Editoriales Rebeldes
FIN DEL MUNDIAL DE FÚTBOL…
Y EL MUNDO SIGUE ANDANDO

Este domingo en Doha, la capital de Qátar, se cierra una nueva edición del Mundial de Fútbol. Su realización cada 4 años es considerada como el evento de mayor despliegue publicitario en el mundo contemporáneo, por la cantidad de personas y recursos que moviliza.
Esa circunstancia hace que su realización tenga variados impactos. Es organizado por la FIFA, cuyos directivos - en términos generales - se encuadran en las políticas occidentales. A pesar de lo cual no pudieron evitar que la sede de este Mundial, por el poderío económico de países petroleros, le fuera birlado a los EEUU, que tenían previsto realizarlo, lo que motivó que el Gran País del Norte tomara represalias penales contra algunos de esos directivos, aprovechando las reiteradas sospechas y denuncias en el sentido de que éstos fueron partícipes en hechos de corrupción. Es bueno recordar las variadas denuncias que, en diversas oportunidades, formulara Diego Armando Maradona, en la misma dirección.
Ese predominio occidental, ya manifestado otras veces, encontró en el enfrentamiento entre Rusia y la NATO una nueva oportunidad de expresarse. Fundándose en ese hecho la FIFA excluyó arbitrariamente a Rusia de este Mundial, beneficiando a Polonia.
Desde 1930, fueron disputadas 22 ediciones del Mundial, nuestro país participó en 17 oportunidades. Fue finalista 5 veces: Resultando campeón en 2 oportunidades: En 1978, en Argentina y 1986 en México. Siendo derrotado en las finales de 1930, en Uruguay; 1990, en Italia y 2014, en Brasil.
En el último Mundial (Rusia 2018), Argentina fue dejada afuera - en octavos de final - por Francia, su rival de ahora, que resultara Campeón de ese Torneo.
Desavenencias entre los jugadores, entre éstos y el Director Técnico, afectaron el desempeño de nuestro país, en ese torneo.
Al término del mismo se designó “provisoriamente”, como Director Técnico a Lionel Scaloni, que había sido un novel auxiliar técnico y de poca influencia en el torneo de Rusia.
Ya designado como Director y en ese carácter, Scaloni igualó el récord
mundial de invictos de selecciones mundiales, con una racha de 36 partidos sin
conocer la derrota. En el medio, Argentina ganó la Copa América luego de una
larga sequía de 28 años sin ese título. Así se llegó a esta final que hoy se va
a jugar.
UN BUEN TORNEO DE FÚTBOL, NO PUEDE ELIMINAR LA POBREZA,
PERO SÍ MEJORAR LA AUTOESTIMA DEL PUEBLO
El futuro de una sociedad no depende de una pelota de fútbol.
Han existido variadas experiencias sobre la influencia de los resultados de este deporte en la situación interna de una sociedad.
Muchos creen, con los funcionarios del gobierno a la cabeza, que un buen resultado los puede salvar del deterioro actual. Otros creen que un fracaso deportivo acelerará las condiciones de rebeldía interna. Da la impresión de que ni lo uno ni lo otro son decisivos.
Los problemas económico sociales se juegan en otra cancha, como se pudo comprobar esta semana cuando gigantescas movilizaciones callejeras, realizadas en diversos puntos del país por fuerzas oficialistas y opositoras, expresaron su bronca contra el vergonzoso bono ($ 13.500 repartidos en dos pagos, en diciembre y enero) para los beneficiarios del Potenciar Trabajo.
Grandes victorias, como el Mundial de 1978 no pudieron evitar la hecatombe de esa misma dictadura que confió en que aquel triunfo los podría salvar. Sepamos diferenciar las alegrías o derrotas de un hecho deportivo de la suerte de una sociedad. Más allá de que ese resultado pueda tener alguna incidencia en los comportamientos inmediatos de gobierno y pueblo.
En lo que sí, muy probablemente, influya el resultado deportivo es en aspectos de la autoestima de una sociedad. En ese sentido ganar no cambia, ni resuelve los problemas colectivos, pero sí contribuye a un fortalecimiento anímico, que da a los pueblos una mayor capacidad y fuerza que una derrota.
POLÉMICA POR LA AUSENCIA DE “NEGROS” EN EL EQUIPO ARGENTINO
El Washington Post, uno de los diarios norteamericanos de mayor influencia mundial, publicó una nota que hizo bastante ruido en diferentes lugares. Ella trata sobre la ausencia de afrodescendientes que, (por comodidad, tradición o racismo), llamamos “negros”, en el equipo mundialista argentino, mientras que esa presencia es notoria en gran parte de los equipos participantes de este Mundial.
Ello se destaca a pesar de que - en varias de esas sociedades - éstos constituyen una clara minoría. En gran parte de los países europeos ello se explica por el carácter colonialista de los mismos y las obvias relaciones que hay entre ellos y las viejas colonias, aunque esos países se hayan independizado de sus antiguas metrópolis.
En nuestros países americanos estos afrodescendientes aparecen como el símbolo de los esclavos que lograron sobrevivir y cuya descendencia hoy forma parte de esos equipos nacionales. Es por eso que vimos afrodescendientes en los equipos de Brasil, Canadá, Ecuador, EEUU, Méjico y Uruguay. En todos los equipos americanos hubo “negros”, menos en el argentino. La nota del diario mencionado se pregunta el porqué de esa situación.
Una razón es clara, no somos un país colonizador, somos un país colonizado.
Pero… hacia estas tierras también fueron traídos esclavos procedentes de África, al igual que en los demás países de la región, y entonces… ¿qué pasó? Muy sencillo, aquí fueron aniquilados, al igual que la mayoría de los pueblos indígenas. Cuando nuestra guerra civil terminó con el triunfo de los sectores portuarios, poderosos, eurocentristas y elitistas, quedó sellada nuestra suerte.
Los triunfadores se guardaron los privilegios del puerto, el dominio sobre las tierras más fértiles y se asumieron como la indiscutible clase gobernante. Todo ello generó el racismo que - más allá de las palabras - se instaló como política oficial y fue el eje de nuestra cultura. Es por eso que importantes antropólogos nos reconocen como “pueblos trasplantados”, donde otros pueblos como los indígenas y negros fueron desplazados, hacia la marginalidad o la desaparición.
Juan Bautista Alberdi, el teórico de nuestra vigente Constitución de 1853, hizo que ella hablara de “fomentar la inmigración europea” (Art. 25 del texto actual) El Presidente Domingo Faustino Sarmiento (1868/1874), que continúa siendo considerado una figura prominente de la sociedad y cultura actual, se apoyó en las mismas ideas. Para ello identificó el Progreso y la Modernidad con la blancura de la piel de los países más desarrollados y ricos de Europa: Alemania, Inglaterra y Francia. Para alcanzar ese objetivo, promovió - con escasa suerte - la inmigración proveniente de esos países. Para disgusto de estos modernistas, quienes vinieron fueron mayoritariamente hijos de campesinos pobres de Italia y España, entre los cuales “se colaron” perseguidos políticos, fundamentalmente anarquistas.
La inserción de estos sectores, junto a criollos pobres, sometidos pueblos indígenas y otros sectores, no alcanzó para modificar la matriz cultural, proclive a un racismo propio del supremacismo blanco que se había instalado a sangre y fuego, producto de la derrota de los pueblos federales, a manos de la “Generación del 80”. Ella identificó a esa supremacía blanca con los dueños de la tierra y del poder.
Todo ello hizo posible un fuerte debilitamiento de los diferentes pueblos
indígenas y un total desplazamiento de los afrodescendientes, cuyas migraciones
más recientes aún no han llegado a un arraigo suficiente para tener presencia
en el fútbol profesional.
ANTE EL RENUNCIAMIENTO DE CRISTINA:
GOBERNADORES Y CGT SACAN SU “LAPICERA”
Es posible que Cristina, naturalmente preocupada por su situación, no haya meditado lo suficiente sobre los efectos que podría tener su renunciamiento.
Con el paso de los días van surgiendo nuevas aristas que tienen que ver con esa decisión.
Hasta ese momento el conjunto del peronismo, por las simpatías que le guardan, por una elemental solidaridad política, por temor a ser señalados con el dedo o por lo que sea, no se atrevían a cuestionarla y mucho menos en momentos en que una sentencia condenatoria tomaba estado público.
Desde hace un tiempo, Cristina venia acumulando poder al interior del peronismo. Iba “peronizando” su discurso, al mismo tiempo que claves estructuras políticas quedaban bajo su control. Así fue como Máximo se hizo con la presidencia del PJ Bonaerense, una clave para las candidaturas de las próximas elecciones.
En el ambiente electoral crecía la idea de que Cristina comenzaba a poner en marcha algo semejante a la estrategia seguida con Scioli en el 2019. Esto es: Reconociendo las dificultades para alcanzar la victoria en el 2023 prepararse para una derrota ahora y el regreso en el 2027; para lo cual aparecía como imprescindible fortalecer las perspectivas de triunfo en la Provincia de Buenos Aires y conservar el manejo de “la lapicera” para asegurarse la hegemonía de importantes bloques legislativos, en ambas Cámaras nacionales.
Lo que – posiblemente - no percibió en toda su dimensión son dos hechos relevantes: El cansancio, deterioro, bronca y reducción de su base social, junto al despertar de los jefes territoriales de las provincias, hartos de ser actores de reparto en un escenario donde corren el riesgo de que cada vez menos público esté dispuesto a seguirlos.
Acerca de la bronca de su base social, puede no ser suficiente para una rebeldía generalizada, pero ella alcanza y sobra para que sucesivas derrotas y frustraciones los vayan empujando hacia otros caminos.
Los jefes territoriales vieron en ese renunciamiento la luz al final del túnel para acelerar los tiempos y tomar otros rumbos, antes de que sea demasiado tarde y sin que puedan ser acusados de traidores.
El símbolo de esta situación está reflejado en el hecho de que ya 14 provincias están preparando convocatorias electorales en sus respectivos territorios para fechas distintas a las previstas nacionalmente: en las últimas presidenciales del 2019 fueron 12 las provincias que votaron en un día distinto a las nacionales.
A esos fines los gobernadores de 11 provincias, mayoritariamente peronistas, se dieron cita en su refugio del Consejo Federal de Inversiones (CFI), otros 2 lo hicieron por medios audiovisuales y estuvieron ausentes los gobernadores de Santa Fe, Córdoba y San Luis. A poco de iniciar las deliberaciones se sumaron integrantes de la desprestigiada Mesa Chica de la CGT. Se hizo notar la ausencia de “los Moyano” y de la Corriente Federal, cercanos al kirchnerismo.
Allí decidieron seguir adelante y conformar una Mesa Política para avanzar en los planes político electorales.
Desde allí confían en empuñar sus propias y respectivas “lapiceras”. De consolidarse esta perspectiva, buena parte de la construcción de Cristina quedaría cuestionada y su hegemonía partidaria debilitada.
Los gobernadores tienen diferencias con la dirigencia de la CGT con la que estuvieron reunidos, pero ellas son electoralmente menores a las que tienen con Cristina. Tienen experiencia sobre el modo en que ésta siempre hace valer su “arrastre” de votos y presencia institucional para guardar la exclusividad en el uso de la “lapicera”. En esta oportunidad los gobernadores parecen dispuestos a defender su derecho a utilizarla, en la parte que les corresponde.
Estas diferentes maniobras parecen indicar que el peronismo - como perspectiva electoral - está acompañando el corrimiento hacia posiciones más conservadoras, que va tomando el conjunto de las expresiones electorales. -
JUAN GUAHÁN
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