Editoriales Rebeldes
LA ALIANZA ENTRE LA
DERECHA Y LA EXTREMA DERECHA PUEDE INCENDIAR AL MUNDO
El tradicional
conflicto entre Israel y Palestina, que ocupó gran parte de la atención mundial
durante el siglo XX y que amenaza en constituirse en una de las claves del presente
siglo XXI, ahora incentivado por la peligrosa alianza entre la derecha y la
ultra derecha israelí, se hizo presente y tendrá múltiples e impensadas derivaciones.
Este conflicto no
responde a la misma lógica de los avances de esa alianza en otros puntos del
planeta, nuestro país entre ellos. Pero sí tiene una variedad de aspectos
compartidos con esos procesos, entre ellos se destacan su peso en esas
sociedades y la cultura predominante en las mismas, junto a un planificado
aprovechamiento y desprecio de sus debilitadas y poco eficaces instituciones.
No se va a entrar, en
estas breves reflexiones, en las profundidades de los orígenes religiosos de
ese conflicto histórico. Basta recordar, en ese sentido, que esos territorios
albergan momentos culminantes de las 3 grandes religiones monoteístas que se
han expandido por gran parte de la humanidad; de todas maneras, es imposible
acercarnos a esa historia sin considerar esas raíces históricas y también la
evolución de las mismas. Si bien Israel es un Estado laico, por una norma legal
solo se garantiza la ciudadanía israelí de un modo inmediato a quienes practiquen
la religión judía.
Es sabido que Israel
invoca aquel concepto bíblico de la Tierra Prometida, según el cual Moisés
recibió el mandato de guiar a los israelíes hasta la tierra de Canaán. Por otro
lado, el asentamiento palestino (cananeos y filisteos) en las tierras del
Canaán, luego conocidas como Palestina, media entre los años 3000 y 2500 a.C.
El conflicto actual se
puede decir que se remonta al año 1917, cuando el gobierno británico apoyó el restablecimiento
de un Estado judío en tierras Palestinas, en lo que conoció como la Declaración
de Balfour. Pero el aspecto masivo se desarrolla en la década de los 40’ del
siglo pasado, cuando - con motivo de la persecución nazi - muchos judíos se
asentaron en territorios poblados por palestinos.
Luego del fin de la
Segunda Guerra Mundial y con el mundo conmovido, los EEUU y la URSS pactan en
la ONU, a fines de 1947, una partición de los territorios palestinos en dos
estados, uno árabe; judío, el otro. A los árabes le asignaban un 45% del
territorio con una población del 67%. A los judíos le reconocían un 55% del
territorio con una población del 30%. Un año más tarde, Israel proclamó, sin
consultar, su carácter de Estado independiente. Los países árabes vecinos y los
palestinos le declararon la guerra que terminó con la victoria de Israel. Se
profundizó la política de erradicación de los palestinos y ocupación indebida
de territorios donde éstos habitaban.
De allí en adelante
la política fue semejante. Israel ocupando ilegalmente territorios, incluidos
los “asentamientos” o “colonias” donde previamente eran desalojadas las
familias palestinas allí residentes. Todo ello en un clima de resistencia
palestina, con violencia y persecución a los residentes palestinos.
Dos guerras marcan
los puntos más altos de ese conflicto.
En “La Guerra de los
6 días” (junio 1967) Israel enfrentó a Egipto, Siria, Jordania e Irak. En la
guerra de Yom Kipur (1973), nuevamente una coalición árabe encabezada por
Egipto y Siria, enfrentó Israel. En ambas oportunidades el triunfo de las armas
fue de Israel.
Todos estos hechos
determinaron que Israel se siguiera apoderando de territorios palestinos,
obligando a éstos a una emigración en gran escala. Las condenas e
intervenciones internacionales humanitarias de personajes, organismos y países,
pidiendo el fin de esas acciones, cayeron en saco roto.
Desde los tiempos de
la partición de Palestina (año 1947) hasta la fecha, el dominio territorial de
Israel pasó del 55 al 78% del territorio y el de los árabes decayó, de un modo
semejante, pasando del 45% al 22%. La consecuencia es obvia: ¿Quién no
defendería su casa cuando hay intrusos que la quieren ocupar?, eso fue y es la
Resistencia palestina.
Hoy 5,4 millones de
palestinos habitan en el escaso territorio que les queda, 3,2 millones en
Cisjordania y 2,2 millones en la Franja de Gaza, de los cuales más de 700 mil están
refugiados en 8 atestados campamentos. En el área bajo control israelí, viven
9,6 millones de personas, el 75% de las cuales son judíos. Según la ONU más de
4 millones de palestinos están residiendo, en el exilio, fuera de su propio
territorio, con motivo de las persecuciones a las que fueron y son sometidos.
LA FRANJA DE GAZA
La Franja de Gaza es
considerada por muchos como una verdadera “prisión al aire libre”, dada la
restricción de movimiento que les imponen los israelíes y en lo que respecta al
desplazamiento de personas, también los egipcios. Esa área de 41 kilómetros de
largo por 6 a 12 de ancho, es una de las más densamente pobladas del planeta,
con un 50% de menores de 19 años. Allí gobierna Hamas, una organización
nacionalista, desde su primera victoria electoral en el año 2007, y es la
principal protagonista de los hechos de resistencia producidos en esta semana.
A la ofensiva de Hamas se han sumado las fuerzas de Hezbollah, quienes han atacado posiciones
israelíes desde el sur de Líbano.
La Franja de Gaza
viene soportando - por parte de Israel - un fuerte bloqueo, incluido el naval, desde
hace 16 años. El mismo limita el tránsito de personas, como así también la
llegada de ayudas humanitarias, comida, instrumentos e insumos para el trabajo
y la producción. Es allí, en ese territorio, donde la resistencia palestina se ha
hecho más fuerte.
Ahora Israel ha declarado
un bloqueo total, con ¡300 mil soldados! que comienzan a rodearla. Israel pide
a la población civil que se retire, Hamas solicita que se queden. El ataque de
las fuerzas hebreas es masivo y luego de arrasar con edificios e
infraestructura, es probable que - por tercera vez - intenten controlar
físicamente ese territorio. Las restricciones habituales se han ahondado
dramáticamente. Ya faltan: electricidad, comida, agua y gas, una hecatombe
humanitaria está por producirse. Nuevamente las demandas de la comunidad
internacional no son escuchadas.
Los hechos del pasado
fin de semana trajeron la novedad de que las milicias de la resistencia
lograron quebrar las defensas fronterizas, en más de 20 sitios, penetrando en las
comunidades israelíes que habitan en zonas próximas a la frontera.
La fenomenal primacía
tecnológica de Israel se suponía que garantizaba la inviolabilidad de esas
fronteras. La inmensa mayoría de las actividades de la resistencia palestina
apelaba a misiles dirigidos al territorio de Israel, que durante 3 años había
construido un sistema de seguridad, con más de 60 kilómetros a lo largo de la
frontera entre Gaza y su propio territorio, poblado de radares y censores que,
integrados a la famosa eficacia de la inteligencia israelí, los debía poner a
cubierto de cualquier intento de ataque masivo. Muy llamativamente, todo eso
fracasó.
En los tiempos
previos a este ataque gobernaba Israel una coalición, que agrupaba a la derecha
y la ultraderecha, que encabeza Benjamín Netanyahu, y sus decisiones venían
provocando una creciente crisis política. Pretendió avanzar sobre el sistema
judicial pero las universidades, los sindicatos y el ejército se opusieron. Las
movilizaciones de protesta se venían multiplicando. Las tensiones internas aumentaban
y los consensos se iban diluyendo.
Ese descontento interno
contribuyó a la pérdida de eficacia en los sistemas de control e inteligencia
interna e internacional. Todos coincidían y descansaban en la fortaleza de la
tecnología. La rutina ayudó a que disminuyera la eficiencia en las previsiones
militares. La disciplina fronteriza se fue debilitando y la defensa de las
aldeas próximas a la frontera quedó prácticamente en manos de sus propios
habitantes, que poseían una limitada formación militar y escasa dotación de
armas. Todo eso permitió que los milicianos palestinos se adentraran varios
kilómetros en territorio israelí y demoró durante largas horas la respuesta del
Ejército Israelí.
El ataque palestino
fue posible por una estrategia muy distinta a la que venían aplicando. Esa vez
no serían los misiles su principal instrumento. Volverían a los métodos más
tradicionales: romper las defensas con ataques directos de milicianos,
vehículos artillados y retroexcavadoras destinadas a demoler los sofisticados
sistemas defensivos, abriendo brechas para el paso de personas y vehículos.
La incursión no
encontró mayores resistencias durante varias horas. Es difícil saber las
derivaciones de dos cuestionas fundamentales. Una, el fracaso de la
inteligencia israelí que, agregada a la débil defensa militar, dejo una parte
importante del territorio en manos palestinas. Dos, el efecto subjetivo de
haber sido quebrado el orgullo acerca de la inviolabilidad de las fronteras
israelíes.
Las víctimas fatales
de estos hechos están cerca del millar de personas, entre los israelíes y
superan el millar y medio entre los palestinos. Se agregan varios miles de
heridos y una cantidad indeterminada (que superaría el centenar de personas) de
rehenes en manos de los palestinos cuyo destino es impredecible.
Esto es parte de lo
que viene pasando en la región.
Desde el año 2000,
10.500 palestinos han sido asesinados por el Ejército israelí; desde la asunción
de Netanyahu, en el curso de este año, han sido asesinados unos 250 palestinos,
al menos 47 de ellxs eran niños; durante este período se ha mantenido la
vigencia de su principal estrategia para la ocupación territorial: la expulsión
de palestinos de sus tierras y viviendas, verificada en los cerca de 600
ataques producidos durante el primer semestre de este año.
Por último, estos hechos tienen una fuerte influencia en el panorama geopolítico. EEUU es el principal aliado del Estado de Israel. Desde los fines de la Segunda Guerra Mundial, EEUU aportó a Israel 158 mil millones de dólares en materia de asistencia militar bilateral. El Presidente Joe Biden firmó un acuerdo para apoyar con otros 38 mil millones de dólares a Israel, hasta el año 2028, como asistencia militar.
Los hechos que están ocurriendo en Israel y la Franja de Gaza ponen un manto de duda sobre el futuro de la inédita alianza que estaban desarrollando Israel y Arabia Saudita. La misma significaba un fuerte aval a Israel por parte de ese importante estado musulmán. Habrá que ver si otros países con un rol protagónico en la zona, como Irán, están de acuerdo con esos avances del Estado de Israel.
Es
imposible saber hasta dónde puede llegar la amplificación de este conflicto.
EL VUELO DEL DÓLAR,
EJE PRINCIPAL DE LA
CAMPAÑA ELECTORAL
A pocos días de las próximas elecciones la tensión social va en aumento. Este puede ser considerado desde dos puntos de vista bastante diferenciados, con algunos puntos en común. Por un lado, el debate político electoral, con sus antecedentes y derivaciones. Por el otro, los efectos de la corrida cambiaria, que tiene como protagonista al dólar paralelo y la inflación, que influyen sobre la vida cotidiana del conjunto de compatriotas.
En lo que respecta a
la campaña electoral, es conocida la desconfianza que genera en amplias franjas
del pueblo la distancia que media entre los objetivos de estas instituciones
políticas y sus dirigentes y las respuestas a las necesidades y problemas del
común. Ello se vio reflejado en el incremento del abstencionismo y el voto en
blanco. Si bien esas tendencias se mantienen, da la impresión de que, entre las
PASO y las elecciones generales del próximo domingo 22, habrá un mayor nivel de
participación electoral.
Al día de hoy no hay
mayores precisiones sobre el destino, si se produjera, de esa mayor
participación. Sí, es cierto que los debates y la evolución de la situación fueron
perfilando la posibilidad de que va a ser necesaria una segunda vuelta o ballotage
para dirimir la presidencia. Finalmente se fue consolidando la idea de que Javier
Milei y Sergio Massa serían los protagonistas de esa segunda vuelta.
Algunos
acontecimientos de los últimos días abrieron el camino a una tensión mayor. En
medio de la misma, Patricia Bullrich endureció su discurso como camino
para tratar de llegar a la segunda vuelta; mientras que Milei, fuertemente
cuestionado, estaría en una meseta y Massa sabe que la inflación de setiembre -
del 12,7% como promedio, mientras que los alimentos subieron un 14,3% - le
complica el futuro y ello demanda que detenga el vuelo del dólar como una condición
para mantener sus expectativas de llegar entre los dos primeros.
Por último, además de
esas incidencias donde la crisis cambiaria pasa a ser un tema electoral se está
produciendo un fenómeno aún más profundo. Se trata del hecho de que este dólar
- creciendo sin un techo, por lo que parece no tener límites - junto a una
inflación que no afloja, hacen que los precios prácticamente no existan,
constituyendo una rotunda forma de destrucción de los recursos de quienes viven
de ingresos fijos, como los trabajadores y jubilados, ahondando el drama social
por el que estamos transitando.
JUAN
GUAHÁN
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