sábado, 12 de agosto de 2023

Editoriales Rebeldes

MAÑANA SE VOTA:

LOS PESOS NO SIRVEN Y DÓLARES NO HAY 











Cuando usted lea estas reflexiones, miles de compatriotas estarán aprestándose a votar, algunos se inclinarán por tal o cual partido, los habrá quienes colocarán en la urna el sobre vacío, también están aquellos que - respondiendo a sus convicciones - no irán a votar. Hoy no corresponde hablar de eso.

Aquí se hará referencia a otra cuestión: se trata de las particularidades que se están viviendo en esta circunstancia.

Todas las elecciones están rodeadas de algunas cuestiones específicas que tienen que ver con diversos temas que son diferentes en cada caso.

La primera y principal característica es que se trata de una convocatoria electoral en medio de una profunda crisis económico social.  

En efecto, estamos inmersos en una situación más que crítica. Los permanentes vencimientos de la deuda son una auténtica espada de Damocles que se yergue sobre nuestras cabezas. La inflación, que supera largamente el 100% anual, es un dolor que diariamente debe soportar la inmensa mayoría de nuestros compatriotas. La pobreza que se extiende por toda la geografía nacional y que cerró el año 2022 con el 39,2%, revela que 11.465.599 personas la padecen, según las cifras del INDEC, otras mediciones la ubican por encima del 40%; más grave aún es que uno de cada 5 trabajadores en blanco recibe ingresos por debajo de la línea de pobreza; tampoco es menos grave el detalle que proporciona el Informe de UNICEF que indica que para fines del año 2022, dos de cada tres niñas y niños de Argentina (66%) forman parte de hogares que tienen ingresos de pobreza.

No son mejores los datos sobre la evolución de la economía, según el FMI - cuyas “condicionalidades” lo transforman en mandamás de nuestra economía - este año 2023 nos espera una caída, por recesión, del 2,5% respecto al año 2022.

El hecho cierto es que durante el tiempo en que la economía estuvo creciendo, tampoco fue para “tirar manteca al techo”, también creció la pobreza y aumentó la desigualdad. ¿Cómo se explica? Muy sencillo. Es cierto, hubo redistribución del ingreso, pero fue a favor de los poderosos. Rotunda referencia que indica dónde fue a parar el esfuerzo de los millones de trabajadores argentinos.

Estos son algunos “datos duros” de la situación económico-social. No hay muchos antecedentes de elecciones realizadas en marcos semejantes al que se ha descripto.

Más llamativo aún es que el máximo candidato del oficialismo, el candidato a presidente, sea el actual ministro de Economía y responsable de estas políticas.

Eso explica la segunda parte del título de estas reflexiones. La plata no sirve y faltan los dólares. Sin embargo, el ministro responsable del área y candidato presidencial hace malabares para mantener de pie la economía. Subordina todas las demás condiciones a esa “tabla de salvación”. Allí radica la esencia de esta coyuntura y - claro - también sus sueños presidenciales. Solo Dios y unos muy pocos más, donde probablemente no esté incluido el actual presidente, deben saber las condiciones en las que se está negociando el derecho a rasquetear el fondo de la olla.

El ministro de Economía está haciendo equilibrio a varios metros del piso y sin red. Está bamboleándose sobre un hilo muy delgado que - en una punta - está atado a las exigencias y permisos del FMI. En el otro extremo asoma un manojo de presiones: del círculo rojo; de sectores financieros siempre listos para algún “blindaje” que deje buenas comisiones; no faltan quienes esperan suceder a este gobierno. También están - desde tiempos inmemoriales - los acreedores de tantos y tan justos reclamos que deberían ser atendidos primero.

Con motivo del vencimiento de tramos de lo que tenemos que “pagarle” al FMI se dieron situaciones casi risueñas, pero que demuestran el escaso margen de maniobra y respeto que tiene el gobierno en sus relaciones financieras internacionales. 

Argentina tenía vencimientos con el FMI para el día 31 de julio.  El acuerdo técnico, con sus especialistas, se cerró en tiempo y forma. Pero ocurre que el Directorio de esa benemérita institución debía firmarlo. En la reunión formal, realizada por ese Directorio un par de días antes del 31, esa cuestión no fue incluida en el temario, ¿Por qué? ¡Vaya usted a saber! En el gobierno, un frío helado corría por la espalda de funcionarios. Con una nerviosa sonrisa lo disimulaban. Eso había que solucionarlo. El recuerdo del gobierno de la “Alianza”, cuando a Domingo Cavallo le negaron unas transferencias que daba por seguras (abriendo la puerta al “Argentinazo”), alimentaba los temores de estos negociadores actuales.

Entonces ahora problema era serio, no había fondos para cubrir los vencimientos del 31. El FMI no podía adelantarlos, su Directorio partió para tomar sus vacaciones de verano y volverían a reunirse después de las PASO. Pero habían dejado instrucciones de que se ayudara a la Argentina para encontrar alguna solución de compromiso.

Massa sacó del ropero su mejor corbata y su sonrisa más reluciente y salió a buscar la “solución”, abrió 4 vías alternativas, 3 de las cuales le fueron sugeridas por el propio FMI. Claro está que eso cuesta relaciones, compromisos y mayores costos, pero había que hacerlo. La voracidad de los acreedores lo exigía. Le pidió a la Corporación Andina de Fomento (CAF) que le adelantara esos mil millones para poder cumplir; se comprometió en la venta (por las dudas…) de una parte de las reservas en oro, luego recompradas, para el mismo fin; negociaba con chinos y FMI el pago en yuanes, luego desechado por EEUU por cuestiones geopolíticas y finalmente quedó en pie el crédito de Qatar, con aval del FMI, para salir del paso.

Así estamos corriendo detrás de la pelota y al compás de lo que decide el FMI. La desesperación que evidencian estos gestos y la situación social existente están directamente ligados a nuestra dependencia respecto a ese organismo internacional. En los años inmediatamente siguientes a la crisis de 2001, cuando dejamos de pagar esas llamadas deudas, sobrevino el tiempo de la recuperación de nuestra economía. Aprendamos del pasado.

Por último, el asesinato de una niña de 11 años en el Partido de Lanús y la suspensión de los actos y cierres de la campaña electoral, son una descomunal y simbólica prueba de algunas realidades de la Argentina de hoy.

La inseguridad está instalada y es parte de esta dolorosa realidad. Los partidos dan la impresión de no tener nada por decir o hacer ante este drama colectivo.

Por fin actuaron en consecuencia, este inédito cierre de campaña constituye un modo de decir ¡somos impotentes! Es un buen arranque para pensar el futuro.

Una pregunta queda flotando en el ambiente: ¡Cuántas campañas más habrá que clausurar imprevistamente!, antes que comprendamos que esto no va más.

Es insoportable la continuidad de esta angustia donde los pobres matan a los pobres, en aras de una sociedad incapaz de darles un lugar a todos. Los mayores debemos pedir perdón a niños, adolescentes y jóvenes. PERDÓN por esta incapacidad de transformar la realidad. 

Sin embargo, hay más. Caía la tarde del jueves cuando un pequeño grupo de militantes cerraba sus debates - en una plazoleta adyacente al Obelisco porteño - sobre la inutilidad del voto. Hacia el final, cuando ni siquiera cortaban las calles, intervino la policía de la Ciudad de Buenos Aires. Varios fueron detenidos y tirados al piso, boca abajo. Uno de ellos, Facundo Molares, conocido militante internacionalista, tuvo rodillas policíacas apretándole el cuello y dificultando su respiración. Poco después murió. Sí. Igual que lo ocurrido con el afro-estadounidense George Floyd, en Minnesota, en mayo del 2020. Aquel policía - Dereck Chauvin - fue condenado por asesinato.

 

ÁFRICA NUEVAMENTE INTENTA DESPERTAR

África, donde nació la raza humana de la que formamos parte, es un gigante dormido, que hoy nuevamente intenta despertar.  

Ocupa una superficie de más de 30 millones de Km2, el 20% de las tierras emergentes del planeta. Su población supera los 1200 millones de personas, el 15% del total de la humanidad.

Desde el siglo XVII padece un reparto colonial, básicamente europeo. Éste se profundizó en el siglo XIX, dados los intereses por sus materias primas. Culminada la Segunda Guerra Mundial, las potencias impusieron los artificiales límites territoriales hoy conocidos, con sus actuales denominaciones y la división en 55 países que forman parte de la Unión Africana. 

Esos diferentes países albergan a cientos de grupos étnicos, con historias, culturas e intereses diversos. La mayoría de sus pueblos exhibe una generalizada negritud que occidente desprecia por considerarla inferior.  

Antes de la Segunda Guerra Mundial había en África solo 4 países independientes: Liberia, Sudáfrica, Egipto y Etiopía. Hubo una segunda etapa de procesos independistas iniciados con Ghana en 1957. Durante la década de los 60’ el mundo fue testigo de cómo los países africanos se sacudían el yugo de la dependencia política de la Europa colonialista.

Los países africanos, a la medida que rompían su vieja dependencia, se fueron acercando a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) El mundo occidental no aceptó esa tendencia y combatió a los líderes de ese proceso. Patrice Lumumba, un nacionalista congolés, estuvo al frente de la lucha por la independencia de su país - proclamada en 1960 - y se puso a la cabeza de ese movimiento destinado a procurar la reparación, por los años de sometimiento de esos pueblos a los intereses y designios de Europa y el nuevo poder que representaban los EEUU. Al año siguiente, Bélgica - el antiguo amo del Congo - se tomó venganza y con el auxilio norteamericano asesinó a Lumumba. De ese modo, ahogó en sangre y puso límites a esos procesos independistas. La inmensa mayoría de los países africanos siguió padeciendo el dominio económico y cultural de la vieja Europa y los EEUU, cabeza del mundo occidental.

Las riquezas que guardaban esos territorios continuaron enriqueciendo a los países occidentales, ellas siguieron viajando hasta recalar en las sedes de los mismos países que los venían sometiendo. 

Pero las rebeldías nunca pudieron ser totalmente controladas. La semilla de una libertad e independencia plena siguió germinando. Hace 10 años atrás se mostraron en Malí los signos de esa búsqueda, contra la presencia colonial de tropas francesas.

Ahora - 10 años más tarde -, con las rebeliones que se están produciendo en Níger, va tomando fuerza un frente común que agrupa a ese país junto a Malí, Burkina Faso y Guinea.

Desde los antiguos países colonialistas han lanzado un ultimátum cuyos plazos ya vencieron, exigiendo que los viejos lacayos franceses sean restituidos en el gobierno. Como adelanto de sus intenciones, la aviación francesa atacó instalaciones de las fuerzas armadas de Níger. 

Según el Banco Mundial la extrema pobreza reina en Níger, el 41% de su población está en ese nivel. Sin embargo, es el quinto productor mundial de uranio y le proporciona a la Unión Europea la cuarta parte de todo el uranio que consume y que está destinado a la generación de electricidad. Mientras tanto, el 80% de sus necesidades energéticas deben cubrirse con la asistencia de otros países, centralmente Nigeria. Por si esto fuera poco, la empresa Orano, productora de energía eléctrica es acusada de abandonar residuos nucleares y de no prestar protección a los trabajadores de esas minas, sujetos a radiaciones.

La rebeldía nucleada por los países del frente común, encabezados por jóvenes             oficiales de fuerzas militares patrióticas, avisó que cualquier intervención colonialista sería considerada como una declaración de guerra a esos países hoy coaligados.

Hace pocos días, en una Cumbre Rusia-África, que contó con la presencia de Vladimir Putin, Ibrahim Traoré - un joven Capitán del Ejército de Burkina Faso y presidente Provisional de ese país desde octubre de 2022 - sostuvo que “en el actual panorama internacional, emerger con una línea antiimperialista y anticapitalista es la única variante para que África no siga siendo sometida a la esclavitud y el expolio por parte de corporaciones y gobiernos depredadores”. Traoré, quien al mismo tiempo reivindicó su actual alianza con Rusia, es un seguidor de Thomas Sankara, el Che Guevara africano, quien fuera asesinado en 1987 cuando era presidente de Burkina Faso.

Los gobiernos de Nigeria, Benín, Costa de Marfil y Senegal, son los que se han manifestado más abiertamente dispuestos a intervenir en el conflicto de Níger, al servicio de las potencias occidentales. Otros países como Argelia y Chad se inclinan por buscar soluciones pacíficas. 

Los países occidentales temen por el acercamiento a Rusia del mencionado bloque rebelde. Pero también saben que los pueblos de gran parte de los países africanos están hartos de la sujeción de sus gobernantes a los intereses europeos que están saqueando sus bienes comunes. - 

 

JUAN GUAHÁN

 


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