sábado, 29 de abril de 2023

Editoriales Rebeldes 

DOS MIRADAS OPUESTAS

SOBRE LOS CAMBIOS A PRODUCIR





















Es obvio que siempre han existido miradas diferentes sobre la realidad en la que estamos. Eso es así sobre cualquier cuestión puntual, pero también los es sobre ese conjunto que se llama sociedad. 

No es lo mismo tener opiniones distintas sobre la actuación del árbitro en un partido de fútbol qué tener esas discrepancias sobre lo que vamos a hacer respecto del FMI. Yendo más allá, tampoco es lo mismo tener opiniones con algunas diferencias a tener pensamientos y propuestas claramente opuestas.

Cuando esas miradas tienen por objeto a toda la sociedad y como destino su necesidad de cambiar a ese conjunto, las cosas se complican.

Esto último está pasando hoy en día y con un grado de profundidad poco común. 

Desde las élites del poder llueven las propuestas para terminar con este estado de cosas. Para ello usan metáforas parecidas: “Dinamitar todo” (dice el “ahora endurecido” Horacio Rodríguez Larreta) o “semi dinamitar todo, no absolutamente todo” (propone el “ahora moderado” Mauricio Macri) Ni hablar de lo que proponen Patricia Bullrich o Javier Milei con sus planes de liberalismo extremo. 

Por el otro lado, desde el campo popular, reaparecen las perspectivas más duras. Nuevamente resuenan en las movilizaciones aquello de “Que se vayan todos” o “Ruptura con el FMI”.

Ambas ideas apuntan a cambiar cuestiones importantes del modelo que nos viene gobernando en los últimos 40 años, de vigencia ininterrumpida de esta democracia actual. Modelo cuyo fracaso podemos verificar donde pongamos el ojo. 

Sabemos que no son lo mismo el macrismo y el actual gobierno, pero ambos descansan sobre valores que han sido superados por la realidad. 

En ese agotamiento está el origen del hartazgo de grandes sectores de la población (comenzando por los más jóvenes) y del nacimiento de los esclavos “libertarios” como imagina Milei. 

Es interesante adentrarnos un poco en el contenido de estas propuestas extremas. La de los liberales extremos y la de importantes sectores del pueblo llano.

Los liberales son rotundos. Ellos quieren terminar con las escasas posibilidades que le quedan al actual Estado para que sea capaz de sostener funciones soberanas, al servicio de las grandes mayorías, en materia de trabajo, salud, educación, sistema comunicacional, vivienda.

Es su objetivo dejar sin protección a millones de compatriotas, por eso bregan para neutralizar y liquidar a las organizaciones sociales, sindicales y toda otra forma de organización popular.

Como están enamorados de la tierra que poseen, en gran parte mal habida por la vieja oligarquía y los nuevos privilegiados (muchas veces extranjeros), cuidan que trabajadores y campesinos - el pueblo plebeyo - tenga dificultades para acceder a la misma.

Defensores del mundo occidental y su cultura no tienen reparos en profundizar el genocidio histórico de los pueblos originarios y sus manifestaciones actuales.

Desde el campo popular, hace tiempo que muchos sectores también sueñan con “dar vuelta la tortilla”. Demandan acabar con la relación que nos ata al FMI; quieren poner fin al extractivismo y terminar con la brutal hegemonía financiera, que permite que la ley pergeñada por Martínez de Hoz siga vigente. 

Esas fuerzas populares, aspiran a que trabajo y producción sean los ejes de la vida económica. Que ello se haga sobre un nuevo modelo sin explotación y cuidando al planeta, la única casa que tenemos.

Lo peor de todo es que, desde el campo popular, variadas manifestaciones de gobiernos, autodefinidos como progresistas, no los escucharon y no hicieron lo que debían hacer: darle poder al pueblo organizado. Con ello, dejaron libre el terreno para que los enemigos del pueblo, con sus medios de prensa a la cabeza, pudieran avanzar.

Ese fracaso alimentó a sectores reaccionarios que pretenden no solo ganar coyunturas, sino cambiar los rumbos de la historia por venir, dando respuestas reaccionarias a la crisis global que nos envuelve a todos. Ellos trabajan para una libertad que favorezca al más concentrado poder económico: que se está constituyendo en el nuevo gobierno mundial.     

Sin embargo, hubo y hay importantes reacciones populares, pero ellas no pudieron superar los topes de las necesidades cotidianas.

La dirigencia no fue capaz de construir la unidad necesaria que reúna la fuerza y los acuerdos suficientes para constituirse en alternativa para el conjunto del pueblo.

Ante la perspectiva de que los sectores liberales avancen, no quedan dudas acerca de que se incrementará la resistencia, pero sin unidad y proyecto alternativo será muy difícil y costoso recuperar la hegemonía de una soberanía social y política que le dé solidez al futuro por construir y nos evite caer en nuevas frustraciones, de un sistema institucional que no da para más. 

De lo contrario, los aprendices de brujo volverán a irse, pero lo harán dejando un campo arrasado y el pueblo sufrirá más de lo necesario.

 

LAS ORGANIZACIONES SOCIALES EN SU HORA MÁS DIFÍCIL

Cuanto más grande es el caos, más próxima está la solución (Mao Tse-Tung)

La frase que sigue al título de estas reflexiones no es una expresión de deseos, sino la verificación de una realidad que el Líder de la Revolución China demostró como válida. 

No quedan dudas sobre que, para los sectores populares, la calle y la movilización constituyen su mayor fuerza. Es allí donde pueden hacer valer el peso y compromiso de sus cuerpos, avalando sus ideas. Esa forma de acción les permite demostrar el valor de esa presencia ante otras formas de actuación, como las estrategias meramente electorales y las frías decisiones gubernamentales. 

Las respuestas electorales están determinadas por los números de un sistema electoral dependiente, en buena medida de la capacidad económica, y el peso mediático.

En las decisiones gubernamentales, no es la voz del pueblo la que más se escucha, porque el predominio lo tienen los poderes económicos del sistema.

En estos últimos tiempos, han sido las organizaciones sociales quienes tuvieron el predominio callejero. Que éste no fuera utilizado con toda la potencialidad que tiene y de la mejor manera es otra historia y tiene que ver con la política y pensamiento político ideológico de su dirigencia.

La coyuntura política y las perspectivas del panorama electoral abren varios interrogantes sobre el futuro de las organizaciones sociales, su capacidad de movilización y presencia callejera.

Algunos de sus dirigentes consideran que la concentración del esfuerzo en arrancarle concesiones al Estado, con la metodología de las grandes marchas o movilizaciones hacia el centro del poder, no fue la mejor estrategia. 

Piensan que ello no permitió desplegar toda la fuerza en cada territorio local - digamos municipio - concreto. De ese modo se debilitaron las posibilidades de respuesta del emergente social representado por las organizaciones sociales. 

El miércoles pasado se reunió la cúpula de la CGT y representantes de organizaciones sociales oficialistas para manifestar su aval al ministro de Economía. Esta tendencia es altamente peligrosa para el futuro de esas organizaciones sociales por su asociación con la cúpula sindical, muy desgastada y que guardó un sacrílego silencio ante el avance de la actual crisis económico social. Con esta perspectiva crean las condiciones para que tales organizaciones sociales sigan el mismo camino cegetista.

En medio de estos debates, el gobierno, a través del Ministerio de Economía, anunció que los ingresos de los trabajadores en blanco se ubicaban por encima de la inflación. Dice que en marzo esta aumentó un 7,7% y los salarios un 9,8%.

Sin embargo, no son pocos los que piensan que nos vamos adentrando en la crisis del sistema y el incremento represivo. Ante esa perspectiva evalúan como imprescindible un reagrupamiento territorial de los sectores más vulnerables.

Algunas fuerzas - por ahora minoritarias - descreen de esa alianza con la CGT.  Apuestan a la multiplicación de la integración de fuerzas territoriales locales. Imaginan que de ese modo se vayan creando las condiciones para otra política, a partir de su capacidad de presión, articulando - en el territorio local - diferentes sectores sociales y organizaciones populares.  

 

¡QUÉ SEMANA! EL DÓLAR EN EL SUBE Y BAJA. HABLÓ CRISTINA

La semanita que termina fue la típica de una “corrida” bancaria. Hubo de todo, pero a lo grande. El dólar “libre”, que llegó a rozar los 500 pesos, cerró a 469. Ahora los precios tendrían que bajar, pero, ¡cuándo se vio que los aumentos de góndolas y almacenes puedan dar marcha atrás! 

La inflación del 60%, prometida y anotada en el Presupuesto, es motivo de mil burlas y el mentado crecimiento del que habla el oficialismo entró en una meseta declinante. 

Vista la actual situación, un rumor circula en los pasillos de 19th Street - Washington DC (sede del FMI), sostiene que “allí se desconfía mucho de Sergio Massa y su equipo, porque viajan seguido a la Argentina”.

Tal como se había anunciado, la Vice Presidenta dio su clase magistral en La Plata. El marco era llamativo. Cristina rodeada por Nicolás Trotta, Rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), del Sindicato de Encargados de Edificios (SUTERH) y ahora responsable de la “Escuela Justicialista Néstor Kirchner”, inaugurada el jueves pasado. Acompañaban a Cristina y Trotta 5 militantes, poco conocidos, que tendrían a su cargo la tarea pedagógica de esta Escuela. El instrumento nació al servicio de la actividad de la vicepresidenta.  

En las tribunas y afuera, el público - varios miles de personas - clamaba por ¡Cristina presidenta!, adentro ésta recordaba: “Yo ya di todo lo que tenía que dar”.   

La clase magistral sirvió para escuchar varias verdades y algunas llamativas caracterizaciones.

Como debatiendo con Milei, recordó que estamos discutiendo la “dolarización”, que ya fracasó hace 20 años. Reivindicó el pago al FMI para terminar con las “condicionalidades” que no dejan independencia para gobernar. 

Ratificó que hay que pagar, pero con una revisión de las cláusulas y los acuerdos - las condicionalidades - con el FMI, al que también colocó como uno de los principales responsables de la inflación. 

Como justificándose, aunque sin autocrítica alguna, Cristina afirmó que siempre tenemos que elegir entre lo “menos malo” e hizo hincapié en la concentración económica que se ha ido incrementando.

En síntesis, fue un discurso con sus claroscuros, pero expresados por una analista sin responsabilidades en el gobierno. No asumió que, en los últimos 20 años, durante 16 gobernó el kirchnerismo, siendo ella quien eligió - por Twitter - al presidente, guardando para sí el cargo de Vice. Si bien reconoció que “nuestro principal problema es el endeudamiento” y que “algo está pasando”, reiteró que “el capitalismo supone la producción de bienes y servicios más eficiente”.

  

2023: EL AÑO MÁS CALIENTE DE LA HISTORIA 

Van creciendo las evidencias científicas que estiman que estamos transitando el año más caluroso desde que existen, al respecto, registros mundiales. Los cerca de 8 mil millones de personas que habitan nuestro planeta se encuentran ante este desafío.  

Lo más llamativo es que esta perspectiva va de la mano del dato de que algunas cifras extremas respecto del calor también se manifestaron en anomalías en cuanto al frío, las inesperadas y económicamente desastrosas heladas del mes de febrero, fueron una de sus manifestaciones. 

Todos coinciden en que estas situaciones están directamente relacionadas con la actividad humana, particularmente por el hecho de que seguimos privilegiando el uso de combustibles fósiles. 

Para las Naciones Unidas - según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) - este fenómeno viene creciendo en estos últimos 8 años.

Los temores sobre el futuro tienen, para los investigadores, su fundamento en que hay estimaciones acerca de que el fenómeno de El Niño, responsable del calentamiento global en el Pacífico, volvería a tener preponderancia antes de fines del corriente año. 

En este sentido los expertos hablan de la presencia - también en el Pacífico - del “Mega Niño Modoki” (según el nombre que le dan los japoneses), que haría que se reduzcan los diferencias entre las estaciones, particularmente entre el otoño e invierno de este 2023.

 

JUAN GUAHÁN 

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