Editoriales Rebeldes
COMO NO
PODÍA SER DE OTRO MODO,
EL FMI
FELICITÓ A MILEI POR LA BAJA DE LA INFLACIÓN
“Todo pasa y
todo queda”
A pesar de que los
indicadores inflacionarios descienden, no en base a la pericia del ministro Luis
“Toto” Caputo sino del más absoluto planchazo del consumo popular, la
entidad financiera global que de un tiempo a esta parte rige el curso de
nuestra economía no solo lo celebra a viva voz, sino que exige al gobierno aún
más rigor contra el ya vapuleado pueblo argentino.
Mientras, el cipayaje local, que no apostaba por Javier Gerardo Milei,
le rinde culto adonde vaya. Sin ir más lejos, en las últimas horas, los
empresarios Eduardo
Elsztain, Marcos Galperin y Cristiano Rattazzi, entre otros, participaron de los abrazos y besos que
tuvieron lugar después del discurso del Presidente en el hotel Llao Llao
ante el Círculo Rojo. En su exposición - que hizo honor a las
Pedagogías de la Crueldad de las que habla la antropóloga Rita Segato -,
el Primer Mandatario se manifestó en contra de un Estado intervencionista que
ponga controles y elogió a quienes logran burlar los controles sobre los
capitales, recurriendo a la frase "El que
fuga dólares es un héroe". Tras los aplausos algunos de los hombres más ricos del país se quedaron
a felicitar y saludar al jefe de Estado.
Casi promediando un
año que fue nuevo por poquísimo tiempo, cada vez menos opinólogos consideran
que el flanco débil de los libertarios es el mega ajuste en curso.
A las orillas del
quinto mes de 2024, la realidad ha pasado por encima a quienes consideraban - o
más bien “considerábamos” - imposible que en el país de Evita y el Che
se impusiera como Primer Mandatario un ex panelista televisivo y fan de la más
minoritaria escuela económica mundial. También han quedado descolocados los
analistas que alguna vez vaticinaron que al oficialismo se le mojaría la
pólvora entre marzo y abril, cuando se sumara el inicio de las clases con el sideral
aumento de las pre pagas y de los servicios esenciales para sostener una vida
digna.
Cierto es que la
mesa ínfima del mileísmo desconfía de todo el mundo, pide renuncias a diestra y
siniestra, y tiene un frente abierto cada vez más evidente contra la
Vicepresidenta de la Nación, que se niega a practicar las absurdas
prestidigitaciones parlamentarias que le exigen.
No solo eso, sino
que, a pocos días de que una paciente oncológica de 40 años falleciera por la
imposibilidad de acceder a la medicación correspondiente, y cuando las
autoridades de la UBA advierten que de no mediar cambio alguno en el programa económico,
esa mundialmente prestigiosa casa de estudios deberá cerrar sus puertas, los senadores se subieron la dieta a más de $7
millones brutos para mayo, o cerca de $4,5 millones en mano a partir de junio
próximo, en una polémica votación sin debate y a mano alzada, que se habilitó
en menos de un minuto.
Pero estamos cada
vez más cerca del alguna vez también considerado improbable Pacto de Mayo y,
según las más variopintas encuestas, el Presidente conserva un alto grado de
aprobación.
Desde luego, eso le
sigue dando patente de corso para que continúe esquilmando el bolsillo de las
grandes mayorías populares, condenando a los sectores medios a su desaparición
lisa y llana, y dinamitando toda restricción para que los poderosos de acá y de
más allá dispongan a sus anchas del patrimonio nacional, poniendo al país en
una cada vez menos metafórica situación de remate. O sea, conservando un poder
de fuego que está aprovechando para armarse como partido en todo el territorio
nacional, ya sin deudas ni con el radicalismo ni con el PRO, y juntando músculo
para pelear las legislativas del año entrante.
Según las miradas
más incisivas sobre el fenómeno en curso, buena parte de la sociedad aún
conserva un furibundo nivel de impugnación sobre todo lo ocurrido en el país
por lo menos durante las últimas dos décadas.
“¿Y por casa cómo
andamos?”
Ahora bien, durante
los años de plomo, en su encomiable debate con la conducción montonera, ese
intelectual orgánico del campo popular que fuera Rodolfo Jorge Walsh,
sostenía que en los períodos de reflujo de masas en que el colectivo social se
dedica a entender y medir al enemigo, suele moderar su audacia y replegarse -
incluso asumiendo conductas conservadoras - hacia la última identidad que le
dio respuesta.
Y esa, en aquel
entonces y - aunque degradada - también ahora, para no andar con eufemismos, es
el peronismo.
Seguramente no el de
Alberto Fernández, cada vez menos el de Cristina Fernández, no
aún el de Gildo Insfrán o Ricardo Quintela, difícilmente el de Guillermo
Moreno o Santiago Cúneo, ¿probablemente el de Axel Kiciloff?
De manera que, si
nuestro hilo de análisis tiene asidero, deberíamos pronunciar la
intranquilizadora frase “Houston: Tenemos un problema… “.
Sin embargo, es
mentira que el pueblo argentino se está comiendo este garrón calladito la boca:
Prácticamente todas las semanas la calle se llena de protestas de los sectores
más afectados por el gran desguace del bienestar colectivo, al punto de que el severo
Protocolo Antidisturbios no da abasto para garantizar que cada activista se
lleve su cuota parte de la biaba que - según la lógica libertaria - merece. Es
más, en las últimas horas, hasta pasó que alrededor de 500
manifestantes bloquearon el ingreso al country en el que tiene una casa el
ministro Caputo, en una protesta encabezada por el Movimiento de Trabajadores
Excluidos (MTE) que incluyó también a despedidos de obras públicas… Pero cada uno de los
dedos de una mano, mientras esta no se cierre, distan de convertirse en puño.
Pues bien, parece ser
que - para mal de millones - aquel gigante que irrumpió en la vida política
nacional un 17 de octubre de 1945, al decir de John William Cooke,
continúa “invertebrado y miope”.
En consecuencia, crece desde las bases gremiales y sociales del campo
popular un clamor que exige radicalizar las medidas de lucha. Los sindicatos,
seccionales, internas y delegados combativos, movimientos piqueteros
independientes, asambleas populares, de la cultura, en defensa del ambiente, de
la mujer y disidencias, estudiantiles, de derechos humanos, de jubilados y
pensionados, personas con discapacidades, sectores en lucha, organizaciones
políticas de izquierda, han resuelto convocar a un encuentro de trabajadores
ocupados, desocupados, asambleas populares y las y los luchadores de todos los
ámbitos, para el próximo sábado 27 de abril a las 11 horas en Plaza de Mayo, a
fin de apoyar e impulsar el conjunto de las luchas, coordinar acciones,
tomar iniciativas para derrotar el plan de ataque a todos los trabajadores por
parte del gobierno de Milei y debatir una propuesta integral para que la crisis
no la paguen los trabajadores y el pueblo, sino el FMI, las Multinacionales y
los grandes empresarios.
No cabe la menor duda, aún superado el paradigma metalmecánico que campeó
durante el Siglo XX, y definitivamente instalado el telemático, con su fuerte
impacto en materia de precarización laboral, muy a pesar de las burocracias
sindicales acuerdistas, el movimiento obrero organizado de nuestro país aún
conserva una singular gravitación a la hora de decir basta, y una significativa
capacidad de movilización capaz de arrastrar a diversos sectores de la
sociedad, incluso no organizados corporativamente. Y hete aquí que acaba de relanzar
su Plan de Lucha.
Una vez más, los trabajadores vuelven a hundir su dedo el colchón de una
sociedad exhausta para que todas las bolitas dispersan vayan al hoyo. Quien
privilegie las contradicciones secundarias, que no solo existen, sino que
abundan, está mirando otro canal. Que seguramente no es el de la defensa del
Acuífero Guaraní, de la Hidrovía del Paraná, del Canal Magdalena, de Lago
Escondido, y de todas las reservas con que cuenta este territorio nacional tan herido
como “generoso” con quien no corresponde serlo.
Si esperábamos alguna voz de “áhura”, ahora entre la Marcha en Defensa
de la Universidad Pública prevista para el 23/4 y el nuevo Paro Nacional por 24
hs. anunciado para el 9 de mayo (pasando por la movilización a realizarse el 1°
de de ese mes), ahí tenemos unas cuántas.
Nadie se queje luego de que para llegar a fin de mes debería vender el
escaneo de su retina, si no decide jugar su suerte junto a la de los demás, y opta
por adherir a la idea de dejar que a Milei se le vayan gastando los dientes de
la motosierra.
Si “en la pista se ven los pingos”, ahora la pista es esa. Ya vendrá el
tiempo de discutir el perfil de la nueva sociedad que nuestro pueblo merece,
donde una lógica mucho menos delegatoria y más plebiscitaria salve a la
democracia de convertirse en mala palabra.
Por lo pronto, cada vez más personas influyentes se atreven a nombrar
las cosas por su nombre, como hizo esta semana la Decana
de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de
Córdoba, Flavia Dezzutto, con alguno de
cuyos conceptos nos honra rematar esta nota: “Vendrá o vendrán a Córdoba,
cuna de Conan, el perro fantasma, y de las facciones monárquicas allá por el
1810, que se resistían a la revolución de Mayo, Córdoba reaccionaria, la que
dio la logística para el golpe asesino de 1955, la Córdoba de Menéndez, a la
derecha de Videla, del Cardenal Primatesta, sostenedor impertérrito del orden
expoliador, como toda la runfla episcopal que bendice a milicos y explotadores.
Córdoba, finalmente, la madre del cordobesismo, ese acuerdo de los poderes
reales que eligen sus representantes para las elecciones y luego les ponen el
sellito: UCR; PJ, JXC, cualquier cosa.
Córdoba
insurrecta ha tenido su cita intensísima con la historia, sus nombres propios,
sus grandes movimientos colectivos. Ella guarda aún una profunda verdad de la
que hemos sido despojados de muchos modos y por muchas manos.
No marcaré
los hitos ni diré los nombres de la rebeldía y la desobediencia en este breve
texto, los dejo para que quienes quieran los murmuren como una suerte de
plegaria política, como el linaje que aún podemos elegir.
¿Vamos a
luchar?, dónde, cómo, con quiénes, cuándo, para qué. Ya no hay más tiempo, ni
más tela, ni más fideos en la olla, ni más leche en los vasitos de lxs pibxs,
ni queda nada excepto la promesa de un mayor dolor.
Córdoba la
Docta, cuna también del disimulo, del cinismo, de la hipocresía. Los grandes
vicios académicos, viejos como la universidad. Contamos con tratados medievales
al respecto. Qué hará la Docta, la Docta y Santa, recordando a Nicolai y su
célebre discurso de despedida de esta ciudad, cuyas entrañas están hendidas,
partidas por el cuchillo de la historia, por la muerte y la vida, que, otra
vez, están ante nosotrxs. Los dos caminos, la devastación o la revuelta”.
Quien quiera oír,
que oiga. -
A 30 días de vida de nuestro compañero Roberto
Cirilo Perdía
en el corazón de las rebeldías
LA
REDACCIÓN
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