sábado, 28 de enero de 2023

Editoriales Rebeldes 

PERÚ: UN PAÍS, DOS CULTURAS











En estos días, los hermanos peruanos están protagonizando importantes manifestaciones. Se trata de una transición entre el poder de quienes se identifican con la cultura de los conquistadores y que todavía siguen gobernando y la de quienes simbolizan un nuevo modelo capaz de dar su lugar a la identidad y cultura de los descendientes de los pueblos originarios. 

Pero… Perú no es un país cualquiera. Desde lo que hoy son sus tierras se propagó, en los tiempos precolombinos, el imperio incaico - el más importante de Nuestra América -, cuya extensión se adentraba en territorios que hoy forman parte de nuestro país. Allí tuvo su sede el Virreinato del Perú, del cual éramos parte.  Hasta su capital - Lima - llegaron las fuerzas libertadoras del Ejército de los Andes, cuyo Jefe - José de San Martín - selló, junto a Simón Bolívar, la independencia sudamericana y fue declarado Protector del Perú. 

Su población indígena es, junto a la boliviana y ecuatoriana, de las más importantes de la región. Las lenguas quechua y aimara se extienden por toda el área andina, constituyendo un vínculo de pueblos que hoy reconocen diferentes nacionalidades. 

Su campesinado, sobre todo en la Sierra, está organizado en unas 5 mil comunas que controlan el 15% de su territorio y radica un 20% de la población nacional, pero hasta allí no llegan las políticas costeras.  

De un modo semejante a lo ocurrido dos siglos atrás, la región andina sigue siendo el escenario donde se están jugando los aspectos centrales del predominio cultural para los próximos tiempos.

En el siglo XIX, toda Nuestra América sujeta al dominio de España logró independizarse políticamente, pero cayó bajo el dominio de quienes tenían el poder de los puertos y el control del comercio internacional. Allí naufragaron los triunfos de aquella independencia, pero no la voluntad de recuperarlos. 

El Perú de hoy, con 7 presidentes en los últimos 5 años, es una muestra de una crisis histórica no resuelta. Por un lado, el Perú de los pobres, el Perú indígena, el de la sierra y la selva. Allí desde hace 5 siglos se padece el desprecio y genocidio por parte del otro Perú, el de los blancos, el de la costa, el Perú de Lima, donde radica el poder. En ambos la presencia indígena es importante, siendo aún mayor la de los mestizos, pero éstos últimos - en la sierra y en la selva - se integran mayoritariamente a los intereses y cultura indígena. Ésta choca con el poder y los valores del progreso y ascenso individual de los blancos limeños. 

Un reciente Golpe de Estado, de estos “golpes institucionalistas” con fuerte protagonismo parlamentario (Haití 2004; Honduras 2009; Paraguay 2012; Brasil 2016 y Bolivia 2019) encarceló al Presidente peruano Pedro Castillo semanas atrás. Este nuevo Plan Cóndor o renacer de la Doctrina de Seguridad Nacional puso fin a un gobierno débil y vacilante, elegido por el pueblo pobre. Pero este nuevo Golpe desató la ira contenida durante siglos contra las élites que gobiernan desde Lima, sin atender a las demandas y cultura de estos pueblos sumergidos.

Estos mismos pueblos cobijaron la heroica acción de Tupac Amarú y su intento independista. De la derrota de esa gesta y de la unidad querida por nuestros primeros patriotas nacieron los países de Nuestra América que hoy conocemos, que en pocos años se dieron las constituciones liberales que aún perduran.

La obscena desigualdad que separa a estas dos realidades que conviven bajo el nombre de Perú explica el intento del pueblo pobre por llegar a Lima y ocuparla. 

Justificando y naturalizando esa fractura, la Presidenta usurpadora ha dicho que “Puno (una de las zonas más críticas) no es Perú”. 

Nunca sabremos la cantidad de luchadoras y luchadores caídos, que están pagando con su vida el precio de ese intento por rescatar soberanía. 

El poder ya hizo pública su política: Reprimir. El pueblo tiene la suya: Resistir. Es conmovedora la actitud solidaria de los pueblos indígenas de la sierra y la selva, manteniendo la logística de los miles de manifestantes. También se destaca la actitud de los jóvenes que abrieron las puertas de la Universidad para acoger a los manifestantes. No es menos emocionante el gesto de comunidades indígenas bolivianas que acercan comida a sus hermanos del Tahuantinsuyo (donde “tahuan” es 4 y “suyo” equivale a región) Es decir, las 4 regiones originales del imperio incaico y que la Confederación Peruano-boliviana intentó reunificar (1836/1839)

No son pocos los gobiernos, algunos de ellos de pensamiento progresista, que no quieren ver este drama del pueblo peruano. Dicen hacerlo en nombre de una democracia, que está fundada en principios jurídicos e institucionales de origen occidental que han avalado y avalan el genocidio del pueblo indígena. 

Es imposible saber el destino final de la lucha que hoy está librando el pueblo peruano. Pero no quedan dudas acerca de que ella es un eslabón de esas transiciones que comienzan a recorrer nuestros pueblos en búsqueda de su segunda y definitiva independencia y por un nuevo modelo social, donde los valores de solidaridad y colaboración sean superiores al egoísmo y la ganancia que hoy rigen en nuestras sociedades.

 

VACA MUERTA: “ZAFAR” HOY, ¡QUE PAGUEN LOS QUE SIGUEN! 

Da la impresión de que los jerarcas de los países petroleros, con el Mundial de Fútbol y otras cuestiones que parecen de otro planeta - las cuales van desde inimaginables “ciudades del futuro” hasta fabulosos contratos futboleros -, se han ganado la admiración de nuestra dirigencia. Acorralados por su ineptitud y/o su escasa voluntad de confrontar con los poderosos, nuestra dirigencia pretende salir de los actuales atolladeros trasladando la crisis a las próximas generaciones.

Por ello en vez de planificar una política distinta y de largo plazo, optan por respuestas más sencillas y directas como Vaca Muerta, aunque con ello hipotequen el futuro. Disputan un reconocimiento de su participación protagónica porque saben que el sistema se lo retribuirá, considerándolos “estadistas”.   

Pruebas al canto, Alemania procura amortiguar los efectos de la falta de gas proveniente de Rusia adquiriéndolo a los EEUU. La reciente llegada del primer cargamento al puerto alemán de Wilhelmshaven motivó una dura respuesta de la Asociación Alemana de Ayuda Medioambiental. Se trataba de gas proveniente de una fractura hidráulica, extraído mediante el sistema de fracking. Según esa denuncia, ello motiva elevadas emisiones de metano (uno de los gases que produce el “efecto invernadero”), que podría provocar terremotos y supone el consumo de varios millones de litros de agua por perforación. Siendo prohibido en algunos Estados norteamericanos y países europeos. Por eso fue calificado como un “golpe histórico a la protección del clima y la naturaleza”. Pero, claro… para esta dirigencia ese problema es de las generaciones futuras.

Prácticamente toda nuestra dirigencia actual comparte esa perspectiva y lo que ocurre con Vaca Muerta lo certifica. Su distancia de los grandes centros urbanos y la complicidad de toda la “gran prensa” le han quitado trascendencia a ese problema que ya comienza a pagar esta generación y que será trasladado a las siguientes. 

El pago de la deuda fraudulenta contraída con el FMI, las inversiones necesarias para la construcción de gasoductos y los recientes acuerdos con Brasil contarán con el beneplácito de los organismos financieros internacionales y seguramente serán aplaudidos por toda esta dirigencia.  

Primero fuimos endeudados, ahora nos ofrecen la posibilidad de ir zafando al precio de un extractivismo que sigue destruyendo esta realidad y lo que vendrá. 

 

CELAC, VENEZUELA, LULA Y “SUR” (MONEDA REGIONAL) 

Esta semana se realizó en Buenos Aires, la VII Cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) Participaron representantes de todos sus países miembros, incluida la presencia de 13 jefes de gobierno. 

Se trata de una organización regional de tipo intergubernamental, fundada en el 2010, que agrupa a 33 naciones de la región y está destinada a la promoción del desarrollo e integración de los mismos.

Fue impulsada por los gobiernos progresistas de Cuba, Venezuela y Nicaragua, con la finalidad de integrar a sus aliados de Centroamérica y el Caribe, contando con el aval de países sudamericanos. 

Sus acuerdos no son vinculantes y la reunión de Buenos Aires estuvo marcada por dos hechos significativos: La presencia de Lula, como manifestación de una renovada y efectiva participación brasileña, y el cambio del Presidente Pro Témpore que estaba ocupado por el argentino Alberto Fernández. Por acuerdos preexistentes, pasó a manos del primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, un dirigente próximo a los gobiernos de los países fundadores de este foro. 

No dejó de llamar la atención la ausencia de Nicolás Maduro, Jefe de Gobierno venezolano. Lo fundamentó en que su presencia quería ser usada para una emboscada a su persona. Se trataba de reclamos de venezolanos residentes en nuestro país y del petitorio de Patricia Bullrich para que sea detenido por las acusaciones de violaciones a los derechos humanos. Una maniobra más en el camino de aislar al gobierno de ese país.  

Lula fue la figura protagónica de este Encuentro. Por la importancia del reingreso de Brasil a la CELAC; por los múltiples y formales homenajes ofrecidos; por el trato preferencial dispensado por el Presidente Fernández, y también por no haber pasado por el montaje fotográfico armado por Cristina en su despacho del Senado. Por allí desfilaron, en el carácter de audiencias oficiales, Xiomara Castro, Presidenta de Honduras y los Presidentes de Bolivia, Luis Arce y de Colombia, Gustavo Petro. 

Por último, a partir de los encuentros entre Lula y Alberto Fernández tomó vuelo una idea que ya tiene muchos antecedentes. Hablamos de una moneda común.  No es mucho lo que se sabe sobre sus características, pero es mucho más lo que ha trascendido acerca de su denominación: “Sur”.

Argentina y Brasil encabezan esta idea, que podría ampliarse al resto de la región.

A diferencia del Euro, que reemplaza a las monedas de los países que adhieran al mismo, Sur no ocuparía el lugar de las actuales monedas locales: El peso argentino y el real brasileño seguirían funcionando con sus respectivos roles locales. Según las ideas más escuchadas en el entorno de los dos gobiernos que la propusieron sería una moneda virtual común puesta originariamente al servicio del intercambio comercial entre las partes.

De este modo saldríamos de los condicionamientos del área dólar y se contribuiría a mejorar las condiciones para el intercambio regional. 

La idea, además del aval de los presidentes, ha recibido variados apoyos y críticas.

Lula la imagina - para no depender del dólar - como una moneda común en los países del Mercosur, tal como se intentó hacer en los países del BRICS, sin haberla concretado hasta el presente.

Maduro fue el primero en volcarse a favor de la nueva moneda, sosteniendo que Venezuela está preparada. 

Según estimaciones del Financial Times esta posible moneda representaría el 5 % del PIB mundial. Actualmente, la moneda común más fuerte es el euro, con casi 14 % del PIB global. 

El gurú del mundo tecnológico y propietario de Twitter, Elon Musk, dijo que la iniciativa "probablemente sea una buena idea". 

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, adelantó que su país no se sumaría a esta propuesta porque “tienen muchas razones para seguir manteniendo como referencia al dólar". Propuso la “unión de todos los países de América, pero integrando a EEUU y Canadá, lo que nos transformaría en la región más importante del mundo”.

Los economistas del sistema recibieron la noticia con una mirada crítica y Sergio Massa pareció poner distancia al plantear que “no hay que crear falsas expectativas” y que llevar adelante la nueva moneda demandará muchos años y que ese anuncio es solo el puntapié inicial.- 

 

JUAN GUAHÁN

 

 



 

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sábado, 21 de enero de 2023

Editoriales Rebeldes 


LA ECONOMÍA DEL PODER, AGUANTA; 

LA DEL PUEBLO, NO.

SI HAY DOS ECONOMÍAS, 

TAMBIÉN HAY DOS POLÍTICAS


Quien imagina a la vida como una serie de sucesos que se despliegan a lo largo de una línea recta es probable que “se coma la primera curva” que se le aparezca. Siempre nos movemos en la sinuosidad de caminos y posibilidades contradictorias. De allí derivan las opciones donde se puede ejercer esa pequeña cuota de libertad, que encierra la vida de cada uno de nosotros y de diferentes organizaciones. 

Lo dicho vale tanto para las decisiones cotidianas como para otras, individuales o colectivas, mucho más trascendentales. Es por eso que las diferentes situaciones admiten diferentes respuestas según el lugar desde el cual se hagan las apreciaciones del caso.

En las reflexiones de hoy se dará cuenta de sucesos recientes que ponen a prueba algunas de las contradicciones que atraviesa el gobierno y la sociedad actual, y las dificultades para insertamos en esta contradictoria realidad mundial. No quedará afuera el tema de las personas y/o corrientes que se perfilan con mayores posibilidades para conducir esta realidad, centralizada entre las imposiciones del poder del FMI y de nuestro derecho a una mayor autonomía. 

 

ALGUNAS CONTRADICCIONES QUE ATRAVIESAN

GOBIERNO Y SOCIEDAD ACTUAL 

Esta cuestión abarca dos tipos de problemas, los económicos y los políticos. A su vez, los económicos reconocen dos grandes tipos, aquellos vinculados a lo que pasa, considerado desde el punto de vista del sistema de poder económico, y cómo se viven esos problemas desde el propio pueblo. 

Algo semejante se da en lo político respecto a quienes ejercen el poder y quienes lo padecen. 

La realidad mirada desde el mercado, controlado por el poder económico

En términos generales, ese es el punto de vista que el gobierno reconoce como determinante. A pesar de los dichos presidenciales al asumir: “Los últimos serán los primeros”, desde el inicio el rumbo es otro. Tanto los ingresos salariales como los haberes jubilatorios siguen perdiendo su carrera respecto a la inflación. Esa tendencia se profundizó a partir de agosto pasado, cuando asumió Sergio Massa como un ministro a cargo de la presidencia. 

El objetivo planteado era recrear la confianza pública en el gobierno superando el temor a una debacle generalizada. Disminuir la inflación y mejorar la situación del Banco Central evitando la anunciada devaluación, serían los instrumentos principales. 

Esta semana se ordenó la recompra de la deuda (por más de mil millones, extraña y prioritariamente vinculados a vencimientos del 2029 y 2030) Los “mercados” se pusieron felices como siempre lo hacen cuando les pagan… ¡y por adelantado! Su respuesta fue inmediata: Mejora de las acciones argentinas en Bolsa de Nueva York; baja del riesgo país y caída del valor de los dólares alternativos. Eso pasó y puso en evidencia esa mayor confianza, de los grandes operadores económicos locales e internacionales. Y Massa sigue sumando puntos…

Cómo repercute en el pueblo la economía que impulsa el gobierno

A este conjunto de medidas adoptadas de un modo consensuado con el FMI, hay que agregar la suba de las tasas de interés, que frenan el despliegue de la economía y permiten avizorar un estancamiento de la misma. En ese sentido el INDEC ha publicado los datos sobre la evolución de la Canasta Básica Total (CBT) y de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) Ambas mediciones son las que determinan los límites de pobreza e indigencia y las dos superaron (para el 2022) el 100% anual. Es decir que estuvieron por encima de la propia inflación general. De lo cual surge que son los sectores más humildes quienes más cargan sobre sus espaldas los avances inflacionarios. 

La política y su doble juego: El posibilismo del poder y las necesidades insatisfechas

Nuestra sociedad política está penetrando en un nuevo proceso electoral. Eso es lo que a nuestras estructuras políticas más les interesa, y que esta democracia les permite practicar cada 2 años. De hecho, ya han transcurrido 39 años desde la recuperación del voto ciudadano y este sistema ha funcionado ininterrumpidamente, demostrado su vigencia, pero también sus debilidades y agotamiento. Hubo 27 años de gobiernos peronistas o coaliciones encabezadas por esa fuerza y 12 años de gobiernos radicales, del PRO y fuerzas aliadas, allí están los “padres” de esta realidad.  

Buena parte del oficialismo y gran parte de la oposición más tradicional juegan con las mismas cartas: ¡Hacer lo que se pueda! Con esa consigna como guía, se suceden los gobiernos de fuerzas políticas que sostienen discursos algo diferentes, pero comparten la práctica de extensos fracasos. Ellos han consolidado las frustraciones de sucesivos gobiernos que, en lugar de preguntarse acerca de las causas - no corregidas - de tales reiteradas decepciones, procuran descargar sobre los otros, en la famosa “grieta”, sus responsabilidades y consecuencias. 

Un profundo deterioro institucional acompaña a esta crisis global que hace agua por los 4 costados.

Intereses económicos y culturales están ocupando el lugar de la soberanía popular. Así es como la actual dirigencia - incapaz de enfrentar a ese sistema -, con escaso arraigo y muy poco poder, ha devenido en castas políticas (término copiado por Milei) que se alternan en el gobierno mirándose sus respectivos ombligos con el máximo objetivo de mantener el control de la administración estatal al servicio de un sistema lejano a los intereses de las mayorías.

Esa dirigencia, más allá de su discurso y orígenes sociales, políticos o ideológicos, se revela incapaz de confrontar con el sistema. Desde esa insuficiencia vuelca sus debilidades contra aquellos que le permitieron llegar a esa posición. La cooptación de parte de esa dirigencia, el temor a su organización y luchas, deriva en las políticas represivas que todos conocemos. 

Bajo esos principios, el pueblo llano - generación tras generación - resiste. Algunas experiencias (Empresas Recuperadas; Cooperativas de Trabajo, sectores sin empleo) van marcando el camino de integrar esas construcciones a la resistencia tradicional, tareas que van más allá de la mera supervivencia. Se trata de generar organización, prefigurando el futuro a construir, en medio de la resistencia y lucha actual. 

Los problemas de empleo que acompañan a la crisis actual del modelo en marcha, abren la posibilidad de otras instancias de “trabajo sin patrón” que comienzan a crecer en medio de esta situación. 

Estos son problemas que vive “el común”, mientras en “el poder” discuten sobre la Corte y las candidaturas a las próximas elecciones.    

 

NUESTRAS DIFICULTADES PARA INSERTARNOS

EN LA CONTRADICTORIA REALIDAD MUNDIAL 

Es sabido que, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, Argentina quedó integrada al mundo junto con toda la región, como parte del “Área de influencia de los EEUU”.

Con la pérdida de fuerza de EEUU y el avance chino, la situación fue cambiando. La guerra entre Rusia y la OTAN terminó por hacer aún más complicado el escenario, colocándonos al borde de graves conflictos globales. 

Nuestro país acompaña ese proceso general condicionado por el creciente deterioro que padece. Eso lo vuelve muy débil y sometido a los distintos vientos que soplan en el mundo.

Nuestros sucesivos gobiernos terminan alineándose, en lo fundamental, junto a la estrategia occidental conducida por EEUU. Dos ejemplos simbolizan esta afirmación. Por un lado, los acuerdos firmados con el FMI - hegemonizado por los EEUU - constituyen el “Programa” de la política económica o Ajuste sostenido por el gobierno. Por el otro, el gesto de Alberto Fernández ofreciéndose a Vladimir Putin como “abridor de puertas” para la presencia rusa en la región y su posterior recule en medio de la guerra con la OTAN. 

Ambas cuestiones reflejan nuestras debilidades estructurales y la escasa solidez de nuestras volubles políticas. 

Sin un marco regional que avance hacia la unidad, ninguno de nuestros países está en condiciones de avanzar en soledad hacia una autonomía que le garantice la independencia necesaria para superar la postergación de nuestros pueblos.

 

LAS PERSONAS Y/O CORRIENTES QUE SE PERFILAN

PARA GOBERNAR ESTA REALIDAD

Todo lo dicho respecto al desafío de las diferentes contradicciones y dificultades señaladas termina redondeando nuestros mayores problemas. 

Por un lado, el sistema actual y la dirigencia del mismo, fuertemente atados a las políticas imperiales y ganados por un posibilismo que les impide romper lanzas con el sistema y mecanismos de dominación que nos ha sido impuesto. 

Por otro lado, quienes padecen esas políticas: La inmensa mayoría del pueblo que, por momentos, da la impresión de estar naturalizando esa situación. 

Entre ambos un sistema institucional que no ha sido capaz de dar cabida a las necesidades de esas mayorías, aunque sí ha sido suficientemente hábil para neutralizar los reclamos de esos sectores y disolverlos en el sistema dominante. 

Pero la propia ambición de los sectores más concentrados del poder va generando las condiciones para que esta situación vaya derivando hacia perspectivas semejantes al resto de la región. Argentina, con una clase media que continúa achicándose, cada día es más parecida a sus hermanos de Nuestra América. Pero no es inútil pensar que los amaneceres que iluminan los cielos de otros pueblos también alumbrarán nuestras posibilidades de un futuro distinto. 

Hoy es el pueblo peruano quien tomó esas banderas de rebeldía y procura colocarlas en el sitial de los cambios urgentes. 

El sacrificio de ese pueblo y sus banderas - renuncia del golpista y usurpador elenco gobernante; disolución del Congreso y Asamblea Constituyente ¡Ahora! - indican la profundidad de la crisis y la fortaleza de esas luchas del pobrerío sometido de todo Perú. Estos pueblos, representativos de la “cultura bárbara” de indígenas y campesinos, hartos del dominio de la más “civilizada cultura limeña”, quieren “ocupar” esa capital. 

Mientras estas condiciones van madurando en toda la región, la mayor parte de nuestras fuerzas políticas tradicionales se disputan la administración de este Estado decadente. Saben que para ello es prioritario el estrecho vínculo con los “dueños del circo”. Los EEUU siguen siendo la referencia obligada para sus perspectivas de poder.

En función de ello asistimos a una situación donde, por acción u omisión, la mayoría de las fuerzas tradicionales vuelca su mirada buscando el aval de la potencia del Norte. Ante un progresismo estéril y la falta de propuestas realmente alternativas que planteen y organicen cambios profundos, esos poderes económicos nacionales e internacionales tienen liberado el camino para imponer sus condiciones.

La consolidación electoral de estas perspectivas abarca al conjunto de las fuerzas de la coalición opositora que, para evitar la “fuga” de votos hacia el espacio de Javier Milei, se va corriendo hacia posiciones cada vez más reaccionarias.

El oficialismo, haciendo la “buena letra” que el sistema demanda, aspira a constituirse - con vistas al futuro - en su carta más valiosa. Esta perspectiva tiene en Sergio Massa su figura más representativa.- 

 

JUAN GUAHÁN

 

 



 

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sábado, 14 de enero de 2023

 Editoriales Rebeldes 

BRASIL: FRENTE AL NUEVO GOLPISMO,

 NO ALCANZA CON REIVINDICAR ESTA DEMOCRACIA












En Brasil nuevamente revolotean ideas golpistas, reaparecieron cuando Luis Inácio “Lula” Da Silva todavía no había acomodado sus efectos personales en la oficina que ocuparía en los próximos años. Ocurrió cuando - en los despachos oficiales - cada nuevo funcionario hurgaba en los temas a los que debería dar prioridad. Este fenómeno tomó cuerpo en la calle mientras todavía no se habían apagado los ecos de los festejos por la asunción del nuevo gobierno. 

Jair Bolsonaro, desde su refugio en Miami, calló durante un par de días y según su oficina de prensa balbuceó algunas palabras de circunstancia mientras se anunciaba su internación por imaginables asuntos estomacales. 

Resulta interesante entrometerse en algunos motivos y modalidades de esta nueva situación. 

No fue una simple y ruidosa manifestación, pero tampoco una tradicional proclama y golpe militar. 

Fueron decenas de miles de simpatizantes de Bolsonaro movilizados en Brasilia, capital del país y sede de las instituciones que expresan su sistema de poder. El Palacio de Planalto (sede presidencial), el Parlamento y las oficinas del Supremo Tribunal de Justicia, son la cabeza de los tres poderes tradicionales y fueron los blancos elegidos. Resultaron inútiles las previsiones del arquitecto Oscar Niemeyer, diseñador de Brasilia. Él pretendía que las máximas autoridades de los poderes estatales estuvieran a resguardo del “mundanal ruido” y de las masivas presiones de diversos reclamantes. 

Autoridades políticas que responden al viejo gobierno y responsables de estructuras de seguridad sumaron su complicidad o ineficacia para que tales símbolos padecieran las consecuencias.

Todo parece indicar que el poder tradicional está dispuesto a pelear por lo que perdió, por una mínima diferencia, en el plano electoral. 

Es motivo de preocupación que las fuerzas triunfantes no sean capaces de sostener en la calle el poder alcanzado. La apelación general a la defensa de una democracia que no llega a gran parte de los brasileños no es una motivación que conmueva y movilice suficientemente a esa mayoría electoral. El llamado a la intervención de la Justicia, sin el masivo apoyo del pueblo movilizado corre el riesgo de diluirse en burocracias palaciegas.

No hay que olvidar que esa Justicia tuvo preso - indebidamente - al Presidente Lula. Estas situaciones son indicativas de las debilidades del actual gobierno brasileño, que Lula deberá corregir rápidamente o quedará condicionado por las fuerzas sociales reaccionarias dispuestas a pelear por sus intereses y el poder militar prendido como garrapata en diversas estructuras del aparato estatal.   

Desde el día que asumió Lula, había unos 3 mil bolsonaristas acampados en un terreno militar. El nuevo gobierno prefirió no enfrentarlos abiertamente, jugó a desgastarlos. El resultado fue que desde allí vino un aporte logístico vital para lo sucedido el domingo pasado. 

La intentona fue desbaratada, pero quedaron secuelas. Entre ellas 1028 arrestados oficialmente, al mismo tiempo que el poder militar permanece “neutral”, aunque –por detrás del escenario- demanda el control del sistema de “orden y seguridad” dentro del nuevo gobierno.

Una serie de consignas, levantadas por Lula, molestan al poder tradicional. Ante mandatarios de 15 países se comprometió a tres tareas más que significativas: Reimpulsar los organismos regionales de integración. Analizar un cambio en las políticas antidrogas impuestas por EEUU y suscribir un pacto para proteger la Amazonia. Esas acciones se articulan con lo que es considerado como objetivo prioritario, para comenzar por el mínimo de dignidad que se merece el pueblo brasileño: “El hambre cero”.

Se trata de una agenda imposible de llevar adelante sin un pueblo organizado que esté dispuesto a dar pelea por sus derechos. Es responsabilidad del gobierno promover y alentar esa organización que tiene en el MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra) su principal baluarte social. 

Desde la derecha, además de los votos y de su fuerte presencia institucional, existen otros grandes factores que promueven articulación, unidad y lucha; ellos son: Un proyecto cultural de largo plazo, guiado por las iglesias evangélicas, junto a un financiamiento de los sectores más poderosos y reaccionarios encabezados por los protagonistas de los agro negocios. Todo ello bajo la atenta mirada de las fuerzas armadas y la protección del paraguas del tradicional poder de los EEUU y sus intereses en la región. 

Estos fueron los principales protagonistas de lo acontecido el domingo pasado en Brasilia. Por el lado de los pastores las invocaciones fueron desde pedir “un ayuno por la patria”, como lo hizo uno de la iglesia baptista de la Barra de Tiyuca (Río de Janeiro), hasta la convocatoria a tomar las armas para defenderse planteada por otro de la iglesia presbiteriana de San Pablo.  

Las caravanas de buses que marcharon hacia Brasilia, fueron bendecidas por muchos de estos pastores, mientras que los intereses de los agro negocios se hacían cargo de los costos de los mismos.

“Lucha ahora y sé parte de la historia” fue una de las consignas que sintetizó el espíritu con el que los movilizados daban cuenta del sentido profundo de su presencia.

Desde el campo popular, la defensa de esta democracia fue la principal bandera que la mayor parte de la vigente institucionalidad desplegó. Esto transcurre en momentos como los actuales, cuando una profunda desigualdad, pobreza e indigencia campea en Brasil y distintos territorios de Nuestra América. Si agregamos que en algunos casos - el argentino es ejemplificador en este sentido - esa situación se da luego de largas décadas de vigencia ininterrumpida del llamado sistema democrático, podemos concluir que esa bandera es débil para contener a estas políticas conservadoras. Éstas aprovechan ese agotamiento y carencia de respuestas para ofrecerse como alternativa de cambios - aunque sean por derecha - a nuestros pueblos. 

Si bien se trató de un intento de Golpe de Estado, sus características son muy distintas a los conocidos décadas atrás.

Las tradiciones golpistas de nuestra zona trataban, en general, de corregir lo que consideraban desviaciones del modelo liberal. Estos intentos actuales, como el recientemente perpetrado en Brasilia, son más profundos. Sabedores de la crisis institucional por la que atraviesan nuestras sociedades, sus ideólogos van mucho más allá. Ante una sociedad descontenta y asustada apuntan a transformaciones culturales de largo plazo centradas en pensamientos de tipo elitista y de características racistas.

Para hacerlos realidad cuentan, además de las broncas actuales, con el poder construido en estos años. En este tiempo, a la frustración del progresismo le siguió un fuerte avance de los sectores más conservadores al amparo de las políticas de Bolsonaro.

 

 

LAS CIFRAS DE LA INFLACION BAJAN POR LA ESCALERAS,

LAS AMBICIONES DE MASSA SUBEN POR EL ASCENSOR

 

Se conocieron las cifras de la inflación de diciembre (5,1%) y con ella la anual correspondiente al año 2022 (94,8%) Ellas aceptan distintas lecturas. Si las comparamos con las inflaciones anuales existentes en países de la eurozona (Alemania 10,1%; España 5,8%; Francia 5,9%; Italia 11,6%; Reino Unido 10,7%), la nuestra es ridícula e insoportablemente alta. Algunos países de Nuestra América, más allá de variadas crisis que atraviesan tienen cifras de inflación anual parecidas a las del mundo desarrollado (Brasil 5,9%; Colombia 13,1%; Panamá, 2,1%; Paraguay, 8,1%; Perú, 8,5%; Uruguay 9%) En cambio, si miramos nuestros datos actuales con los ojos del 3 de agosto del año pasado, cuando Sergio Massa se hizo cargo del Ministerio de Economía Desarrollo Productivo y Agricultura, los números arrancan complacientes sonrisas de muchos funcionarios. Todo ello a pesar de que la inflación del 2022 casi duplicó a la del 2021 (50,6%) y fue cuarta - entre las más altas - solo superada por Venezuela, Zimbabue y Líbano.  

Aunque parezca increíble, al calor de estas cifras la cara de Massa se ilumina. La sociedad y nuestros acreedores, con el FMI a la cabeza, parecen llegar a una conclusión impensada. Massa es capaz de llevar adelante una política de ajuste que vaya haciendo bajar la inflación y lograrlo con el aval del peronismo institucional. Algo aún más impensado es que la propia Cristina, por acción u omisión, ayude a llevar adelante un Programa de ese tipo. 

De lograrse un objetivo semejante, aparecen en el horizonte algunas situaciones un tanto inesperadas hace poco tiempo atrás. Una, el peronismo oficial podría (¡podría!) continuar como cabeza de una coalición gobernante; en segundo lugar, eso sería posible con la candidatura de Massa, el aval de Cristina y - por último - esas condiciones serían el entorno adecuado para que el FMI fortaleciera su rol de contralor sobre nuestra economía.

La evolución posterior de esta amalgama de situaciones es casi un tema de ciencia ficción, aunque es posible pensar que detrás de esta mascarada de normalidad se pueda producir, al interior del movimiento popular, una reacción cuyo destino y características definitorias son imposibles de calificar o medir en este momento. 

La realidad y las perspectivas para este 2023 se asemejan a una moneda con dos caras. De un lado la satisfacción por la baja inflacionaria que restablece posibilidades de triunfo para la coalición oficialista. Pero la otra cara muestra los riesgos de estancamiento para este año, dado que - para los economistas del sistema - el enfriamiento de la economía es condición para bajar la inflación. 

Kristalina Georgieva, la mandamás del FMI, ya nos hizo llegar sus advertencias: “para todos los países este año será duro, en especial para los países con elevados niveles de deuda” y adelantó que un tercio de la economía mundial podría entrar en recesión. Situación crítica a la que no escaparían aspectos centrales de la economía de los EEUU, China y Europa. 

Según la apreciación de la mayor parte de estos economistas, el 2023 nos introduce en la perspectiva de una lenta pero constante disminución de la inflación, acompañada de un desaceleramiento de la economía. 

Para los organismos financieros internacionales el crecimiento global para el 2021 fue del 6% y se redujo al 3,2% en el 2022, estimándose que rondaría el 2,6% para este año. El promedio general de la inflación anual bajaría, del cercano al 9% del 2022, a menos del 5% para el 2023. En nuestro país, estiman que estaría alrededor del 3% mensual.  

Estas apreciaciones de los gurú de la economía significan, para la inmensa mayoría del pueblo, mayores sufrimientos porque suponen una caída del empleo y mayor desocupación. De allí que las agendas estatales surgidas de acuerdos internacionales en el sentido de bajar pobreza e indigencia perderán vigencia para este 2023. El poderoso FMI es el encargado, por los intereses financieros mundiales, de hacer cumplir esas previsiones. En nuestro país Massa parece ser el dirigente elegido para llevar adelante ese proyecto. - 

 

JUAN GUAHÁN 



 

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lunes, 9 de enero de 2023

COMUNICADO DE PRENSA



                           HOY, EN BRASIL Y NUESTRA AMÉRICA

¡CEDER ES PERDER!

                                                                                                                                                              “Hacia donde se incline Brasil se inclinará América Latina”. 

Henry Kissinger


En medio de la crisis que atraviesan nuestras sociedades y de los dolores de nuestros pueblos, los sectores más reaccionarios creen que llegó su momento. 

Las insuficiencias del modelo liberal y sus instituciones, junto a las limitaciones de los intentos progresistas y las debilidades de los sectores comprometidos con cambios más profundos, dejaron libres los espacios para el crecimiento de las políticas más reaccionarias. 

Envalentados con algunas victorias en Europa, sus avances en Nuestra América y también en el corazón del Imperio, parecen lanzados a ofrecer una respuesta ultra conservadora a las insatisfacciones provocadas por la profundidad de esta crisis global que hoy agobia a gran parte de la humanidad.

Por eso el triunfo de Lula, en Brasil, retrasaba sus planes. De allí que lo consideraran inadmisible.  

En más de una oportunidad nuestros pueblos le dieron a la dirigencia la posibilidad de golpear al sistema de poder.  Pero, bajo el argumento de “no provocar”, esos combates se fueron postergando hasta diluirse, creando las bases para el retorno de los tradicionales dueños del poder. 

Bajo esas condiciones, hace apenas unos pocos años el progresismo triunfante dejó que fuerzas reaccionarias volvieran a sus respectivos gobiernos. La rebeldía de los pueblos, ante la gravedad y hondura de las desigualdades sociales, hizo que estos gobiernos fracasaran. En Colombia, Perú, Chile, Bolivia, Argentina y ahora Brasil, surgieron alternativas gobernantes que prometieron escuchar a sus pueblos. 

Esos pueblos piden y esperan avances. La capacidad de escucha y las respuestas son disímiles. El tiempo pasa, la espera continúa, los enemigos van camino de recuperar lo que han perdido, mientras crece la soledad de los pueblos.

Hoy Brasil, un cuasi continente hecho país, vive esa encrucijada. No nos quedan dudas acerca de que el pueblo brasileño, al igual que todos los pueblos de la región, están esperando los gestos ejemplares de sus respectivos gobiernos para sacarse de encima los poderes que los sojuzgan. 

Con un oído puesto en lo que ocurre en Brasil y el otro en el resto del continente, la consigna ¡CEDER ES PERDER! puede unificar la reacción necesaria de quienes parecen no entender la situación que se está viviendo.

Por nuestra parte estamos convencidxs de que la fuerza del pueblo se expresa en la calle. Por ello y convencidxs de que SOLO EL PUEBLO SALVARÁ AL PUEBLO, consideramos necesario articular nuestra solidaridad con el pueblo brasileño y prepararnos para los próximos embates. 

Estos tiempos pueden ser un punto de inflexión en la historia de la región.




sábado, 7 de enero de 2023

Editoriales Rebeldes


FIN 2022 / INICIO 2023: 

POLÍTICA Y ESTADO LEJOS DEL PUEBLO

2022 acabó a todo volumen. Como un símbolo del año que se fue, quedó brutalmente demostrado que ¡los argentinos cuando queremos podemos! Pero que, ni sus hijos - que gobiernan o mal gobiernan -, ni el poder - que los sostiene -, tienen voluntad de que las cosas cambien, en la dirección de los intereses, necesidades y aspiraciones de las mayorías.

Quienes tuvieron o tienen dudas al respecto recibieron el aire fresco que, como no podía ser de otra manera, vino de la calle. Fueron millones y salían para una alegre celebración: El triunfo en el Mundial de Fútbol. Fue un cierre muy distinto a los datos que vienen de los números sobre el estado de la sociedad y las angustias de la vida cotidiana. 

En estos días la vida cotidiana y el fútbol fueron hermanados por las masividades de los festejos. Pero ambos transitan por caminos distintos. El fútbol no resolverá la mishiadura actual, aunque es cierto que una alegría futbolera levanta el ánimo y muestra que no somos tan incapaces como a veces parecemos o nos hacen creer. Esa suba en nuestra autoestima nos dará mayores fuerzas para dar vuelta la tortilla que se está cocinando. 

Bajando a tierra estas ideas generales es propósito de estas líneas reflexionar sobre algunos aspectos de esta realidad, determinada por la ruptura entre una dirigencia que se autosatisface con ella ante un pueblo que, mayoritariamente, la padece.

Brevemente, se concentrarán las consideraciones en torno algunos temas elegidos como prioritarios: La marcha de la economía; las drogas, su rol financiero y de control social; cambio climático y agua como problemas cada vez más graves.   

 


LA MARCHA DE LA ECONOMÍA 


La economía argentina del 2022/23 soporta dos miradas extrañamente ambiguas y contradictorias, aunque - en cierto modo - se complementan a través de la continuidad del statu quo. 

Todo parece indicar que la mala situación que hoy estamos transitando difícilmente tenga un futuro inmediato de grandes avances o profundas transformaciones. Desde el sistema avisan que lo mejor que puede pasar es que continúen los “ajustes” que ensaya Sergio Massa, un hijo dilecto del imperio. Desde abajo, la mayoría reniega de ellos, pero sin una estrategia y práctica alternativa, suficientemente fuerte, comunicable y compartible con el conjunto. 

Pero hay un dato, que consta en un extenso Informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, cuya tendencia debería despertar hasta las conciencias más apagadas de la sociedad. Allí se dice que la indigencia, entre los menores de 17 años, prácticamente se duplicó entre los años 2010 y 2022. En ese espejo deberíamos mirarnos todos para preguntarnos: ¿Qué hemos hecho para que eso no ocurra y qué haremos para que no continúe? 

Lo más grave de la presente situación económica es que los efectos de la misma vayan adquiriendo el lugar de aquello que no se puede modificar. ¿Porqué? Porqué se impuso la idea de que eso “es lo que hay”. Ese culto al posibilismo permitió que lleguemos a las proporciones mencionadas y que convivamos con ellas, como algo lógico o imposible de cambiar. 

Para el 2023, la mayoría de las estimaciones evalúa que habrá una disminución de la inflación pero que la misma se haría al precio de un estancamiento económico, cuyos valores serían apenas positivos o prácticamente neutros. 

Esta tendencia correría en paralelo a la situación internacional. Acerca de la misma crece la opinión acerca de que un tercio de la economía mundial - dentro de ella la de EEUU - entraría en recesión, tal como lo viene preanunciado el gurú de la tecnología, Bill Gates. La razón, además de la guerra, surge de la necesidad de frenar lo que ellos llaman “la inflación” que hoy ronda - en sus países - el 6% anual, una cifra semejante a nuestra inflación mensual.

El campo, que proporciona los mayores números de nuestra actividad productiva padecerá los efectos de una duradera sequía. En lo que respecta a la evolución del trabajo, todo indica que no tendrá grandes diferencias al año actual. Lo principal de la fuerza laboral estará compuesta por trabajadores informales o cuentapropistas, con una desocupación formalmente baja, pero con avances de la ya profunda precarización que hoy tenemos. 

Si las cosas no cambian, en ese pozo tratarán de sobrevivir los millones que seguirán pagando los platos rotos de esta situación.

 

 

LA DROGA: SU ROL FINANCIERO Y DE CONTROL SOCIAL

 

Es pretensión de estas pocas líneas recoger la importancia de esta cuestión en nuestra sociedad actual. No se trata de señalar sus efectos sobre quienes son adictos a las mismas y del modo en que tales actividades destruyen el tejido social de la comunidad. Es algo más grave, aunque sea simple y sencillo, señalar los aspectos centrales por los cuales fracasan una y otra vez las proclamadas políticas de “combate” o “guerra” al avance de las mismas. En este sentido es bueno destacar la importancia de dos aspectos que están en la raíz de esa inútil “guerra” tan difundida y con tan escasos resultados. Se trata del rol que tiene el aspecto financiero en el negocio de las drogas y sus efectos para el control social en el mundo contemporáneo. 

Desde el punto de vista financiero no hay que ser muy audaz, ni un gran investigador para darse cuenta de que el voluminoso dinero que circula para estos fines utiliza las filiales de los más importantes bancos mundiales. En estos años, como parte de los enfrentamientos por el manejo de esos negocios, organismos de control norteamericanos aplicaron multas, por centenares de millones de dólares, a conocidos e importantes bancos por estar involucrados en esas maniobras de lavado de dinero. Acuerdos internacionales, como la Convención Única sobre Estupefaciente de la ONU, han elaborado sesudos pactos y estudios sobre este tema. Sin que lo digan, con las palabras más justas y merecidas, surge de allí mismo que los bancos son un eslabón clave para que el dinero de esos negocios se incorpore al mundo legal. 

Ese es un aspecto de este negocio. Pero hay otro, no menos importante, se trata del uso de la droga para el control social. 

Hay variadas formas para ello. Ellas incluyen las organizaciones de tipo social que las mafias de la droga van copando o construyendo a tales fines; su aprovechamiento de la política, ya sea haciendo propios los espacios que ésta controla o desplegando actividades en territorios que la política abandona. Todo ello sin contar los múltiples mecanismos que tiene para asegurarse las impunidades estatales con las que cuentan. 

Pero el aspecto más grave, que entrelaza ambas cuestiones, es que las propias Naciones Unidas integraron a su debate el vínculo entre lo que denominan el terrorismo internacional y la cuestión de las drogas. Como un adelanto siniestro a esta perspectiva en mayo del año 1974, al término de un Encuentro Internacional contra el Tráfico de Drogas presidido por el Embajador Norteamericano - Robert Hill - y José López Rega, prominente funcionario de aquel gobierno argentino, este último - en un exceso verbal - “batió la justa” diciendo que “el combate contra las drogas forma parte de un plan político, de lucha contra el narco-terrorismo”. Esta es “la verdad de la milanesa” y eso explica gran parte de lo que ocurre con el tema drogas. Al mismo objetivo fue integrado el FMI. En 1989 los principales países de Occidente crearon el GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional) destinado a “combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo” y elaboraron unas “recomendaciones” a tales fines. Con posterioridad, la Asamblea General de las Naciones Unidas tomó esas “recomendaciones” y las trasladó a sus países miembros, para poner en marcha un marco legal para su aplicación. Cada país se llevó una copia de esas “recomendaciones” y - los dóciles parlamentos - aprobaron, las llamadas “leyes antiterroristas” que tienen por función meter miedo en la sociedad y fortalecer los controles sociales. En nuestro país ello se expresó en la ley 26734 (año 2007) y reformas posteriores (año 2011) que merecieron críticas de amplios sectores de la sociedad, entre ellas del premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel y de Eugenio Zaffaroni, ex miembro de la Corte Suprema de Justicia. Para la mayoría de los juristas se trata de desvaríos punitivos.  

Así es como la droga, el maligno cáncer que nos carcome, avanza en el mundo entero. En la región el crecimiento parece incontenible y - según los datos oficiales del 2022 - nosotros somos el país en que más creció durante este último año.

Varios lugares, con Rosario a la cabeza, saben lo que eso significa. Allí hubo 282 asesinatos en el 2022, estableciendo el récord histórico desde que esa ciudad existe. 

Son varios los grandes factores que permiten este desarrollo sin límites de uno de los fenómenos más graves y corrosivos de la sociedad actual. Ellos son la naturalización del fenómeno por gran parte de la sociedad. Allí las “buenas conciencias” ceden ante la ajenidad de algo que imaginan lejano e incontenible. Por último, la impotencia que se despliega a la vista de todos porque, la mayoría de la sociedad, ha sido convencida de que nada se puede hacer frente a una situación donde diversas expresiones del Estado - con sus vergonzosas complicidades - resulta que están más cerca de ser parte del problema que de aportar alguna solución.

 

 

AVANZAN LA CRISIS CLIMÁTICA Y LOS PROBLEMAS DEL AGUA

 

Si hay temas donde la confrontación entre quienes provocan los grandes problemas y quienes los padecen es rotunda, ésas son las cuestiones que están enunciadas en el título de este bloque. 

Los últimos siglos de la historia de la humanidad están guiados por la lógica de que la técnica y los recursos del planeta, no tienen otro límite que las ganancias que permiten acumular y acumular más ganancias (dinero) y poder para imponerse a los demás. A eso le llaman “progreso”. Ahora la realidad les demuestra que, a la vuelta de la esquina, están los topes que daban por inexistentes. 

Gran parte de esos límites fueron construidos por la propia acción humana y ahora vienen las facturas a pagar y los poderosos pretenden que lo hagan los de abajo. 

Veamos: ¿Quiénes son los principales afectados por los fenómenos (terremotos, vendavales, inundaciones, sequías) que afectan la vida humana? En el origen de muchos de esos hechos están los propios humanos. El extractivismo, de minerales, maderas, agua o tierra fértil, ha sido una de las formas usadas. La principal razón es sencilla: Producir más ganancia. La falta de respeto por las propias leyes, condiciones y posibilidades de la naturaleza está en el origen de muchos de éstos fenómenos. 

Enteras barriadas urbanas o lejanas poblaciones rurales están siendo privadas del agua, que se va transformando en una de las mercancías cada vez más caras y difíciles de conseguir. 

La creciente privatización del agua hace que se vaya transformando en un gigantesco negocio. Argentina avanza en esa dirección mediante acuerdos con la empresa israelí Mekorot, las provincias de San Juan, Mendoza, Catamarca, La Rioja y Río Negro, fueron las primeras en firmarlos. Son acuerdos avalados en los viajes de funcionarios del gobierno nacional, con quienes - según denuncias internacionales - secaron el Río Jordán, privando al pueblo palestino del acceso a la misma. Esta política está guiada por la privatización del principal elemento de la vida humana en el planeta y tiende a una concentración económica y el control del agua en manos de los sectores más poderosos. 

Acerca del cambio climático, en términos concretos, la economía argentina va por el tercer año del predominio del fenómeno de La Niña, que se extendería hasta el mes de marzo y cuyas principales manifestaciones son sequías y calores extremos.

Las pérdidas estimadas, por peores rindes y menores extensiones sembradas, suponen - para este 2023 - una cifra que ronda los 5 mil millones de dólares y que alcanza a la mayoría de las producciones, con situaciones extremas como el trigo, con caídas del 50%. 

Son más que elocuentes las imágenes de campos secos y cuerpos de animales muertos que testimonian los efectos de lo dicho. 

Las irresponsables formas productivas actuales no son ajenas a estos fenómenos.    

 

JUAN GUAHÁN

 

 


 

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DE LOS NOMBRES QUE SIGUEN ARDIENDO: COMANDANTE ROBERTO PERDÍA

  Roberto Cirilo Perdía, “El Pelado”, fue más que un dirigente: es un símbolo de lucha, convicción y entrega en la historia de la militancia...