CARTA
CORTA
Enero sin Enero
Este año vino sin enero, Milei lo suspendió con un DNU
y un proyecto de ley.
La CGT despertó de un largo letargo, y las
organizaciones sociales se acordaron de que la calle es algo más que el
marchódromo de la 9 de Julio, para pedir comida o planes al Estado. La calle
como espacio de protesta, articulación, ser libres para decir que sí. Sí
podemos salir de la pesadilla de un león famélico. Sí podemos articular con los
iguales y las iguales para levantar un plan de lucha y un programa propio que
articule la resistencia contra la maldad insolente de este campeonato de
egoísmos salvajes, hasta impulsar modos alternativos en lo cultural, lo social
y en la economía.
Hay quienes sostienen que es prematuro un plan de
lucha a tan pocos días de gestión derechista, nosotros creemos que es
proporcional al decretazo que quiere dar por tierra con conquistas del pueblo
trabajador que tienen decenas de años.
¿Qué pretendemos nosotros? Partimos de reconocer que
cerramos un ciclo de 40 años donde la república no se realizó, el sufragio no
garantizó la democracia, y nosotros nos entretuvimos en tareas de contención
social más que organizar una fuerza insurgente capaz de ofrecer una
alternativa.
La consecuencia es que la superación vino por esta
derecha brutal y anti patria, entonces pretendemos recuperar la iniciativa
política saliendo del perverso posibilismo o de falsos consensos. Tenemos las
condiciones para los diálogos con más acento en prácticas y ejercicios
concretos, quizás territoriales y constituyentes.
Un diálogo con acento más en los cursos que en los
discursos.
Con la doble premisa de la mayor suma de felicidad (Simón
Bolívar) y la mayor suma de autonomía posibles.
La felicidad del pueblo en su conjunto, no como un
hecho aislado sino producto de la alegría de luchar unidos por el interés
colectivo, construir un futuro de inclusión social para todos y todas.
Entendemos que solo desde la autonomía y la
autogestión.
La autonomía la vemos con una condición indispensable
para separarnos de la lógica de estos últimos 40 años, donde le venimos
haciendo el trabajo a una política o a unos dirigentes que no nos representan.
Encontraremos las claves para un desarrollo local que
interpele al capitalismo, a su egoísmo y lógica depredadora.
La coyuntura demanda de nuestros mejores esfuerzos,
los mejores y más combativos hijos e hijas del pueblo, para que la bronca
callejera, legítima y necesaria no se transforme en la restauración del ciclo
perdido durante estos 40 años, para una gobernabilidad al estilo Alberto
el ausente, o Massa el amigo de la embajada.
Nos merecemos una patria, justa, libre y soberana. ¡A
subir la puntería! ¡Otra política! ¡Otra economía! ¡Asamblea popular y
Constituyente!
Por OLP Resistir
y Luchar Moreno
JUAN PASTOR MURPHY
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