CARTA CORTA
Esclavitud

Tenemos miles de años de trabajo esclavo, o de diversas formas de trabajo indigno o sin libertad; con algunos matices, por su puesto, pero nunca conocimos el trabajo libre, realmente libre.
Hemos sido desde esclavos o siervos de la gleba hasta obreros y empleados asalariados, pero nunca hemos sido realmente libres o iguales (felices)
Hace unos 2.000 años, a un palestino se le ocurrió decir que no solo éramos iguales sino hermanos… y lo fusilaron, o lo crucificaron, porque en aquel entonces no usaban fusiles.
En el año 1492 empieza de alguna forma la globalización y con ella el despliegue de los imperios occidentales. Aparece el sistema colonial, y surge la doble dependencia, como decía el cantor del pueblo Alí Primera, somos esclavos de esclavos, nuestro amo tiene amo.
Más de 500 años después, hoy en día, vemos que la sociedad del trabajo desparece. La velocidad vertiginosa del retorno financiero abre puertas a la desindustrialización. Privilegia la minería y, en general, el extractivismo como método de acumulación.
Aparecen las redes de narcotráfico y fundamentalmente de lavado como sostenedoras del sistema financiero capitalista, en tanto símbolo de esa velocidad de retorno.
Puede incluir armamentos de guerras cimentadas y desarrollos tecnológicos que a su vez fortalecen el desempleo en el desmantelamiento industrial.
El extractivismo como modo de producción, contamina el conjunto de la economía incluyendo la agricultura, alcanzando gracias al desarrollo tecnológico que comentamos que cuatro o cinco obreros campesinos puedan manejar miles de hectáreas de cultivo.
Este modo de producción que nos tiene devastados es la consecuencia natural y lógica del desarrollo del capitalismo como un campeonato mundial del egoísmo apropiador, que rompe con sus semejantes y con la propia naturaleza, destruyendo el planeta, nuestra casa común, como diría el Papa Francisco.
El fenómeno Milei, un hombre sin ley, no
es otra cosa que el primer presidente a nivel mundial de esta nueva realidad
económica. Más que ser un hombre del imperialismo o del Departamento de Estado,
o del FMI, es un representante fiel de los fondos de inversión. Con mayor
afinidad con BlackRock, aunque todos los fondos representan los mismos
intereses.
Milei plantea un hecho disruptivo que hace más de 200 años pensábamos que tenía que venir por izquierda: la batalla final decisiva, con la destrucción del Estado incluida.
Hoy más que nunca hacen falta estadistas de la talla del Comandante Chávez, de una humanidad consciente por la defensa de la vida y del planeta.
El dilema, hoy como ayer, sigue siendo liberación o dependencia. Hay salida y es colectiva. Sólo el pueblo salva al pueblo.
Y como ha dicho Chávez, ¡COMUNA O NADA!
por OLP Resistir y Luchar Moreno
JUAN PASTOR MURPHY
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