Editoriales Rebeldes
EN “MODO
ELECTORAL”:
SINSABORES
Y FESTEJOS EN EL GOBIERNO NACIONAL

Mientras
el gobierno formal de Alberto Fernández sigue dejando pasar el tiempo
sin mayores pretensiones de incidir en la coyuntura; el gobierno real, en manos
del ministro-candidato Sergio Massa, despliega una actividad frenética.
No
hace mucho tiempo, apenas unas semanas atrás, la Vice Presidenta había
adelantado que en una elección de tercios el objetivo sería entrar al ballotage.
Pero el ministro-candidato no trabajó estos largos años para contentarse con
esa perspectiva. Si bien es joven y podría tener otras oportunidades, sabe que
su hora es ahora y está dispuesto a no dejarla pasar.
En
estas pocas semanas, ya casi no quedan dudas acerca de que la coalición Unión
por la Patria (UP) estará en la segunda vuelta. No solo eso, sino que la
presencia de Massa al frente de esa coalición es probable que cambie la actitud
de los EEUU y del empresariado que forma parte del “círculo rojo”. Las
simpatías que desde allí se desparramaban a favor de candidatos y candidatas de
Juntxs por el Cambio (JxC) pueden cambiar de rumbo. Massa, de la cuna
alsogaraista de la UCD, rápidamente se hizo “peronista” y aprendió de la
historia que un buen camino para lograr concesiones del imperio, es tener
apropiados vínculos con potencias que confrontan con ese poder imperial. Su
viaje a China responde a esa lógica. Es obvio que tal jugada significa estar
caminando por la cornisa, con los riesgos que ello supone.
Massa
aspira a recuperar simpatías perdidas por los errores de Cristina, el
desastre del albertismo y la voracidad de La Cámpora. Sabe que es una tarea
difícil, pero su audacia sin límites le impide quedarse a la vera del camino.
La
lógica de los números deja a JxC en las puertas de un triunfo, ya sea en la
versión de la ubicua Patricia Bullrich o del “moderado” Horacio Rodríguez
Larreta, quien cuenta con un precandidato a Vice Presidente como el
dictadorzuelo Gerardo Morales. Éste emparda y supera las enardecidas
propuestas de Patricia con una lógica de escalada represiva ideada por el
radicalismo, que tuvo aplicación en Mendoza y que también promueve el porteño Martín
Lousteau.
Una
de las claves del gobierno para revertir esa perspectiva de derrota es dar la
imagen de tener un control sobre la inflación. La cifra del 6% para el mes de
junio - aunque parezca mentira - se corresponde con esa necesidad. Según el
INDEC da como resultado una inflación anualizada, al mes de junio, del 115,6% y
del 50,7% para la primera mitad de este año. Ella representa una sensible
disminución de la inflación respecto al 7,8%, medido para mayo y del 8,4% para
abril.
Esta
buena nueva se acompaña con la inauguración del Gasoducto Presidente Néstor
Kirchner. La celeridad con la que se hizo, habría sumado una cifra importante
de recursos, que - según el gobierno - serán cubiertos con el adelanto en el
“ahorro” de divisas necesarias para comprar gas. De todos modos, es difícil
ignorar que la estrategia global sobre nuestra explotación de hidrocarburos se
decide en otras mesas.
En
materia de empleo, son interesantes los datos sobre el incremento de
trabajadores. En el último año hubo 614 mil nuevos empleos. Los
trabajadores asalariados formales, se incrementaron un 3,8%. Los “no
registrados (en negro) crecieron un 6,7%.
Otra
“buena noticia” son los créditos para jubilados, con tasas de interés del 29%.
Esos créditos van desde $5.000 hasta $400.000 en 24, 36, o 48 cuotas las cuales
no pueden exceder el 30% del ingreso mensual y serán depositados en la cuenta
bancaria dentro de los 5 días hábiles de aceptada la solicitud. El interés es
tal que las oficinas del ANSES no dan abasto para responder a la cantidad de peticiones
formuladas.
El
Consejo del Salario acaba de aprobar los nuevos valores del salario mínimo.
Ellos prevén un incremento del 34% en tres etapas, la última de las cuales
corresponde al mes de setiembre. De ese modo el salario mínimo pasaría de los
actuales $ 87.987 a 105.500 en julio; en agosto quedaría en $112.500 y en
septiembre, en $118.000.
Todas
estas medidas parciales ceden el lugar de privilegio, en el interés del
gobierno, a lo que pueda suceder con el FMI.
En
este sentido, la situación del sector externo es tan crítica que hasta los
“piratas” ingleses se conmovieron y rechazaron un pedido de algunos “Fondos
Buitres” que demandaban que les paguen ahora una parte de un fallo que condena
a nuestro país. Se trata de la larga historia del “Cupón del PBI” (año 2005)
donde Argentina debía pagar un plus a algunos “buitres”, si superaba el 3% de
crecimiento del PBI. El gobierno desinfló la cifra del crecimiento y los
prestamistas reclamaron. La justicia inglesa ordenó pagar 1.500 millones de
dólares a 4 “Fondos Buitres”. Argentina apeló y los 4 fondos pidieron un
“adelanto” precautorio. (u$s 375 millones), Argentina planteó que, en caso de
hacerlo, se provocaría “un daño irreparable a la población”. Los ingleses -
enternecidos - hicieron lugar al pedido argentino y no haremos efectivo ese
“adelanto” solicitado.
Mientras
el dólar paralelo cerró este viernes a $ 522, Massa reiteró que el acuerdo con
el FMI, está prácticamente cerrado y que se haría público la próxima
semana.
Dos
son los objetivos inmediatos para llegar hasta fin de año: El cierre con el FMI
y ampliar los swaps con China por el equivalente a unos 10 mil millones de
dólares.
Es
sabido que, metidos en el acuerdo con el FMI, nuestra suerte inmediata y la de
los próximos años está atada a ese organismo. Por eso el FMI es el principal
protagonista de nuestras políticas. Desde este punto de vista hemos renunciado
a varios instrumentos básicos para ejercer nuestra soberanía. Aunque duela y se
lo enmascare ésa es la realidad. Como no se ha preparado al pueblo para una
gesta de esa naturaleza ella siempre aparece como imposible. Se lo oculta
detrás de frases de circunstancia, tales como: “No acordaremos sobre el hambre
de los argentinos” o aquella otra que sostiene “le pagaremos al Fondo para
poner fin a esta relación”. Una larga historia demuestra la escasa
verosimilitud de esas afirmaciones.
Ahora,
teniendo en cuenta los próximos vencimientos de compromisos contraídos, el
gobierno espera que con un desembolso de 6 mil millones de dólares podrá recorrer
con cierto margen de tranquilidad los meses que le faltan. Con ellos podría
cubrir los vencimientos ineludibles del último semestre del año en curso y
tener una reserva para que no lo coman las “corridas bancarias” y restablecer
un muy debilitado circuito de importaciones. Podríamos seguir porque… la deuda
maldita goza de buena salud y largos años de vida por delante.
¡QUÉ EXTRAÑA EVOLUCIÓN
DE LA POCA PATRIA QUE
NOS QUEDA!
No quedan dudas que el territorio que hoy está
contenido dentro de los límites de lo que se conoce como Argentina guarda una
historia y expectativas que están muy lejos de la realidad que nos
atraviesa. Empezando por los 3.761.274 kilómetros cuadrados que conforman
la superficie emergente. De ellos, 2.791.810 kilómetros cuadrados corresponden
al territorio del continente americano y el resto forman parte del continente
antártico y están en disputa. Todo ello sin contar con el Mar Argentino (940
mil Km2) y la Plataforma Continental Submarina (1 millón 700 mil, Km2)
A partir
de esa complejidad, nuestra historia está cargada de paradojas. En esas
incongruencias es posible que encontremos algunas explicaciones a esta dura
realidad.
En
los días que corren, tal vez el más dramático y llamativo absurdo sea la
inmensa riqueza que albergan estas tierras y la dura realidad cotidiana del
hambre y la miseria que afecta a porciones importantes de la población de estos
parajes.
Algunas
de esas contradicciones nos acompañan desde el momento mismo de nuestra
independencia.
Cornelio
Saavedra, el Presidente
de la Primera Junta de Gobierno, designada en Buenos Aires el 25 de mayo de
1810, era oriundo de Potosí, Virreinato del Perú. Su abuelo, un General que
llevaba el mismo nombre y apellido estuvo al frente - décadas después - de las
fuerzas chilenas que persiguieron a los araucanos en lo que se puede considerar
como la “Campaña al Desierto” del otro lado de la cordillera.
La
sangre derramada por nuestro pueblo pobre y las desobediencias de José de
San Martín y Manuel Belgrano, los patriotas mayores de la poca
Patria que nos queda, explica que todavía tengamos territorio propio.
Ahí
tenemos a Andresito Guacurarí y su ejército, mayoritariamente compuesto
por guaraníes, guerreando contra fuerzas al servicio de intereses lusitanos.
Ese sacrificio permitió que Misiones sea hoy parte de nuestro territorio.
Tales
sacrificios y rebeldías no alcanzaron para constituir la Unidad de Nuestra
América. Belgrano, cumpliendo con las directivas portuarias del Primer
Triunvirato, dirigió el conmovedor “Éxodo del pueblo Jujeño”, de un modo
semejante a lo que había hecho Gervasio Artigas con cerca de 20 mil
compatriotas montevideanos. En el caso jujeño, un pueblo entero se fue. Pero
antes destruyó sus propias viviendas y todo aquello que no pudiera llevar, para
que el ejército español no pudiera aprovecharse de su superioridad militar.
Llegado a Tucumán, a pedido del pueblo tucumano, desobedeció la orden de
retroceder hasta Córdoba. Las victorias de Tucumán y Salta evitaron que los
españoles controlaran la mayor parte de nuestro territorio, premiando el valor
de aquella decisión.
La
desobediencia sanmartiniana es aún más potente y gloriosa. Se negó
sistemáticamente a cambiar el objetivo del ejército que preparaba al pie de la
cordillera en Mendoza, para destinarlo a combatir a los caudillos internos. Por
eso San Martín le escribió a Artigas una carta, secuestrada por agentes del
puerto, en la que le decía: “Paisano mío, hagamos un esfuerzo, transemos todo y
dediquémonos únicamente a la destrucción de los enemigos que quieran atacar
nuestra libertad”.
Esos
“rebeldes” estaban decididos a no pagar un solo peso de deuda externa y
expropiar riquezas para ponerlas al servicio de todos. Esas ideas interesaban a
quienes integraban sus ejércitos de negros, indios y criollos pobres. Por eso,
desde el poder administrativo del puerto, fueron marginados y negados los
apoyos necesarios.
Hace
una semana recordamos el 9 de julio. Se conmemoró un nuevo aniversario de la
Declaración de nuestra Independencia. Ese hecho, clave para entender los
sucesos posteriores, es un punto de inflexión en nuestra historia y los efectos
de algunos acontecimientos.
San
Martín, Belgrano y Güemes presionaron sobre el Congreso para la
Declaración de la Independencia. Esa posición fue explicitada por Belgrano en
la sesión del 6 de julio, al comparecer ante los congresistas. Allí planteó dos
cuestiones de suma importancia: Proclamar a Cuzco, como capital del nuevo país
y dentro de un régimen de monarquía moderada poner a un hermano de Tupac
Amaru al frente de la familia real. Estas propuestas alegraron a los
pueblos indígenas, que mayoritariamente poblaban esa región. Inicialmente la
mayoría de los congresales compartía esas propuestas, también avaladas por San
Martín y Güemes. Luego, una campaña de la prensa porteña y algunos congresales
comenzaron a enredar la cuestión y el tema fue entrando en un cono de sombra.
Finalmente, muchas actas se perdieron y con el Congreso trasladado a Buenos
Aires, el tema se diluyó y no se habló más de la cuestión. Ese consenso inicial
del Congreso hubiera significado la referencia a un país alejado del predominio
portuario como terminó siendo.
El
Acta Final del Congreso de Tucumán remite a un “Congreso General de
representantes de las Provincias Unidas de Sud América”. Tal denominación dejó
de existir y fue reemplazada, primero por las “Provincias Unidas del Río de la
Plata” y más tarde como “Argentina”, tal como hoy se la conoce.
Es
imposible saber cómo habría sido nuestra Patria si se hubieran respetado las
cuestiones planteadas por Belgrano, fortalecidas por haberse difundido en
español y en otras dos lenguas indígenas. -
JUAN
GUAHÁN
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