sábado, 17 de junio de 2023

Editoriales Rebeldes 

EL FMI APRIETA, PERO NO AHORCA

PORQUE ¡LOS MUERTOS NO PAGAN!






















 

En estos días, una vez más, el FMI tendrá la oportunidad de hacernos saber su acuerdo con aquella frase, acuñada por Néstor Kirchner: ¡Los muertos no pagan! En efecto, desde hace años Argentina navega en los límites de su existencia. Sus riquezas se evaporan y el país se sigue hundiendo. Las eternas deudas externas anotadas en los libros del FMI son impagables. Es por eso que la medida más inteligente y soberana del gobierno de Néstor fue cancelar las cuentas que teníamos con el mismo. Ello a pesar de haber cometido el error histórico de no investigarlas. “Olvido” que estamos - y seguiremos - pagando muy caro. 

Quedar liberados de los controles permanentes y sistemáticos de ese organismo fue la medida más notoria. Pero ella tendría corta vigencia porque recuperar ese cacho de soberanía atentaba contra el orden financiero internacional. No profundizar en esa dirección hizo posible su regreso y nuestra desgracia. El FMI no solo es el prestador de última instancia, sino que es el encargado de cuidar que los países cumplan sus compromisos y adecúen las políticas a seguir a los intereses del sistema financiero mundial. Por esas mismas razones nunca se derogó la Ley de Entidades Financieras (Ley 21526/77) dictada por Alfredo Martínez de Hoz durante la vigencia de la última dictadura genocida.

El FMI tiene esas funciones, que aún se mantienen vigentes, desde los fines de la Segunda Guerra Mundial. La continuidad del endeudamiento es su principal instrumento para una eficaz aplicación.  

Por eso se puede pensar, sin mucho temor a equivocarnos, que aquel inédito préstamo al gobierno de Mauricio Macri más que atender a nuestras urgencias forma parte de una política diseñada por los dueños del mundo para domar las rebeldías que estas tierras solían albergar (la larga neutralidad en la Segunda Guerra Mundial; el intento de equilibrio geopolítico con la Tercera Posición, en tiempos de Perón; la desesperada osadía militar, procurando impunidad para sus crímenes, cuestionando a la OTAN con la Guerra de Malvinas) Todo ello deriva en el cipayismo de buena parte de nuestra dirigencia, profundizando la entrega hasta llegar a la actual realidad. 

¿A qué viene todo esto? Al hecho que en los próximos días se verificará un nuevo vencimiento de acuerdos firmados por este gobierno con el FMI. Ellos forman parte de un caudal de vencimientos que todos sabemos que son impagables. Ellos son la auténtica soga al cuello que nos acogota.

El 21 y 22 de junio, miércoles y jueves próximo, se vencen deudas por 2.800 millones de dólares. Los desembolsos a los que aspira el gobierno, serán discutidos por el Directorio del FMI recién el 7 de julio. A no preocuparse. El FMI comprenderá, con algún incremento de intereses - poco publicitados - en el medio, que cumpliremos con esa obligación con algún atraso o el equipo de Massa encontrará la forma de “dibujar” alguna respuesta. Todo seguirá como hasta ahora. La delegación argentina que viaja a Washington saludará el “éxito” de las gestiones, el FMI estará satisfecho porque la deuda se continuará honrando y los intereses, objetivos financieros del endeudamiento, traerán tranquilidad… hasta el próximo vencimiento.

A pesar de todo, en el equipo económico reina cierto optimismo. Este deviene de algunos datos económicos. Si bien crece la perspectiva de que este año la economía tenga un signo negativo, éste sería de escasa relevancia y el déficit primario, donde no se cuentan los intereses de la deuda, estaría en el orden del 3,5%, lejos del 1,9% previsto originalmente. Se alegran de que la inflación que amenazaba llegar a los dos dígitos, con la cifra oficial del 7,8%, para mayo, evidencia una desaceleración. Sus cifras son elevadas, pero bajando. Con estos datos el interanual, para el mes de mayo, llega al 114,2%. Este descenso se estaría continuando en los primeros días de junio. 

Desde el Ministerio de Trabajo informan que en marzo se sumaron 14 mil puestos de trabajo formales, ello compensa la información de que los salarios no recuperan su poder adquisitivo, que perdió un 35% en los últimos 6 años. El consumo, si bien perdió su ritmo ascendente, no registra caídas a pesar de las dificultades señaladas en los ingresos. 

En este marco el gobierno reconoce tener en el sector externo su talón de Aquiles. Sigue perdiendo divisas y la situación futura se vuelve cada día más compleja. Necesitarían del Fondo algo más de 10 mil millones de dólares. Difícilmente logren que el Fondo adelante ese monto. De todos modos, confían que en julio se apruebe una entrega de recursos que les permita cubrir los pagos hasta el 10 de diciembre y tener alguna reserva para bancarse las corridas, siempre latentes. 

 

EL TRIUNFO ELECTORAL NO ALCANZA:

EN SALTA Y JUJUY LOS CONFLICTOS NO CEDEN

Hace pocas semanas hubo elecciones provinciales en Salta y Jujuy, en ambos casos triunfó el oficialismo local. En Salta fue de una fuerza vinculada al gobierno nacional y en Jujuy a la oposición de Juntos por el Cambio. Ambos gobernadores, Gustavo Sáenz y Gerardo Morales, muy cercanos a Sergio Massa.

Pero, como refrendando ese distanciamiento que se da entre algunos gobernantes y sus gobernados, a esas victorias en las urnas le está sucediendo un duro conflicto social. Reafirmando la crisis del actual modelo estatal, personal municipal, de salud y docentes son los principales reclamantes. Todo ello da cuenta de servicios insuficientemente prestados y de un federalismo escasamente practicado.

En Jujuy el gobernador Morales, presidente nacional de la Unión Cívica Radical y pre candidato a presidente o Vice, juega fuerte. Impone una Reforma de la Constitución Provincial que agrega medidas y sanciones represivas y quita protagonismo ciudadano. Con el paso de los días y el incremento de la lucha, ambos reclamos se fueron integrando. La consigna: “Arriba los salarios, abajo la Reforma”, da cuenta de ello.

La dirigencia de ambas provincias suponía que holgados triunfos electorales les darían la tranquilidad de un cierto “período de gracia”. Pero como el horno no está para bollos la situación no dio tregua y los conflictos crecieron. Pareciera que las brisas de las urnas no alcanzan para apagar el fuego que alimenta el alma de los pueblos.  

En Salta el conflicto no está totalmente resuelto, pero - pareciera - que tampoco sigue escalando. Da la impresión de que entró en una meseta. Su rumbo futuro no está definido. Por el contrario, en Jujuy siguió trepando y no es previsible su destino final. El miércoles hubo fuertes movilizaciones en la ciudad capital. El gobierno insinúa seguir la política de la zanahoria y el garrote. Ofrece - sin firmarlas - ceder algunas cuestiones, amenazando con mayores represalias si no se pone fin al conflicto. El jueves, múltiples marchas de antorchas iluminaron el cielo oscuro de gran parte de las ciudades y pueblos de la provincia. Nuevas marchas en la Capital y represiones en diversos puntos de la provincia (Abra Pampa, Purmamarca, La Quiaca) se pudieron observar en la tarde y noche del día viernes.

Los trabajadores en conflicto y las organizaciones sociales que los apoyan manifiestan una novedad en las calles de la propia capital. No se oyen quejas por las calles ocupadas y las dificultades para los deslazamientos. Por el contrario, bocinazos de reconocimiento y saludos afectuosos de los peatones indican que el clima social está cambiando. 

Habrá que ver, más allá del resultado final, si estos conflictos tienen las limitaciones de los juegos de luces de un fuego artificial o están anunciando el fin de ciclo de un pueblo acallado por la propaganda y abrumado por la magnitud de sus propias necesidades sin satisfacer.

 

EN JUJUY ARRANCA EL “TERCER MALÓN DE LA PAZ” 

Narciso López, un kolla de 85 años, sobreviviente del Primer Malón de la Paz, el miércoles pasado despidió - en Abra Pampa, la Puna jujeña, a más de 3500 metros sobre el nivel del mar - a los integrantes del Tercer Malón de la Paz. Sus integrantes eran pueblos kollas de distintos sitios de la Provincia que iniciaron su marcha para confluir, en la Capital, con sindicatos y organizaciones sociales el día viernes.

De ese modo se suman al reclamo por mejoras salariales y para condenar la Reforma Constitucional que impulsó el gobierno de Jujuy. La misma es ilegal por no respetar la consulta previa con los pueblos originarios como lo dispone el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que forma parte de nuestra Constitución, según la Reforma de 1994 y de la propia Ley Nacional 24.071. Reclaman también por el deterioro ambiental que suponen las normas de explotación del litio. Además, coloca a la propiedad privada por encima de la posesión ancestral y la propiedad comunitaria de los pueblos originarios, haciendo que quienes tienen posesiones de antiquísima data o con títulos comunitarios se transformen - por la magia de una norma - en “okupas” de la tierra que habitan.   

Marcharon bajo la consigna “Abajo las reformas, arriba las Whipalas” acompañando una declaración de condena al colonialismo, la usurpación, el despojo y la contaminación que vienen padeciendo. Denuncian que descendientes de Cristóbal Colón hoy gobiernan Jujuy ejerciendo mayor opresión y continuando con el saqueo. Lo firman como “Nación Kolla de Pie”. 

López, al dar por iniciado este Tercer Malón, recordó al Primer Malón del que participó cuando tenía 8 años e ingresó, con un caballo tironeado por su padre, a la Plaza de Mayo. No olvidó los sacrificios y fracasos anteriores y la necesidad de mantener el espíritu de lucha. 

Aquel Primer Malón de la Paz se produjo en el año 1946, luego que obreros y trabajadores protagonizaron el 17 de octubre de 1945. Allí nacieron sus expectativas, en el sentido de que ellos también merecían una reparación histórica por las tierras que, desde hacía décadas - por no decir siglos - les venían arrebatando. Por eso decidieron marchar a Buenos Aires y solicitarle, al propio Perón que hiciera efectiva la reparación mencionada. 

Fueron 174 los kollas que partieron de Jujuy el 25 de mayo y llegaron a Buenos Aires, el 3 de agosto, luego de haber cosechado elogios en las principales ciudades del trayecto, donde compartieron esperanzadas expectativas con esas poblaciones. La reivindicación descansaba en el reconocimiento a la preexistencia de sus culturas y de la ocupación de las tierras que habitaban desde mucho antes que los blancos llegaran con sus campañas de conquista. Ese reconocimiento tuvo contenido constitucional en la Reforma de 1994, pero sin mayores efectos prácticos.

Aquel pedido de tierras de 1946 era avalado por el funcionario del área de Tierras de la Nación. A su llegada, Perón los aplaudió desde el balcón de la Casa Rosada. Pasaban los días y no llegaban las respuestas, los intereses privados de los poderosos de siempre se hicieron sentir. Los integrantes del malón fueron enviados al Hotel de Inmigrantes donde se alojaba a los extranjeros que llegaban al país. Así fueron tratados: Extranjeros en su propia tierra. El 29 de agosto fueron expulsados por la Policía Federal y embarcados en un tren de regreso a su provincia. Enojados, por esa medida y la represión policial, rompieron las ventanillas y resistieron, al grito de ¡Perón, Perón! Volvían, vigilados en las estaciones para que no descendieran, sin poder cumplir con sus sueños de justa reparación. Hasta ahí no llegaba la Justicia Social del peronismo. Tiempo después se les daría una pequeña pensión. 

En agosto del 2006, comunidades indígenas jujeñas demandaron y se movilizaron, en lo que se conoció como el Segundo Malón de la Paz. Lo hicieron por el reconocimiento de tierras expropiadas en 1949. El gobierno de Jujuy apeló el fallo ante el Tribunal Contencioso Administrativo, sin que le hicieran lugar. El cumplimiento de aquella expropiación sigue sin concretarse. 

Ahora se ha iniciado el Tercer Malón de la Paz. Es de esperar que sus resultados sean mejores a los alcanzados por el Primer y Segundo Malón. De lo contrario estos pueblos originarios seguirán siendo extranjeros en su propia tierra, mientras sus conquistadores y colonizadores se proclaman dueños de la misma. - 

 

JUAN GUAHÁN

 

 

 


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