ANTE LA CADUCIDAD DE LAS VIEJAS RECETAS
UNA VEZ MÁS, “INVENTAMOS O ERRAMOS”

Todo parecería indicar que, muy a pesar de las principales iniciativas tomadas hasta ahora por el movimiento piquetero y el sindicalismo desde la asunción del gobierno de La Libertad Avanza (20/12/2023: Marcha conmemorativa del Argentinazo de 2001; 27/1/2024: Concentración ante Tribunales convocada por la CGT para presentar una medida cautelar contra el capítulo laboral del DNU; 24/1: Paro General de 12 hs. convocado por la CGT), en Argentina el campo popular se muestra bastante desconcertado aún bajo el embate de la Doctrina del Shock, y sin atinar a generar una estrategia disruptiva capaz de abrir un nuevo horizonte de posibilidades.
No resulta difícil coincidir en que, ante la mansedumbre de las organizaciones sociales más estatalistas y gestionarías, durante los últimos años el sector más dinámico en la ocupación del espacio público ha venido siendo el movimiento piquetero, aunque también hay consenso en que, más allá de ese dato, con ser numeroso el universo del trabajo informal, resulta insuficiente para mover el amperímetro de la realidad.
Así,
muy a pesar de la naturaleza acuerdista de la cúpula sindical - que una vez más
se inclina por los enjuagues de Palacio en vez de por la acción directa -, es
indudable que la central obrera aún mantiene una enorme capacidad de
convocatoria extensiva a la mayor parte del campo popular, de la que otros
sectores carecen.
A todo esto, el cosecretario general de la misma, Pablo Moyano, manifestó su preocupación después de que fracasara la reunión entre el Ejecutivo, los gremios y las cámaras empresarias. Moyano - quien parece tener la mirada más realista al interior de la cúpula sindical - sostuvo que dentro de la CGT “estamos convencidos que si no hay un cambio de rumbo económico la conflictividad social va a ir creciendo” y recordó que “más de un millón de argentinos se movilizó el 24 de enero porque está pasando necesidades”. “Que lo aplaudan 20 personas en un avión no es la realidad de la calle”, indicó. “No tiene plan, ni licuadora ni motosierra”, criticó el dirigente gremial, y calificó a Milei como “un monstruo mediático” que todavía está gozando de los “2 o 3 meses de luna de miel que tiene cada gobierno”. “Le van quedando cada vez menos cartuchos porque con estas medidas la gente va a salir a la calle a defender lo suyo”, advirtió. Para finalizar, afirmó que “no falta mucho para que se vuelva a movilizar si siguen atacando a los trabajadores” y remarcó que el DNU 70/2023 “se va a caer porque es un mamarracho jurídico que no soluciona el día a día de los argentinos”. “Creo que cada vez es menos el poder político que tiene el presidente”, concluyó.
En tanto, entre una y otra medida masiva de un Plan de Lucha que reclamaría mayor consecuencia y radicalidad colectiva, quien permanece a pie de calle contra el plexo legal libertariano viene siendo el renovado fenómeno del asambleísmo de base que, por ahora con epicentro en AMBA, sería deseable no fuera cooptado partidariamente como ya ocurrió en 2001 con las consecuencias de dominio público, sino más bien orientado hacia un destino virtuoso que, de sostenerse, bien podría desembocar en la exigencia de una Asamblea Constituyente capaz de brindar la posibilidad de resolver la significativa crisis de representatividad existente, colocando en el parlamento a lxs nuevxs actores sociales de la hora, en condiciones de reorientar la economía en función del bienestar colectivo.
Así, el dilema en boga al interior de la militancia consiste en la duración que pueda tener el previsible desencanto de lxs numerosxs votantes que dieron el triunfo a esta gestión, pero que nunca se sintieron involucradxs dentro del concepto de “casta”, y hoy constatan que sin embargo están en la mira de las severas políticas económicas del anarco liberalismo. Hay quienes sostienen que la gota que derramará el vaso de la paciencia colectiva bien puede caer entre Marzo y Abril, cuando el tarifazo en los servicios ya sea una realidad efectiva y a ello se sume el aumento en la matrícula de la educación privada y la cuota de la medicina pre paga. Pero, de momento, todo parecería indicar que la delantera en la protesta la llevan lxs no votantes del Primer Mandatario, con lo que ello implica en materia de mérito como de limitación.
Por lo demás, mucho se ha especulado también acerca de un posible estallido social inducido por el impacto de la inflación sobre los productos de primera necesidad, pero cierto es que, en tal caso, a diferencia de lo ocurrido durante la crisis de 2001/2002, en este momento las alternativas de recambio parecen venir por derecha, una de cuyas posibilidades consiste en el “rediseño” del gobierno, anunciado por la ministra Patricia Bullrich tras la caía de la Ley Ómnibus.
En el otro rincón del arco partidario, un peronismo bastante disperso, concentra su mirada en la gestión del gobernador bonaerense, en la reacción soberanista de algún caudillo federal, y ahora en la reaparición - vía documento de 33 carillas - de una Cristina que viene de perder bastante centralidad, y la que recupera estriba más en su virtud de generar diagnósticos relativamente convincentes, pero ninguna autocrítica ni propuesta de fondo.
El resto del panorama tampoco ofrece buenos augurios para el oficialismo. Alfredo Cornejo y Martín Lousteau, por ejemplo, blanquearon la bronca del radicalismo con Javier Milei y se confirma que este tiene el panorama muy complicado en el Senado, donde podría caerse el Mega DNU.
En efecto, el gobernador de Mendoza y el titular de la Unión Cívica Radical salieron al cruce del Presidente por la quita de subsidios al transporte en el interior, al mismo tiempo que él avalaba una dura acusación contra el gobernador de Santa Fe, Maxi Pullaro.
Además, una parte del bloque de la UCR en la Cámara de Diputados acaba de presentar una denuncia penal en la que solicita que se investigue “la presunta comisión de delitos de cohecho pasivo y activo” señalados públicamente por el presidente al llamar “coimeros” a los legisladores. Con esta jugada, lxs aludidxs buscan que el Primer Mandatario sea citado para dar precisiones, nombres y pruebas sobre su acusación del reparto de sobornos en el Congreso.
El titular del Ejecutivo, en tanto, con decisiones como la negativa a enviar a las provincias los fondos educativos, a riesgo de que no empiecen las clases, continúa provocando al pueblo, totalmente refractario a las críticas que recibe. Hace poco reapareció en una entrevista a La Nación + en la que se refirió al traspié de la llamada Ley Ómnibus en el Congreso, dando detalles del encuentro que mantuvo con el papa Francisco en el Vaticano, ratificando la posibilidad de dolarizar la economía, y contando que avanzará con la eliminación de los fideicomisos por decreto.
También, en medio de los rumores por la fusión legislativa con el PRO y tras la caída del proyecto que demostró la debilidad parlamentaria de La Libertad Avanza, volvió a manifestar que “La tabula rasa sigue firme: todos aquellos que se quieran sumar son bienvenidos”, aunque de inmediato aclaró: “Para los traidores no hay tabula rasa”.
Mientras, sigue perdiendo fichas en su endeble damero. Pablo Rodrigué era el encargado de distribuir la mercadería del Ministerio de Capital Humano en los comedores comunitarios que organizan y sostienen los movimientos sociales. El funcionario, que no había logrado que se oficializara su designación, se fue porque no logró sacar un camión con alimentos de los galpones del ministerio que, según sostienen los empleados, están vacíos ante la suspensión de las compras de insumos por parte de la ministra Sandra Pettovello. Rodrigué dependía de la Secretaría de Niñez y Familia que conduce Pablo de la Torre. La salida del funcionario profundiza la complicada relación que la ministra mantiene con las organizaciones sociales.
Cabe recordar que una semana antes de concretarse el encuentro entre el papa Francisco y nuestro presidente, el gobierno nacional anunció el envío de dinero a la organización católica Cáritas, destinado a sus comedores. La institución agradeció los 310 millones recibidos, pero advirtió que no eran los únicos intermediarios con los sectores más desprotegidos. Una forma de decirle a la cartera encargada de tales menesteres que no se discrimine a las organizaciones sociales. Ante la decisión de Pettovello de ignorar a esas organizaciones, el presidente de Cáritas y obispo de Quilmes, Carlos Tissera, le pidió al gobierno "que recapacite" y que "siente en la mesa a otras organizaciones sociales".
En tal contexto, el campo popular enfrenta - acaso como pocas veces en mucho tiempo - la disyuntiva oportunamente formulada por el maestro del Libertador Simón Bolívar: “Inventamos o erramos”. -
LA REDACCIÓN
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