control del territorio”. 

Como el que lo dice está al frente de uno de los poderes estatales, la pregunta que surge como lógica es: Pues entonces, ¿quién gobierna en esa provincia? 

Un adelanto de la respuesta supone dar cuenta del desmembramiento de nuestra sociedad y de los modos a través de los cuales ese tráfico está ocupando un lugar cada vez más decisorio en el conjunto del sistema estatal. 

Hasta ahora éramos testigos de que el Estado estaba - por lo menos - anestesiado. Con el paso del tiempo ese Estado anestesiado va perdiendo funciones a mano del poder económico, esa tendencia ahora se profundiza con estos avances del narco tráfico que, por cierto, tiene fuerte vínculos con el sistema financiero.

Esta afirmación de la primera figura de la justicia santafesina pone en blanco sobre negro esta realidad apabullante.  

Nada de esto es gratuito, por detrás hay muchas víctimas, familias destruidas y una devastación colectiva. Que no sea un adelanto de la disgregación en marcha. 

Hasta ahora - para muchos - todo esto era simplemente una indicación acerca de que dentro del Estado algunos funcionarios jugaban a tener una ventanilla extra para mejorar sus ingresos. Sería bueno que tuvieran presente que la cuestión ha cambiado, y que la droga apunta a destruir valores y debilitar a las sociedades. 

Hasta cuándo se lo va a tolerar es una pregunta cuya respuesta nadie conoce. -

 

JUAN GUAHÁN

 

 


 

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lunes, 13 de febrero de 2023

MiniRepos desde abajo

ECHANDO RAÍZ EN NUESTRA PATAGONIA 

NOTICIAS Libres del Pueblo entrevistó a Jalil, joven exponente de nuestra militancia más austral. Puerto Madryn, su lugar de residencia, es una ciudad argentina situada sobre la costa de la zona norte de la Patagonia. Sus playas de arena y su paseo costero repleto de restaurantes miran hacia la bahía del Golfo Nuevo, en donde las ballenas francas australes se reproducen de mayo hasta diciembre. Su Ecocentro es un museo edificado sobre un acantilado, que ofrece   exhibiciones de la naturaleza local y una torre con estilo de faro con vista al océano. Al otro lado de la bahía, la rocosa Península Valdés alberga pingüinos y elefantes marinos, los que son cazados por las orcas. Pero detrás de esas maravillas frecuentadas por el turismo también hay un pueblo que padece los rigores de la situación económica, el abandono de la capital - puerto del país, y la histórica codicia de intereses multinacionales.

 

Contános algo sobre tu trayectoria política

previa a este espacio de militancia. 

Nunca tuve participación política

hasta que nos integramos a la OLP Resistir y Luchar.

 

¿Cuál es tu realidad laboral actualmente? 

Estoy desempleado, y enfocado 100% a mejorar mi condición social

luchando junto a la organización.



¿Cuáles son los proyectos que están desarrollando?

En Puerto Madryn aún somos pocxs compañerxs, pero tenemos el deseo

de arrancar un emprendimiento con salida laboral en el rubro comercial. 

 

¿Qué relación tienen con la intendencia? 

No tenemos ningún tipo de vínculo con el municipio local. 

 

¿Cuál es vuestro arco de alianzas local? 

De la Coordinadora por el Cambio Social, dialogamos con el FOL,

y de la Unidad Piquetera con el Polo Obrero.

 



 

domingo, 12 de febrero de 2023

MiniRepos desde abajo 

UNA DOMITILA EN LA CIUDAD DE LAS DIAGONALES

NOTICIAS Libres del Pueblo conversó con Stella Maris Saldaña, referente del Proyecto “Juntxs somos Unx” de la OLP Resistir y Luchar de La Plata, surgido de la Diplomatura en Salud “Floreal Ferrara”, iniciativa conjunta de Las Domitilas y la Universidad de lxs Trabajadorxs. La capital de la provincia de Buenos Aires, está ubicada a 56 km al sudoeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital del país. Es, a su vez el principal centro político, administrativo y educativo de la provincia. La ciudad tiene, según el censo de 2010, una población de 193.144 habitantes. Además, por ser capital, es sede de los tres poderes provinciales: tanto el ejecutivo provincial junto con sus ministerios, el Poder judicial como el Poder legislativo provincial tienen su asiento en La Plata. El Gran La Plata es un conglomerado urbano formado alrededor de la ciudad. Está compuesto por gran parte de la población urbana del Partido de La Plata, y por la población urbana de los partidos de Ensenada y Berisso. Domiciliada en el barrio de Villa Alba, durante la segunda mitad de 2022 Stella, junto a un grupo de compañerxs, resolvió tomar distancia de políticas punteriles para integrarse plenamente a la de nuestra organización. Actualmente motoriza un emprendimiento que apunta fundamentalmente a la contención de niños y adolescentes, en una zona muy precaria de la ciudad.







Contános algo sobre tu trayectoria política previa a este espacio

de militancia.

Antecedentes de participación política no tengo ninguno. Pero colaboré en un merendero cuyo funcionamiento no me satisfizo. 









¿Cuál es tu realidad laboral actualmente? 

A nivel laboral, tengo una feria de segunda oportunidad. 

¿Cuáles son los proyectos que están desarrollando?

Estamos inaugurando un espacio de participación comunitaria. La idea es brindar, entre otros servicios, apoyo escolar, para ir logrando que poco a poco las familias se vayan acercando. Y ofrecer también talleres de capacitación en artes y oficios para la gente del barrio. Además, hice un curso de Manipulación de Alimentos al servicio de este proyecto. Me interesa que quienes participen compartan este conocimiento, acerca de cómo se debe servir la leche a los pibes para manejarnos con el máximo cuidado. 


¿Qué relación tienen con la intendencia? 

En dos oportunidades tuvimos contacto con la Municipalidad. Llevamos una propuesta de mejoramiento de la salita de primeros auxilios del barrio con un petitorio conteniendo más de 100 firmas. Nunca respondieron, el reclamo quedó cajoneado. Y tuvimos otro encuentro con el Área de Tierras, donde nos recibieron muy bien. Vamos a ver si este año tenemos la posibilidad de concretar la solución de los problemas que tiene la gente con sus respectivos terrenos. Aspiramos a establecer un canal de ida y vuelta con la intendencia cuando nuestro trabajo se ponga en marcha. 







¿Cuál es vuestro arco de alianzas local? 

Tenemos previsto interactuar con otras organizaciones sociales que trabajan en el barrio. -

 

 

 

 

  

sábado, 11 de febrero de 2023

Editoriales Rebeldes 

NO SÉ LO QUE QUIERO, PERO ¡LO QUIERO YA!












 

Esta frase, cantada por Luca Prodan y Sumo a fines de los 80’, resume buena parte del inmediatismo que se impone en nuestras grandes urbes. Es cierto que en muchos casos está legitimada por históricas deudas sociales, aunque en otros solo sirve para mantener y fortalecer privilegios tradicionales. 

Hoy en ella se expresan dos ideas del momento actual. Por un lado, las urgencias por encontrar respuestas, un tema que preocupa a gran parte de nuestra sociedad. Por el otro, la multiplicidad de las demandas que activan y fortalecen los reclamos de diversos colectivos. Estas peticiones son tantas, tan profundas, y muchas veces contradictorias que, en variadas oportunidades, generan en el imaginario colectivo la idea de problemas sin solución y contribuyen a este estado de bronca e insatisfacción que va creciendo en la sociedad. 

La urgencia de esas demandas, provenientes de sectores muy diversos y más de una vez opuestos, es una característica de estos tiempos.

El Estado que tenemos a la vista no solo es incapaz de conducir y fijar la respectiva hoja de ruta que establezca las reglas para una superación de los problemas. Ni siquiera está en condiciones de mediar en la sociedad dada su extrema debilidad, incapacidad, conflictividad interna, básicamente por estar al servicio de intereses que no son los de las grandes mayorías. 

Debilitado el Estado queda, como el mayor poder, la fuerza bruta de los sectores económicos más importantes.

La sociedad, al percibir esta situación, obra en consecuencia. Cada sector presiona, del modo que puede, en busca de sus reivindicaciones. 

Perdida hace tiempo la soberanía popular como punto de referencia, y un sistema institucional que la haga realidad, las decisiones dependen de la capacidad de presión que cada uno pueda exhibir. 

Tenemos a la economía en manos de las decisiones que adopta nuestro tramposo prestamista, el FMI. El rumbo económico podrá expresar diferencias menores, pero oficialismo y oposición dejan las decisiones mayores en manos de ese organismo y sus políticas. 

De ese modo se fortalece la idea que desde hace tiempo circula en los medios politizados: En nuestros países, la derecha tiende a controlar las políticas económicas, naturalizadas y justificadas por la influencia del poder mediático de los grandes medios. Mientras tanto, a las políticas consideradas culturales, cedidas en gran parte a sectores más progresistas, se les permite un tono más crítico. 

En ese reparto los sectores populares más humildes siempre pierden, particularmente en aquellas cuestiones que se vinculan con los asuntos de la vida cotidiana, como el mantenimiento de la familia, la comida, los ingresos y el techo. Es decir, aquellas cuestiones que tienen que ver con las políticas redistributivas, de ingresos y acumulación económica. 

Este sistema resulta más o menos tolerable, en tiempos y sociedades donde hay una clase media más extendida y en países con mayores recursos - como el nuestro - o bajo circunstancias favorables, como, por ejemplo - para nosotros - los precios internacionales de nuestras principales producciones. Pero las cosas cambian en tiempos en que flaquean las vacas gordas, ya sea por cuestiones de nuestro pésimo modelo económico o por factores naturales como la sequía que estamos atravesando. 

Para estos momentos tales demandas crecen y al poder estatal se lo observa rebasado, de modo tal que sus respuestas resultan insuficientes, aún para aquellos sectores que se pueden considerar como tradicionalmente satisfechos. 

Constituyen una excepción quienes detentan el poder económico o forman parte de la élite que se beneficia con esa relación. Éstos tienen el control del aparato estatal para proporcionarle las respuestas que demanda.

Una satisfacción menor, aunque semejante, reciben quienes ocupan un rol en las actividades productivas vinculadas a la exportación o funcionarios jerarquizados de algunos servicios estatales o personal especializado en tareas de servicios informáticos, muchas veces prestados a diferentes puntos del mundo. Todos éstos y otros sectores semejantes constituyen ese 10% de la sociedad (unos 4,5 millones de personas) que viajan, llenan los restaurantes, consumen turismo, tienen acceso a una educación y sistema sanitario de excelencia. Ellos conforman el decil o décima parte de la sociedad que tiene mayores ingresos. Ése es el sector, proporcionalmente reducido, pero de mayor visibilidad e impacto en el conjunto. El modelo a imitar que “venden” los medios masivos.   

De todas maneras y a pesar de los privilegios que gozan, o justamente por eso, estos sectores se sienten agraviados por los reclamos - aunque sean mínimos e insignificantes - de las grandes mayorías que demandan algo de justicia. 

 

LOS MÚLTIPLES RECLAMOS 

Pero no están allí las carencias, ni la falta de respuestas, éstas se reparten entre el 90% (los más de 40 millones) donde está incluido el resto de la sociedad. 

Allí se multiplican los reclamos legítimos, provenientes de diferentes sectores mayoritariamente desatendidos. 

En ese 90% podemos encontrar, entre otros, a la parte inferior de los tradicionales sectores medios, cuya fortaleza e importancia nuestra sociedad exhibió orgullosa por largas décadas. 

De ese sector proviene la mayoría de los que buscan una solución en otras tierras y de quienes suman su angustia a una sociedad que les niega lo que fue un modo de vida, cada día más lejano. Con esperanzas que se van desvaneciendo, procuran aferrarse al nivel de vida que tenían. Guiados por la vocinglería del sistema, reproducida por los grandes medios, no logran orientar la bronca de sus insatisfacciones hacia el modelo dominante y las minorías privilegiadas. Por eso lo descargan hacia aquellos que, estando en una situación mucho peor, tratan de no callarlo, expresándolo públicamente. Su alterada reacción ante legítimos cortes de ruta o calles, lo prueba y certifica. 

Por último, está la mayoría. Son los sectores más humildes, trabajadorxs ocupadxs o desocupadxs, muchxs de ellxs claramente excluidos, los “descartables”, para el sistema que viven en la pobreza o indigencia. Si bien muchxs de ellxs están sindicalizadxs no es allí donde encuentran respuesta a sus crecientes necesidades. El nivel de ingresos de estos sectores y la evolución de los haberes jubilatorios figuran entre quienes han sido los más afectados, en estos últimos años, por la política de ajuste dictada por el FMI. Un reciente Informe del Ministerio de Trabajo aporta dos datos que no pueden dejar de preocuparnos. Uno dice que, mientras el promedio salarial no llega a los 130 mil pesos, la canasta básica de una familia tipo - para no caer en la pobreza - está por encima de los 145 mil. El otro dato es que más de la mitad de lxs trabajadorxs no llega al promedio de los 130 mil pesos mensuales.

Lo que se puede considerar como el núcleo más dinámico de estos sectores, que ocupan el eslabón más bajo de esta sociedad, están organizados en función de lo que es denominado Potenciar Trabajo, un Programa estatal teóricamente destinado a transformar el subsidio de los planes sociales en actividades productivas. 

Si bien los resultados - hasta ahora alcanzados - no son muy significativos, podría ser un camino para recuperar el sentido del trabajo, superando los límites del mero asistencialismo. Se trata de más de un millón trescientos mil beneficiarios. El 80% de ellxs es asistido a través de la mediación de organizaciones sociales oficialistas y municipios del mismo color. El 20% restante está organizado por sectores de izquierda. Sus reclamos se hacen sentir en las calles. Con decenas de miles de manifestantes, esta semana hubo más de 100 cortes de rutas y calles. El gobierno acosa a sus beneficiarixs mediante diversas verificaciones. En estos momentos se está debatiendo la suerte de unos 160 mil beneficiarios que, a juicio del Estado, no se han registrado debidamente. Mientras que las organizaciones sociales sostienen que esos beneficiarios carecen de los conocimientos y elementos técnicos necesarios para hacerlo.

Allí están los reclamos legítimos que merecerían una respuesta ¡ya! y que sin embargo no son atendidos.

 

MIENTRAS VENIMOS “CUESTA ABAJO EN LA RODADA”

SE RECLAMAN CAMBIOS “RÁPIDOS Y PROFUNDOS”

Todos los indicadores coinciden en el hecho de que la sociedad contina su descomposición. Los índices de pobreza, nuevo estancamiento económico, deserción y bajo nivel escolar, déficit de viviendas, avances del narcotráfico, y crisis sanitaria, no dejan lugar a dudas sobre la extensión y profundidad de nuestros problemas. 

Ante esta realidad, desde la sociedad viene la pretensión de “cambios rápidos y profundos”. La consultora Innovación, Política y Desarrollo (IPD) acaba de publicar una encuesta en la cual, la mayoría de los argentinos, el 67% de la población lo está demandando. 

Ante esta realidad caben algunas reflexiones. 

La primera de ellas gira en torno a las preocupaciones de la mayoría de la dirigencia política, ensimismada en sus internas y avatares electorales mientras que la situación de la mayoría de las personas tiene otros y más significativos problemas por resolver.

Otra cuestión, no menos importante, tiene que ver con la multiplicidad y diversidad de las demandas. Ello es indicador de varias cuestiones. Por un lado, habla de la falta de liderazgo por parte del gobierno que, lejos de orientar o guiar a las expectativas colectivas de las grandes mayorías populares, agota sus recursos y fortalezas en cumplimentar sus fraudulentos compromisos con el FMI, apoyándose en los sectores más satisfechos, dejando indefensa a la mayor parte del pueblo. 

Tampoco escapa a esta crítica buena parte de la dirigencia de los sectores populares que no ha encontrado la forma de superar los límites de sus propias luchas sectoriales. Más allá de los importantes avances desarrollados, no han podido, no han sabido o no han querido elaborar y construir, junto a otros sectores del pueblo, prácticas productivas, de organización y movilización social para demostrar al conjunto de la sociedad que hay en el horizonte otro futuro posible. 

En lugar de abrir nuevos caminos han preferido insistir en la reiteración de las viejas prácticas y metodologías que el sistema de poder ya sabe cómo tratar y neutralizar, utilizándolas para producir enfrentamientos internos y con otros sectores sociales, desviando así el objetivo de esas luchas y permitiendo la supervivencia del sistema. 


EN EL CASO DE LOS RUGBIERS:

PRISIÓN PERPETUA, ¿ES JUSTICIA?

¡Sin prisión perpetua, no hay Justicia! Clamaban desde los medios hegemónicos, más cerca de una venganza (o del ojo por ojo…) y de intereses corporativos que de la Justicia como institución al servicio de la vida en sociedad. La justicia, desde todo punto de vista, es uno de los valores más manoseados de la sociedad, pero es también un valor inmensamente positivo y su organización, una necesidad invalorable para convivir.

La expansión del derecho penal (parece que todo se debe dirimir en la Justicia) junto a un mayor punitivismo (donde crecen figuras delictivas y penas), son guías que iluminan al Derecho Penal de estos tiempos. Sin embargo, a pesar de estas medidas, la violencia y los delitos crecen sin límites que los contengan.

El hecho referido, en sí mismo, es de una crueldad que solo puede entenderse en medio de la existencia de fuertes sentimientos de impunidad y de una incontenible violencia social.

De mantenerse y ejecutarse las sentencias impuestas, surgen algunas preguntas:  De este modo ¿mejora la convivencia social o se multiplican y acrecientan la violencia, los odios y rencores? 

No hace falta ser sabio o erudito para entender cómo modelan las cárceles a quienes transitan por ellas. 

Como en tantas otras cuestiones, el sistema de la justicia debe ser revisado en profundidad, el modo de reparación y el rol de las comunidades involucradas no deben faltar para establecer las penas y sus modos de ejecución. 

Por supuesto que todo ello será posible cuando hayamos logrado “dar vuelta la tortilla” y la institución judicial no sea el reguardo de los intereses de minorías satisfechas. - 

 

JUAN GUAHÁN

 

 


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DE LOS NOMBRES QUE SIGUEN ARDIENDO: COMANDANTE ROBERTO PERDÍA

  Roberto Cirilo Perdía, “El Pelado”, fue más que un dirigente: es un símbolo de lucha, convicción y entrega en la historia de la militancia...