Editoriales Rebeldes
SE VOTÓ… ¿Y AHORA?
LOS CAMINOS DEL BALLOTAGE

Hace una semana los argentinos fuimos convocados a votar. Más allá de las debilidades de ésta - nuestra democracia actual - por su falta de respuestas eficientes a la cruda realidad que nos rodea, fue una elección muy significativa.
Fueron muchos y variados los temas que aparecieron en el escenario. Entre ellos podemos destacar: Los detalles de las fuerzas intervinientes, la participación y los datos generales de tipo electoral; las tendencias predominantes en el territorio; la superación de los “cisnes negros” y la cuestión de la moral; de lo que se habló y de lo que no se habló en la campaña.
Sobre todas estas cuestiones echaremos un vistazo y cerraremos con las perspectivas que ofrece el ballotage.
FUERZAS INTERVINIENTES, PARTICIPACIÓN Y NÚMEROS GENERALES
Sobre las fuerzas intervinientes, la novedad provino de una candidatura - la de Javier Milei - recientemente instalada, con escasos antecedentes, una fuerte crítica al sistema político, con una dura y extrema reivindicación del liberalismo. A pesar de ello, o justamente por eso, fue el triunfador en las PASO y aparecía con grandes posibilidades para estas elecciones generales.
Desde el punto de vista de la participación, en las recientes elecciones, abstenciones y votos en blanco alcanzaron el 24,28% del total del padrón (22,3% de abstenciones y 1,95% de votos en blanco) Fue a votar el 77,7% del padrón, la segunda cifra más baja - para elecciones generales - desde 1983. Comparadas con las PASO 2023, aquellas cifras fueron muchos más significativas. Las abstenciones y votos en blanco llegaron al 35,75% (31% de abstenciones y 4,75% de votos en blanco)
En los números generales los datos importantes los podemos sintetizar en unas pocas cuestiones: El nivel de participantes, creció desde el 69% del padrón al 77,7% del mismo; Sergio Massa dio vuelta la elección, de tercero pasó a primero y de haber logrado un 21% de adhesiones en las PASO ahora sumó el 36,68%, con el agregado de que - en estas generales - sumó 3,2 millones de votos a los de las PASO de agosto, de todos modos, sacó 2,6 millones de votos menos que los obtenidos por Alberto Fernández y Cristina, en las presidenciales de 2019; Javier Milei reiteró su porcentaje de adhesiones, arañando nuevamente el 30% y Patricia Bullrich se desbarrancó, quedando fuera del ballotage, del 28% logrado en las PASO se redujo a un 23,8% en las recientes generales.
LAS TENDENCIAS PREDOMINANTES EN DIFERENTES TERRITORIOS
Después del impasse con los resultados de las PASO de agosto, ahora volvió a ratificarse que el peronismo tiene su núcleo duro en el conurbano bonaerense. Un solo dato consolida esta apreciación: Massa aventajó a Milei - en el recuento general - por 1,7 millones de votos, de los cuales 1,5 millones constituyen la diferencia que le sacó en el Gran Buenos Aires.
A ese dato hay que incorporarle otra novedad, Massa también ganó en el interior rural de esa Provincia, de modo tal que prácticamente la totalidad de la diferencia con Milei la arrancó en la mencionada Provincia.
Otros datos indican que el peronismo mantuvo su hegemonía en el área patagónica y recuperó su primacía en las provincias del NOA y NEA.
La única región que se mantuvo esquiva a la hegemonía del peronismo fueron las provincias del centro (particularmente Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos) Allí Milei y Patricia se repartieron los favores del voto.
LA SUPERACIÓN DE LOS “CISNES NEGROS” Y EL TEMA MORAL
En las semanas previas a este reciente acto electoral se produjo un aluvión de malas noticias para el gobierno, varias de ellas fogoneadas desde la oposición. Algunas, como las cuestiones económicas (la inflación, entre ellas) son estructurales, venían de vieja data y parecen – desgraciadamente - estar “naturalizadas”. Pero había otras originadas en el aprovechamiento opositor de errores propios del oficialismo (como el caso de Insaurralde) o probables “costumbres” de variadas fuerzas del espectro político realizando prácticas corruptas para el financiamiento político (caso de las tarjetas de la Legislatura bonaerense) En este último caso, dado que esta práctica, de comprobarse, su impacto propagandístico podría estar favoreciendo a varias fuerzas en la coyuntura, fue menor porque se desparramó por el conjunto de fuerzas políticas mayoritarias. En el caso de Insaurralde, la cuestión fue rápidamente amortiguada y sus efectos no se hicieron sentir. Más aún, los resultados electorales ya mencionados mostraron una recuperación del voto conurbano donde mucho tuvo que ver la gestión del ahora “impresentable” funcionario que tuvo por tarea convencer a intendentes y dirigentes de dicha región acerca de la necesidad de movilizar a la fuerza para revertir los resultados de agosto y lograr el objetivo, ahora alcanzado.
De todos modos, queda en el aire una sensación extraña en sentido tal que da la impresión de que en el terreno de la actual modalidad del accionar político rige una especie de amoralidad donde estas cuestiones - junto a muchas otras aún más repudiables - quedan fuera de consideración. Si bien se trata de un debate de tipo ético o moral, no estaría mal que fuera incorporado a la consideración política, porque no quedan dudas acerca de que ese tema influye en el ánimo general, plagando de oportunismo y justificaciones el accionar cotidiano de la mayor parte de la dirigencia.
DE LO QUE SE HABLÓ Y
DE LO QUE NO SE HABLÓ
EN LA CAMPAÑA ELECTORAL
Las reflexiones volcadas en el punto anterior dan una idea de algunas cuestiones que fueron calladas por diversas fuerzas durante la campaña.
La mayor parte de la misma - fundamentalmente los spots televisivos, los reportajes a los candidatos y los debates oficiales -, estuvo llena de aseveraciones genéricas, sin penetrar en los problemas, menos aún en las propuestas de soluciones.
Algunas excepciones se pueden encontrar en las presentaciones de Juan Schiaretti y Myriam Bregman. El primero, mostrándose como un claro defensor del modelo vigente, esbozó algunas cuestiones de gestión, reivindicando - desde el “cordobesismo” - al federalismo. Es destacable que esas actuaciones le permitieron duplicar su votación de las PASO. En lo que respecta a Bregman, pudo volcar algunas ideas de un programa de izquierda parlamentaria, todo lo cual le permitió crecer un poco respecto de su votación de las PASO, aunque en cifras exiguas. Massa recuperó ideas y gestos tradicionales del peronismo: reivindicación de los trabajadores y los más humildes, acuerdos con la CGT y las organizaciones sociales oficialistas, todo ello dentro de un discurso presidenciable convenientemente moderado y sin mayores referencias a la brutal inflación que castiga a millones de compatriotas.
De todos modos, los aspectos más importantes se encuentran en las cuestiones y temas NO dichos en la campaña.
Como si fuera un acuerdo tácito, una serie de asuntos vitales, prácticamente no existieron en la campaña electoral. Hacer una recorrida por algunos de esos temas nos hablará del porqué crece el descontento respecto a las políticas estatales.
El principal tema, que no estuvo presente en esta campaña, es la polémica sobre la perspectiva y riesgos de un suicidio colectivo. Riesgo que cuestiona el futuro del planeta, como casa común de las próximas generaciones. El modo en que se está atentando contra la justicia socioambiental, con la complicidad de las grandes potencias, debería ser motivo de preocupación generalizada, sobre todo de aquellos que aspiran a tener responsabilidades en el diseño y ejecución de políticas estatales.
Casi no se escucharon voces sobre la influencia del FMI en las políticas económicas que nos hacen perder soberanía y hunden en la miseria a buena parte de nuestro pueblo.
No se habló del modelo productivo que se aplica en nuestro país. De la brutal concentración de opulencia que se ha ido generando. Del extractivismo de nuestras riquezas naturales, los minerales, forestales y de todas las maravillas que podemos producir.
No entró en la agenda del debate el rol de las grandes corporaciones económicas que chupan el trabajo de lxs argentinxs. Son esas mismas corporaciones las que definen - en función de sus intereses - el sentido de gran parte de nuestras infraestructuras: puertos públicos y privados, vías de transporte marítimo y terrestre. No se hizo referencia al modo en que se escandalizan los poderes económicos cuando dirigentes con conciencia ambiental e intereses patrióticos ponen límites al avance de los glifosatos y otros productos que son la base de sus agro negocios que los enriquecen mientras atentan contra la salud del pueblo.
Tampoco se profundizó la discusión o propuestas sobre salud, educación o vivienda. Tal vez, el aspecto más rico fue producido por algunas extravagancias de Milei como los “vouchers” o cheques educativos, un remedio a la crisis educativa que da la impresión de que parezca peor el remedio que la enfermedad. No hubo mayor preocupación para encarrilar el sistema educativo detrás de nuestros propios objetivos nacionales y no de los intereses del poder y las academias, que hoy lo terminan definiendo.
Por último, reinó el silencio respecto a la situación de los pueblos originarios, a pesar de estar vigente la lucha del Tercer Malón de la Paz, que vino desde Jujuy denunciando los estropicios y persecuciones del gobernador Gerardo Morales y sigue reclamando por derechos que le son negados. Después de las elecciones, como un preludio del futuro, una delegación del mencionado “Malón” fue reprimido en las inmediaciones de un local radical.
LAS PERSPECTIVAS DEL BALLOTAGE
Ya estamos en segunda vuelta, mientras crecen los rumores sobre un retiro - bastante improbable - de Milei, los datos reales apuntan en otra dirección.
Lo más probable es que el ballotage se realice y en función de tal posibilidad veamos las perspectivas que se presentan.
Contrariando la mayoría de las estimaciones existentes, Massa no solo se ubicó primero, sino que le sacó cerca de 7 puntos de diferencia a Milei. Esa diferencia, a la par de los demás resultados, ubica a Massa en las mejores condiciones para alzarse con la victoria y ser el próximo Presidente el 19 de noviembre.
Bajo las formas que la situación indique, es muy probable que de los debates de las últimas semanas surjan dos elementos de interés. El primero, la probable fractura de JxC, y en segundo lugar la tendencia a un realineamiento del espectro político, con Massa como principal referente y con acuerdos de una fracción importante del radicalismo, que puede incluir a Horacio Rodríguez Larreta y los gobernadores Gerardo Morales de Jujuy y Gustavo Sáenz de Salta. Todos partícipes de un acuerdo que - bajo la consigna de la Unidad Nacional - conforme una fuerza aliada al gobierno y ponga en marcha un nuevo tipo de gobierno con las características de una coalición. Algo semejante puede intentar Massa con respecto a Schiaretti, algunos gobernadores peronistas - particularmente del NOA y NEA - y lo que vaya conquistando de las tradicionales opciones kirchneristas.
De ese modo se puede conformar no un nuevo partido, ni tampoco una nueva y formal coalición. Pero sí puede ser una alianza o acuerdo que tenga a Massa como eje y que aglutine a una parte del radicalismo y sectores peronistas no adictos o críticos al kirchnerismo.
Bajo estas consideraciones quedan algunos asuntos de los más importantes, en lo que tiene que ver con el manejo y control de las estructuras institucionales y políticas.
El incierto futuro político de Milei, es una de ellas. Éste, más allá de sus extravagancias y de la eventual frustración de estar arañando la posibilidad de llegar a la presidencia, debe pensar en el rol que aspira jugar en la sociedad, en el supuesto de no llegar a ese cargo. Más allá de estas consideraciones es importante señalar que, terminado el proceso electoral, haya importantes cambios en la configuración de los bloques opositores. Se vislumbra que un número significativo de legisladores de JxC hará causa común con libertarios que responden a Mieli. Sin descartar que el bloque que responde a Milei también sufra debilitamientos ante la “fuga” de algunos legisladores, disconformes con los últimos acuerdos políticos de Milei.
Por otro lado, la realidad social trae un pliego de necesidades que sigue sin resolver. En medio de una crisis que continúa creciendo, el nuevo gobierno hegemonizado por el peronismo deberá dar respuestas a esta crisis que contribuyó a construir.
Más allá de su discurso de campaña, Massa - como eventual Presidente - tendrá que lidiar con una porfiada realidad donde las demandas de ajuste del FMI chocan con el pensamiento y los requerimientos de las bases peronistas. Nos estamos acercando al momento donde habrá que gobernar y no limitarse a un “distribucionismo” coyuntural. ¿Tendrá el gobierno la voluntad para afrontar ese desafío… o preferirá seguir teniendo como interlocutor al poder económico y las obscenas acumulaciones que responden a los lineamientos de las políticas del poder financiero internacional? Los acreedores del mundo occidental - que tienen al FMI como garante - y los que responden a la estrategia china, están preparando sus facturas. Nadie debería olvidarse que el pueblo también tiene las suyas.
Después de los “permisos” para un “distribucionismo” electoral, comenzará a verse la cara real de las políticas del FMI.
JUAN
GUAHÁN
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